jueves, 19 de febrero de 2009

Los Primeros Hombres de Conocimiento / ensayo-histórico



En la naturaleza no hay moral sino eventos y seres que los perciben. En nuestro tiempo, adjetivamos esos eventos y también los mesuramos para inmediatamente después, otorgarles una explicación científica y racional; nuestros mayores, ritualizaron dichos eventos, mantuvieron un diálogo con las fuerzas de la naturaleza, percibieron los secretos de las sombras y rindieron culto a lo que nuestra mente racional llama "fantasías".

Habrán pasado unos 2500 años desde que los pueblos que formaron la Cultura Olmeca fundaron centros religiosos en Guerrero, Morelos, Puebla, el Golfo de México, Chiapas, así como en las costas de El Salvador y Guatemala; mantuvieron lazos comerciales y bélicos con otros pueblos y legaron a las subsecuentes civilizaciones una visión mágica y ritual de la vida basada en calendarios cíclicos.

Los dirigentes olmecas lograron mantener el poder porque fueron brujos, hechiceros de la palabra, Hombres de Conocimiento que reconocieron la dinámica del cielo y sirvieron de intermediarios con los dioses. El cotidiano de los pueblos olmecas estaba regido por los ritos chamanicos y las certezas que les ofrecían sus dirigentes quienes, a través de la observación, interpretaron al movimiento y en él, descubrieron al tiempo.

En los muros de una ladera localizada en los alrededores de Oxtotitlán, Guerrero, nuestros mayores olmecas pintaron unas magníficas representaciones de ese universo ritual donde a través de la danza y el conjuro, los chamanes--dirigentes se convertían en jaguares y en águilas.

La imagen que acompaña el texto, es el dibujo de una de las pinturas policromadas de Oxtotitlán, aparece un chaman--dirigente olmecas: su pie derecho se encuentra incrustado en la tierra, su mano derecha sutilmente colocada sobre la superficie terrestre y mantiene su mano izquierda orientada hacia el cielo, en este acto de poder el chamán une con su cuerpo los 3 planos de la existencia de nuestros antiguos, quienes reconocían a lo que actualmente se llama inframundo, como un lugar mágico, pletórico de vida: ahí se originan las lluvias y emergen las aguas y las plantas.

Entre las Civilizaciones Precolombinas, ese lugar fue representado como el dominio del jaguar y en la pintura de Oxtotitlán, el submundo se asemeja a la cabeza de un jaguar visto de frente.



El chamán porta sandalias y una pequeña falda decorada con dos manos. Las representaciones de "manos" es un milenario acto humano que actualmente nuestros niños reproducen apenas tienen un papel y una pluma. Nuestras manos perciben y realizan; de sus habilidades, han dependido siempre la construcción de las armas y la pintura, con las manos hacemos propio al mundo y dibujarlas, representaba para nuestros antiguos hacer suyo al universo ritual.

En el pecho del chamán hay un rectángulo con una equis. Simboliza el espacio humano, la milpa, la plaza donde el chamán hechiza con la voz, los portales en los que residen los guardianes del cielo y también se le conoce como La Cruz de San Andrés y representa un encuentro mágico que se escenifica en el cielo durante el tránsito de los planetas, el Sol y la Luna, que circulan del Este al Oeste y la Vía Láctea, de Norte a Sur. El rectángulo con una equis era la base teórica del contacto entre los dioses y nuestros mayores quienes después de interpretar al movimiento celeste, diseñaron a su semejanza el espacio terrestre.



En el rostro y en la mano izquierda del Chamán, aparecen unos círculos, significan el hálito divino, al tomarlo del cielo, el chamán hace suya la energía vital que más tarde los mayas históricos llamaron Ch´ulel o Huayel. Arriba de su cabeza, aparecen tres pequeñas líneas que representan al maíz, los chamanes--dirigentes olmecas iniciaron el culto al Dios del Maíz y tanto en hachas de jade como en cerámica, los altos funcionarios fueron representados con los atributos del maíz, señalando y aprobando con ese símbolo, la responsabilidad y el rango de los chamanes--dirigentes que diseñaron un estilo de vida ritual que trascendió durante 20 siglos a través otras civilizaciones, como la Maya.

Un águila se encuentra detrás del chamán, sus brazos y las alas del águila se fusionan, del ala derecha descienden unos círculos, representan gotas de agua y piedras de jade, estos círculos aparecen también en la falda de la diosa teotihuacana de las aguas terrestres, Chalchiutlicue (la de la falda de jade) y en los frescos del Templo de las Pinturas de Tulum, entre otras iconografías mesoamericanas relativas a la fertilidad.

La danza acompañó a las ceremonias de nuestros mayores y, extendiendo los brazos, a través del trance y el éxtasis, nuestros antiguos localizaron un espacio mental en el universo energético y accedieron a los secretos de la impermanencia y del movimiento, certezas que condicionan y rigen a los seres humanos.

domingo, 15 de febrero de 2009

Las Islas / ensayo-poético


En una isla, el tiempo se suspende, las sombras danzan y el silencio silba suavemente.

Las islas han sido la esperanza del náufrago. Los piratas hicieron de sus recovecos el resguardo para sus andanzas. Al alba, los pescadores llegan a sus playas con los frutos cosechados en el desierto azul y al final del crepúsculo, se reconocen mortales.

Las islas se desprenden de la tierra como las hijas de una madre que cierra los ojos lentamente, y con los brazos extendidos las deja ir reconociendo su destino. Aparecen en medio de las aguas de manera silenciosa o irrumpen violentamente cubriendo el cielo de humo y el mar de fuego.

Al igual que las mujeres cuando maduran después de la pasión o la violencia, las islas se asientan y generosamente entregan las semillas de su experiencia.

Ser isleño tiene el encanto de vivir rodeado por la inmensidad pero también el límite de escasas perspectivas visuales. Una montaña en una isla es tan preciada como un beso o una caricia en nuestra infancia; sus laderas se parecen a un libro abierto: basta conocer su código para gozar de sus secretos.

Las islas aceptan al foráneo siempre y cuando deje su historia personal del otro lado del oleaje. Las islas no necesitan de ninguna explicación, son ellas las que otorgan las respuestas.

Las aves visitan las islas porque a ellas no les gustan las razones: un ser que vuela reconoce en una isla una verdad encapsulada; no mira con deseo, es tan puro que prescinde del agua dulce.

Los reptiles y las hormigas viajan en troncos arrastrados por corrientes marinas; pueblan una tierra pero no la conquistan, se dejan seducir por su atmósfera y tiempo después evolucionan de manera distinta a cuando estaban en tierra firme.

Las islas son y serán siempre espejos con dos caras idénticas; no es necesario ver del otro lado para saber quién eres.

sábado, 14 de febrero de 2009

Desafío Energético / ensayo-filosófico



Los seres humanos hemos logrado conocer e interpretar la estructura de la materia, las leyes que determinan sus propiedades e interacciones, pero poco o nada sabemos sobre las cuestiones fundamentales de nuestra existencia. Las nuevas tecnologías nos permiten descubrirnos en un universo plano y arrugado, medir la radiación de fondo originada unos cuantos miles de años después del Big Bang o visitar el jardín subatómico; sin embargo, es aún un misterio cómo un intercambio de impulsos eléctricos y químicos configuran la conciencia, la intuición, la memoria y la espiritualidad.

Los griegos pre-socráticos se preguntaron ¿por qué cambia la naturaleza? Y encontraron en el movimiento el origen del cambio. Heráclito de Efeso planteó que es necesario ver bien para percibir "algo" que no cambia en el movimiento; conocer significa ver bien las cosas, atrapar al movimiento, limitarlo y luego explicarlo, logos. Los griegos interpretaron el movimiento de manera geométrica: un triángulo es un espacio cerrado por tres lados, el hombre es un ser de razón que "detiene" por un instante su entorno y al encontrarlo inasible en su totalidad se engaña a sí mismo creyendo que lo domina, olvidando que él también se mueve.

Para René Descartes el mundo está formado por objetos "sólidos", regidos por una "mecánica de contacto"; y el lenguaje logos es una manifestación del libre albedrío que se fundamenta en la razón y en la experiencia que nos otorgan los sentidos, la cual es interpretada por el pensamiento, por lo tanto "pienso, luego existo".

La razón es necesaria, pero tiene límites, y en un universo constituido de materia y antimateria existen muchas verdades e infinitas conciencias. Los seres humanos nos encontramos situados entre un macro y un microcosmos, concluir que la naturaleza y el movimiento se interpretan exclusivamente a través de los sentidos, la razón y la experiencia, nos ha cegado y erróneamente hemos creído que somos los gerentes del mundo. Hoy, el medio ambiente nos expide la factura.

En diferentes ámbitos de nuestra existencia, jugamos a vivir en las apariencias, la simulación y los espejismos; la esencia se reserva para la intimidad y circulamos como seres de intenciones duales con una extraordinaria capacidad para hacernos tarugos. Los seres humanos adultos interpretamos nuestra existencia de acuerdo a la información que recibimos en nuestra infancia y nos volvemos seres sólidos, así, el mundo lo vemos sólido, tangible y como ésta interpretación nos ubica en una sola visión sólida del mundo, nos sentimos eternos porque nos creemos importantes; pero en realidad somos efímeros seres luminosos, al igual que todo lo que nos rodea.

El sentido común no es común denominador de todos los seres humanos; existen otras percepciones del universo que plantean --al contrario de los cartesianos-- que no hay diferenciación entre la mente y la materia sino que ambas son manifestaciones de energía. El mundo es lo que es, pero ¿cómo es? Ya que no todo lo que ves es realmente lo que es.

Los Chamanes del México Antiguo consideran que nuestros cuerpos son huevos luminosos que irradian energía y parte de ella sale en forma de filamentos desde nuestro vientre para ligarnos con los seres que nos acompañan y con el mundo. El universo que nos contiene es pura energía, y lo que cuenta en él es la impecabilidad de nuestros actos, la acción. Para acceder a este conocimiento silencioso, es necesario "decodificarse" realizando un minucioso inventario de los actos de nuestra vida y dejar en él toda la basura que nos estorba e impide apreciar el mundo como energía. El nagual Miguel Abelar le comentó a Carlos Castaneda "...el mayor enemigo del hombre es la importancia personal que nos hace sentir ofendidos por nuestros semejantes, la importancia personal es autocompasión disfrazada... la vida está llena de desafíos y no de bendiciones o maldiciones"

Uno de los desafíos contemporáneos consiste en reinterpretarnos y recuperar el sentimiento de unicidad que abandonamos en nuestra infancia.

martes, 10 de febrero de 2009

De Amar / ensayo-poético


Amar es un juego de espejos, Enamorarse es una entrega, un abandono, un dejarse seducir por absolutos, Algunos amamos y nos creemos poseedores de un tesoro que escapa a las descripciones formales / la sensación amorosa se torna un alivio y una posibilidad de burlarse de la muerte al sentirnos más vivos que nunca, Los amorosos transitamos en un plano simbólico, La realidad sufre infinidad de atentados y arribamos complacientes a la fusión de nuestro ser con "el otro", Jaime Sabines lo expreso así: "No es que muera de amor, muero de ti, / de urgencia mía de mi piel de ti, / de mi alma de ti y de mi boca / y del insoportable que yo soy sin ti", El goce que envuelve a dos cuerpos exige reciprocidad para que perdure, y ahí radica la esencia del amor profundo, Xavier Villaurrutia escribió al respecto: "Amar es absorber tu joven savia / y juntar nuestras bocas en un cauce / hasta que de la brisa de tu aliento / se impregnen para siempre mis entrañas", En el instante que amorosamente pronunciamos "te amo", surge una sentencia- quien lo dice, se complementa y quien lo escucha, se cimbra, Amar es también compartir las riquezas y las carencias "del otro", Esta reflexión nos permite tocar el fuego y no quemarnos- sólo así discernimos entre "el otro" y nuestros deseos, Amar con pasión desmedida proyecta en la superficie del cuerpo todos los riesgos que envuelven nuestra inconsistencia- y en el deseo profundo, aparecen cubiertos de una veladura nuestros anhelos y nuestros alcances.

LA RUEDA / ensayo-historia




Los mayas históricos mantuvieron intercambios comerciales, belicosos y maritales con individuos de otras civilizaciones.

En el estandarte encontrado en la ciudad de Tikal, conocido como el Marcador, los mayas escribieron que el 31 de Enero de 378, el general teotihuacano, Siyaj K´ak´ (Nacido del Fuego) conquistó la ciudad de Tikal.

En la estela A de Copán y en el panel L2 de Xochicalco, se registra un mismo evento que sucedió el 1 de diciembre de 730 de nuestra era, se trata de la entrega en matrimonio de una noble mujer de Xochicalco, al rey maya Waxaklajuun Ub´aah K´awiil de la ciudad de Copán, Honduras, atestiguó la entrega, el famosísimo noble mixteca, 3 Conejo, quien acababa de cumplir 16 años.

En el interior de La Pirámide de la Luna, en Teotihuacán, los arqueólogo Saburo Sugiyama y Rubén Carrera encontraron a tres nobles mayas enterrados ritualmente. En los frescos del Templo de las Pinturas de Tulum, un dignatario maya aparece sentado en una silla similar a las que se usaban en Costa Rica.

El dios de la lluvia, Chaac para los mayas, fue Cocijo para los Mixtecas de Oaxaca y Tlaloc para los mexica del Valle del Anahuac; las semillas de cacao se utilizaron como moneda en sus tratos comerciales; el maíz fue el sustento alimenticio y crearon exigentes dioses que además de plegarias, danzas y ritos, reclamaron sangre.

A pesar de compartir tantos intereses, los mayas se diferenciaron del resto de las sociedades mesoamericanas en algunos usos y costumbres, por ejemplo: resulta de todos conocido que los Mesoamericanos no contaron con el "uso práctico" de la rueda, sin embargo, en los Estados de Guerrero, Michoacán, Estado de México, Veracruz y El Salvador, desde 1921, se han encontrado 16 figuras manufacturadas en barro con forma de jaguares o perros que en lugar de garras o patas "tiene ruedas" lo cual es realmente misterioso y, basándonos en los descubrimientos arqueológicos, hasta hoy sol, también resulta un gran misterio que entre los mayas, no se han encontrado figuras de animales con ruedas, tal y como sucede con todos sus vecinos.

Los animales con ruedas, se han localizado en tumbas o en espacios asociados a ellas. Los perros fueron considerados como compañeros en el viaje al más allá y se sacrificaban cuando sus dueños morían, por otro lado, los jaguares representan el reino de la obscuridad, del Xibalbá o Mictlán. Estas figuras no pueden entonces ser consideradas como juguetes, es más, ninguna de ellas muestra señales de "uso" en los orificios donde iban colocados los ejes de madera ni tampoco desgaste en las llantas, por lo que misteriosamente, estas figuras nunca se rodaron o si lo hicieron, no fue para jugar "carreterita".

La fotografía que acompaña a este artículo representa a un jaguar que en algún tiempo estuvo estucado y un misterio particular de esta pieza, es el hecho de que además de tener ruedas, este jaguar es una pequeña flauta, pero, una flauta no se puede sonar a nivel del piso, sobre todo, si además, rueda.



Para elaborar una miniatura, es preciso conocer el modelo original como sucede con los juguetes de los niños de todos los tiempos, no existiendo un vehículo con ruedas ¿cómo es posible que a nuestros mayores se les ocurrió representar animales con ruedas?

Los mayas construyeron sensacionales caminos sobre la selva y cargaron todas sus mercancías sobre sus espaldas, cuando precisamente llevaban sus productos hacia el Golfo de México o al Altiplano, en algún instante, algunos comerciantes mayas pudieron conocer estas figuras con ruedas y quizá imaginaron que se podrían trasladar las ruedas de las figuras, a una plataforma construida con la resistente madera del árbol del chicle, colocándoles unas ruedas recubiertas con caucho para amortiguar el peso de la carga y, con este vehículo, pudieran trasladar las piedras para construir sus monumentos y transportar sus mercancías con menor esfuerzo; aunque no contaban con cuadrúpedos para tirar de los eventuales vehículos con ruedas, podrían ser jalados con cuerdas de henequén por los mismos cargadores de sus caravanas. Pero no. Ni los mayas, ni sus vecinos utilizaron la rueda con fines prácticos ¿por qué? Y por otra parte ¿cuál era la función de los jaguares y perros que en lugar de garras o patas, tenían ruedas que no rodaban?

Nuestros mayores conocieron y utilizaron la rotación en algunos de sus instrumentos rituales e industriales, de la rotación a la tracción hay un sencillo salto conceptual. Como ejemplos prácticos y rituales del conocimiento de la rotación, observemos el mecanismo que hace girar la base cuadrada de los Voladores de Papantla y los "husos" (Instrumentos que sirven para hilar torciendo la hebra devanando en ellos lo hilado) así que jugando con uno huso se coloca otro disco del lado donde se hilvana el hilo y rápidamente se obtiene un eje.

Como vemos, nuestros ancestros pudieron construir ruedas, ejes y quizá vehículos, pero no lo hicieron. Para responder el por qué, resulta sustancial pensar como pensaban nuestros ancestros y no como razonamos nosotros. El asunto puede ser abordado de manera diferente y en lugar de preguntarnos ¿por qué no usaron la rueda? En otra perspectiva cuestionaríamos ¿para qué hubieran querido usarla?

Nuestra mentalidad de consumo y productividad a cualquier costo, no era la de los mayas históricos quienes prácticamente no atesoraron ni contaron con enormes bodegas para épocas difíciles; cultivaron entre las piedras y con ellas, erigieron monumentos a sus dioses que daban sentido y sobre todo, condicionaban una vida fundamentada en la comunión con los ciclos de la naturaleza. La productividad estaba determinada por la fuerza motriz y las manos de los humanos. Se sembraba a mano, se viajaba a pie, se navegaba a remo, era un tiempo en el que los seres humanos no procuraban acelerar sus procesos.

La rueda, por el contrario, te obliga a ir cada vez más rápido, mas intenso, más productivo, más, más, más en una infinita espiral ascendente que nos conduce a un estadio donde ninguna riqueza nos es suficiente y la felicidad no dura más de dos pensamientos porque al tercero, nos asalta la duda.

Las figuras de perros y jaguares con ruedas son un desafiante misterio, además, no solamente existen esas figuras en Mesoamérica, también hay ejemplos de ellas en la India y Persia. Conocer la tracción y no rodar las llantas, es un desafío a nuestro racionamiento que invariablemente provoca desatino. En este caso, como en el universo ritual mesoamericano, podemos detener la interpretación racional y explorar una decisión de vida que no pretendió producir ni ir más allá de lo que la naturaleza y las fuerzas del cosmos habían otorgado a los seres humanos, por lo que: ir más, más y más aprisa no necesariamente fue una búsqueda mesoamericana y, en otro sentido, representar las ruedas sin rodarlas, es uno de los grandes misterios de la antigüedad.