martes, 28 de febrero de 2012

Excursiones Culturales para Todos



El Instituto de la Cultura y las Artes del Municipio de Benito Juárez, La Asociación de Guías del Caribe y Literatura y Mundo Maya, presentan a los habitantes de Cancún el programa de turismo social “Excursiones Culturales para Todos” con la finalidad de que al igual que los turistas, los mexicanos podamos disfrutar de nuestras riquezas históricas y naturales, a precios de “cuota de recuperación”.

Vivimos en un paraíso que fue habitado por una de las civilizaciones primigenias del mundo, sin embargo, participar en una excursión turística resulta privativo para la mayoría de la población, es por ello que éste programa de turismo social permitirá a los habitantes de Cancún conocer y disfrutar nuestras riquezas históricas y naturales, contando además con los servicios profesionales de guías calificados, certificados y documentados, comida en algunas excursiones así como de un transporte de lujo.

La primera excursión será esté domingo 4 de marzo y se visitarán las zonas arqueológicas de Muyil, Tulum y Xel-Ha. En Muyil, los guías de la Asociación de Guías del Caribe, ofreceremos una interpretación ambiental de la selva y platicaremos del Wits (pirámide) que representa el mito de la Creación Maya, en Tulum reconoceremos la importancia del comercio en Mesoamérica y las travesías de los marinos mayas, platicaremos de la vida secreta de las iguanas y se dispondrá de tiempo para nadar en la paradisiaca playa de Tulum, finalmente, en la zona arqueológica de Xel-Ha, localizaremos dos extraordinarios murales con influencia teotihuacana, visitaremos las casas de los Halach Uinicob’ (hombres verdaderos) y dos espectaculares cenotes.

La falta de convivencia familiar y consagrar nuestra existencia a la productividad, a las comisiones, a la plusvalía y al consumo irreverente, genera insatisfacciones y angustias. Nos hemos acostumbrado a ver cómo disfrutan los turistas en nuestros destinos o a atenderlos, pareciera que nos hubiéramos olvidado de nosotros mismos, pero a partir de ahora, se ofrece una opción para disfrutar con nuestra familia de lo que es nuestro, reconocer la grandeza de la Civilización Maya, asombrarnos con los rumores, colores y ambientes de la selva, disfrutar de las olas del mar en las playas de arena fina y rascarnos la panza a la sombra de una palma de coco, observando plácidamente el horizonte marino.

Hoy miércoles 29 a las 20:00hrs, dictaré la conferencia Muyil, Tulum y Xel-Ha en la sala de lectura del Instituto de la Cultura y las Artes (Av. Chichén Itzá, Sm 23, a un costado del Teatro 8 de Octubre y Bomberos), la entrada es libre. Durante la plática, mostraré imágenes extraordinarias de Tulum, platicaremos de la pintura mural maya, de la flora y de la fauna de la selva así como de los pormenores de las próximas excursiones que realizaremos a Coba, Chichén Itzá, Ek Balam, Valladolid, los cenotes Ik Kil y Hacienda Guadalupana, así como a las comunidades mayas.

Para mayores informes sobre las fechas de todas las excursiones, la cuota de recuperación, detalles del itinerario y cómo llegar al Instituto de la Cultura y las Artes, puedes llamar al teléfono 99 82 58 01 46, escribir al correo excursionesculturalesparatodos@gmail.com y/o visitar el blog excursionesculturalesparatodos.blogspot.com













lunes, 27 de febrero de 2012

Jazz-Tun







Al amanecer, el mar deposita sobre la playa el sargazo que en el mar se observa verde y al entrar en contacto con la atmósfera adquiere un color verduzco para más tarde tornarse en café oscuro, el sol lo blanquea y después el viento lo rompe en minúsculos trozos que se transforman en los granos de arena de nuestras playas caribeñas.
Si tomamos con un puño un poco de arena, podremos contar alrededor de 20 mil granos, imaginando cuántos granos de arena pudieran encontrarse en las playas de Cancún, la cifra sería realmente descomunal, más aún, si intentáramos contar los granos de arena de todas las playas del mundo la cifra nos resultaría apabullante, pues bien, mi maestro de astronomía, el Cangrejo Emiliano, me confió que existen más estrellas en el cielo nocturno que granos de arena en todas las playas del mundo.

Mirar al cielo es saludable, en éstos días y después del atardecer, Venus y Júpiter se encontrarán alineados sobre la eclíptica, para los mayas la eclíptica era una serpiente bicéfala; se trata de una banda imaginaria que en la bóveda celeste va del Este al Oeste, por ella transitan el Sol, la Luna y los planetas visibles a simple vista: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. Para los mayas los planetas visibles, el Sol y la Luna eran entidades divinas que participaban en los eventos humanos, fueron constantemente evocados con incienso y plegarias.

Durante algunas semanas más y después de las 10 de la noche, la Constelación de Orión estará en el Cenit --un poco hacia el Sur--, en ella, las estrellas Alnitak Saïf y Rigel forman un triángulo equilátero, Ox Xib’ Tun las nombran los jeroglíficos mayas y se pueden traducir como “las tres piedras del hogar” o “las tres piedras hacedoras”, según se lee en la Estela C de Quiriguá y en el códice Dresde. En ese lugar celeste, el Dios del Maíz tomó el fuego y lo envió a los seres humanos y es por ello que los mayas colocan tres piedras para hacer un fuego y cocinar o hervir el maíz.

Así que en el Mundo Maya el cielo y la tierra tienen lazos en común, quizá por ello en maya yucateco verde y una tonalidad de azul se pronuncian casi igual, ya que metafóricamente no se diferencia entre el cielo y la selva o entre el mar y el manglar. Nombrar significa identificar y corporeizar, pero los mayas con la Palabra lograron imbuir de alma a sus objetos tornándolos sujetos, entidades que además representaban fuerzas divinas.

Hace algunos millones de años la Península de Yucatán se encontraba sumergida en el fondo marino, cuando emergió, la vida marina se petrificó y si observamos con cuidado, encontraremos conchas marinas, restos de corales y crustáceos en casi cualquier pedazo calcáreo que hurguemos en Yucatán, así entonces, las piedras que los mayas utilizaron para construir sus Montañas Mágicas (se nombran Wits en jeroglíficos y pirámides las llamamos nosotros), tuvieron vida hace millones de años; los mayas quebraron las piedras con otras piedras y luego de hacerlas pequeñas, las transportaron en cestos o sacos para amalgamarlas con Sascab (tierra blanca) que servía como aglutinante, luego las piedras de las superficie eran talladas en forma cónica y empotradas entre la montaña de piedras pequeñas, más tarde el Wits se recubría con estuco (que obtenían al quemar otras piedras) y lo pintaban de color rojo, representando con ese color al “Ch’ulel” o energía sagrada, así entonces los mayas imbuían de alma a sus monumentos y dotados de esa virtud, se convertían en vasos comunicantes con sus dioses…

Piedra en Maya se dice Tun y las piedras de los Witsob’ tuvieron vida en dos ocasiones…

domingo, 19 de febrero de 2012

La Palabra Sagrada Maya




La Palabra en el Mundo Maya se relacionaba con el poder emanado de un dictamen divino y fue a través de la Palabra como los mayas históricos corporeizaron su imaginario religioso, nombrando y evocando a entidades inorgánicas que interactuaban en su cotidiano.

Los soberanos mayas se nombraron ahauob’ que quiere decir, los que determinan o hablan fuerte, los “Señores de la Palabra”, y es que en el mundo precolombino la palabra era una extensión del alma, implicaba compromiso y ubicaba a los seres humanos delante al cosmos, quizá por ello, la vírgula de la Palabra que observamos en algunos códices, emerge de la boca de los “Señores de la Palabra” para luego enroscarse en sí misma denotando que después de ser colocada en el aire, irremediablemente sus efectos y consecuencias regresarán hacia nosotros.



Escritura y Maíz


En el Mundo Maya, los dioses fueron caprichosos y los seres humanos sintieron una irrenunciable necesidad por satisfacerlos, los mitos mayas de la Creación nos indican que antes de nuestra Era, existieron dos quasi humanos que fueron elaborados en barro y madera respectivamente, pero se mostraron incapaces de pronunciar los nombres de sus creadores y así reconocerlos, por ello fueron destruidos para finalmente crear a nuestra especie que se manufacturó con granos de maíz.

 

El Poder de los ahauob’ se justificaba con sus palabras y con sus significantes, la tradición oral permitió la permanencia del corpus ideológico de los ahauob’ hasta que se percataron que debían dejar un testimonio que trascendiera al tiempo, a la impermanencia y a sus vidas mismas; fue así como surgió la escritura ideográfica-conceptual, una escritura jeroglífica que respondía a las necesidades del discurso de los ahauob’, como un recurso mnemotécnico con el que invocaban a las presencias divinas que les otorgaban el poder. Al contrario del origen económico de la escritura sumeria --que apareció como un medio para contabilizar el excedente de producción agrícola y la plusvalía--, la escritura maya nació como el fruto de una compleja parafernalia que dio forma a la estructura política de los gobiernos de los ahauob’.




Entre los siglos VIII y VII antes de nuestra Era, los mayas heredaron el imaginario religioso, matemático y jeroglífico de los pueblos zoques y olmecas, siglos después lo sublimaron de manera exponencial. En la periferia de Chiapa de Corso, Chiapas, se localiza una importantísima zona arqueológica del mismo nombre que data del siglo VI antes de nuestra Era, en la que se desarrolló una sociedad intermediaria entre los pueblos mayas y los zoques, en el sitio destaca un Witz (pirámide en maya), conocido como “Montículo 11” en el que fueron enterrados tres cuerpos, el de un hombre de aproximadamente 50 años, ataviado con sartales de más de un millar de cuentas de jade, llevaba un taparrabo al que le fueron incrustadas minúsculas perlas; pendientes de Jade en forma de lagartos (símbolo de la Tierra) y cucharillas ajorcas, pulseras, brazaletes, un espejo de pirita , una máscara con ojos de obsidiana y 15 vasijas; en otra zona de la excavación se localizó el cuerpo de la que pudiera ser su esposa y el de un joven sacrificado que al parecer fue “aventado” a un foso y murió del impacto, desconocemos la identidad y circunstancias por las que llegaron hasta el interior del Witz ya que en el entierro no se localizaron textos jeroglíficos.

( Un equipo de arqueólogos dirigido por la Lynneth Lowe del Centro de Estudios Mayas de la Universidad Autónoma de  México, Emilio Gallaga del Instituto Nacional de Antropología e Historia y Bruce Bachand de la Brigham Young University de Utah, USA, realizaron una profunda excavación en un Witz (Montaña Mágica) conocido como “Montículo 11” y descubrieron una tumba real de 2 700 años de antigüedad ).

Hacia el 400 a. C, hay testimonios de escritura jeroglífica en la ciudad olmeca de La Venta y mucho antes en San José del Mogote, Oaxaca, donde al parecer nació la escritura en Mesoamérica. Los pueblos mesoamericanos que desarrollaron la escritura jeroglífica reflejaron en sus textos primigenios el interés por fechar los eventos humanos y relacionarlos con el Tiempo Divino. Hacia el año 900 antes de nuestra Era y en la ciudad olmeca de San Lorenzo, el maíz experimentó un crecimiento acelerado y, en consecuencia, los rituales dedicados a los Héroes Gemelos pasaron a un segundo término y fueron suplantados por el culto al Dios del Maíz, en ese momento, la dieta mesoamericana dependió de ésta oleaginosa y se instauró el periodo de los ahauob’, quienes inscribieron y pintaron la historia de sus vidas y sus obras que hoy podemos leer traducir y comprender para descubrir la mentalidad de los Señores de la Palabra.

¿Qué nos dicen los jeroglíficos?

En el Mundo Maya existieron cientos de idiomas pero para la escritura jeroglífica se sirvieron del cholano occidental como idioma común, con excepción del Norte de la Península de Yucatán donde los textos jeroglíficos como los de Ek Balam, se leen en Maya Peninsular; la diferencia entre ambos es similar a la existente entre el portugués y el castellano, ignoramos por qué dentro de la diversidad de idiomas mayas el cholano occidental prevaleció como lenguaje común pero aún se hablan algunas variantes del cholano occidental y eso es extraordinario ya que los mayas de la región de Palenque pueden leer los textos jeroglíficos de su mayores… en su idioma.

Los mayas escribieron en pieles de venado, papel amate y en cerámica e inscribieron en piedras calcáreas y madera un elenco de intricados textos jeroglíficos que nos narran tanto la vida cotidiana de los nobles mayas, como los secretos de su universo divino. La escritura con pincel es ágil y de caligrafía ligera, podríamos decir que se puede paragonar con la escritura manuscrita, en tanto que la de imprenta sería la escritura que localizamos en la lapidaria y es más fácil de leer y traducir. Cada ah dzib (el de la escritura) tenía su propio estilo de caligrafía y eso nos sitúa en un desafío mayor por la diversidad de estilos pero descubrimos en algunos ah dzibob’ una verdadera búsqueda estética relacionada con el sonido mágico de las palabras mayas.


La mayoría de los idiomas mayas son lenguas aglutinantes y tonales, como el chino mandarín o el tailandés, en los que una palabra puede tener diferentes significados según la entonación que se le dé a las vocales. El idioma maya peninsular cuenta además con glotaciones particulares que producen sonidos complejos como si uno tosiera o expulsará un objeto de la garganta al mismo tiempo que se pronuncian las palabras. En este sentido, en su ensayo Chi siamo, storia de la diversità ummana los lingüistas Luca y Francesco Cavalli Sforza nos informan que los idiomas con glotaciones son considerados como los más antiguos del planeta, entre ellos, destaca además del maya peninsular, el bosquimano de Sudáfrica.



Los textos jeroglíficos de la lapidaria narran las ascensiones al trono, guerras, conquistas, desgracias, capturas de prisioneros, matrimonios, rituales y danzas sagradas entre otras actividades de los ahauob’ y de los dioses que rigurosamente se enmarcaban en el concepto circular del tiempo maya y se databan dichos eventos en tres cuentas calendáricas: el Tzolk’in que era un calendario ritual, el Haab que era el calendario agrícola-solar y la Cuenta Larga, medida del tiempo con la que los ahauob’ se emparentaban con los dioses. El lenguaje jeroglífico es metafórico y naturalista, refleja el sentimiento de unicidad que experimentaron los mayas con la naturaleza y con el cosmos; sus frases alegóricas a los astros o a las flores se relacionan con la guerra y con las almas de tal suerte que la condición violenta e impermanente del universo los condujo a la captura y sacrificio de sus iguales y la sutil estancia en la tierra seguía el frágil pero luminoso ciclo de las flores.


Encontramos jeroglíficos que contienen diversas posiciones de manos y están relacionadas con el arcaico lenguaje de los cazadores y de los chamanes, éstas grafías nos indican que los ahauob’ poseyeron los secretos de la otredad milenaria, del poder del ensueño y de la invocación a entidades inorgánicas que como aliados participaban de las ambiciones humanas o quizá pudiera ser que fuera al revés, lo cierto es que el lenguaje sagrado maya abría portales y ventanas al tiempo para comulgar con entidades divinas, al igual que lo hicieron en tiempos sin memoria los chamanes boreales para salvaguardar a sus pueblos e interceder y negociar la restauración de los dones divinos que se suspendían cuando los humanos quebrantaban los tabús, así entonces, los ahauob’ heredaron ese bagaje cultural y guiaban a sus pueblos por los destinos cósmicos a través de sangrías, danzas y ceremonias públicas en las que ofrecían su sacrificio corporal para emparentarse en esencia con sus entidades divinas pronunciando palabras sagradas.


Claudio Obregón Clairin