sábado, 8 de junio de 2013

La Escena I de El Relato de Xibalbá / La Serpiente Emplumada Voladora






En algún paraje próximo a Kantunilkín, Quintana Roo, se encuentra la “Gruta de Xibalbá-Pak Ch’en”. Aproximadamente a 23 metros de profundidad se ubica un Relato Mitológico Chamánico de origen olmeca que con escalofríos y estupefacción, hace 5 meses  tuve el privilegio de develar. El Relato de Xibalbá se compone de 5 escenas que presentan rituales chamánicos; 3 son figurativas y 2 abstractas.

La iconografía, los personajes, los símbolos, la temporalidad (700 a. C) y la factura del Arte Sacro, indican que se trata de un Relato Mitológico Chamánico creado por pueblos de origen olmeca. El estudio del Dr. Dominique Rissolo sitúa hacia el año 700 a. C la cerámica más antigua y la última ocupación la estableció hacia el año 600 d. C, lo que indica que los olmecas y los mayas compartieron sus espacios rituales. 

Ahora presento un dibujo casi completo de las Escenas I y II de El Relato de Xibalbá. Es preciso especificar que el dibujo muestra una superficie plana cuando en realidad el original está esculpido, tallado y pintado de manera irregular, siguiendo la configuración de la piedra, incorporando al diseño a los orificios y a las calcificaciones del muro.

El Relato de Xibalbá se lee de derecha a izquierda. Arriba a la derecha se ubica una ligera oquedad en la piedra, de ella pintaron la surgente de un flujo de agua y en la parte superior de la oquedad aparece un cráneo simiesco.




Un personaje sostiene lo que parece ser un plato y un ave se posa en su mano izquierda y sobre la derecha flota una especie de trinche; arriba de su cabeza, se observa esculpida una nariz de serpiente, al lado de la talla en la piedra, aparecen pintadas unas lenguas bífidas.

Junto al hombre aparece un infante con un exuberante tocado y sostiene a un muñeco con sombrero en forma de pastelitos.

Una cascada de estalactitas formada en la piedra desde hace milenios, surge como división entre el ámbito humano y el divino, de derecha a izquierda, cruzando la cascada encontré sino la más antigua, si una de las primeras representaciones de una entidad divina concebida como una Serpiente Emplumada Voladora: Kukulkán, Quetzalcoatl, Waxaklahun Uba’h Chan.

Últimamente noté que porta un tocado de  plumas en la parte superior y que luego se multiplica en 7 Serpientes, algunas pintadas, otras en relieve y en bajo relieve. La Serpiente envuelve un rostro olmeca con un guerrero junto a su ojo derecho y una cuenta de jade en el derecho. Su lengua es bífida y los ojos almendrados, la nariz y cuenta con dos orejas de murciélago, la izquierda tiene una flama pintada y sobre de ella aparece una espiral que en el original pareciera como si simulara una estela causada por el movimiento descendiente.

Debajo de la Serpiente Voladora se ubica un arco natural en la piedra que fue utilizado como la representación del Inframundo Maya. Hay un jaguar del lado derecho y los restos del número 9 (quedan nada más dos de cuatro puntos),  Realizando un arco aparecen esculpidas hachas y debajo de ellas el símbolo del viento al revés, es decir, el húmedo hálito divido que surge de la Gruta y asciende al cielo para crear las ansiadas lluvias.

El lado izquierdo del arco del Inframundo Maya es revelador del universo chamánico: en la parte inferior hay una especie de cola de reptil de la cual, como cuerdas de humo ascienden varios wayob’, naguales o coesencias, Son tres cuerdas, la del lado derecho está impecable, después de la cuerda se observan con claridad sus brazos y realiza un pase mágico al tomar al meñique de la mano izquierda con el meñique y el gordo de la mano derecha. El way, nagual o coesencia está de perfil y es claramente olmeca, de su orejera surge un rostro triangular, muy misterioso.
La del centro se compone de 7 entidades, 4 se ubican en la base y 3 en la parte superior. Un way de perfil olmeca observa frente a frente al way de la cuerda derecha. Dos de arriba, están atravesados a la altura del cuello por dos serpientes: una abre sus fauces y la otra sostiene una máscara.

La Escena II  la explicaré en otra ocasión ya que tengo que dibujar a los nuevos personajes, las hachas y las máscaras que recién descubrí. Ambas escenas forman parte de un discurso mitológico chamánico; en la Escena I de El Relato de Xibalbá encontramos la transición del ámbito humano al ámbito divino, los wayob’, el Inframundo Maya y una de las primeras representaciones de la Serpiente Voladora Emplumada.

1 comentario:

  1. Estimado Martin, los antiguos veían el cerca y el junto en Tres Mundos, superior es una manera que tenemos los occidentales para aproximarnos a uno de los planos que nuestros antiguos entendían como verdad existencial,hay dos más, igualmente importantes porque son complementarios, así arriba, en medio y abajo formaban una unidad, así comprendemos como bajo tierra puede volar una serpiente emplumada. En la selva existen serpientes que vuelan sin plumas es por ello que puntualizo, saludos cordiales hasta el mítico Sur...

    ResponderEliminar

Mi lista de blogs