martes, 25 de junio de 2013

La Serpiente Emplumada Olmeca de Kantunilk'in / Relato de Xibalbá



 
 
En éste fragmento de la Escena I de El Relato de Xibalbá --que en enero 2013 descifré en la Gruta de Xibalbá-Pak Ch'en, Kantunilk'in Quintana Roo--, observamos a una de las más antiguas (sino que la más antigua) representación de la entidad divina en forma de Serpiente Emplumada Voladora que conocemos como Quetzalcoatl, Kukulkán o Wuaxaklahun Ubah' Chan. Me llevó cuatro meses descubrirla, ésta fotografía es realmente fantástica ya que después de decenas de intentos, finalmente logré iluminar los Petrograbados sin aplanar la imagen cuando prescindí del flash e iluminé indirectamente y a distancia los Petrograbados.
 
Durante 4 meses trabajé sin tregua para descifrar su contenido iconográfico y descubrí que los chamanes olmecas que crearon éste magnifico Relato Mitológico, fusionaron en un único lenguaje plástico a la pintura, al relieve y al bajo relieve por lo que la lectura de El Relato de Xibalbá se procura en tres planos visuales. Es importante señalar que "El Relato de Xibalbá fue creado en la completa oscuridad" a 23 metros de profundidad, en una oquedad sagrada que conduce a un cenote.

El rostro de la Serpiente Emplumada Voladora tiene características olmecas, su boca está abierta y de ella emerge una lengua bífida y un torrente vital (la composición nos recuerda también al rostro de Tonatiuh de la Piedra de Sol llamado Calendario Azteca. Sus cejas y su nariz se forman con una serpiente que tuerce su cuerpo, en su costado derecho -izquierdo para nosotros- aparece un guerrero con sombrero y un escudo, de sus pies desciende el cuerpo de una serpiente que forma el contorno del rostro olmecoide y paralelo al guerrero, encontré un chalchihuitl o cuenta de Jade.
 
Cuenta con dos orejas de murciélago y una de ellas tiene dibujada una flama en su punta, entre las dos hay una mazorca de maíz en forma triangular. Al igual que el Dr. Dominique Rissolo que exploró la Gruta de Xibalbá al final del siglo pasado, inicialmente pensé que delante a las orejas de murciélago aparecía una probóscide de la divinidad de la lluvia que los mayas llamaron Chaak pero no fue así, un estudio posterior que realicé con iluminación con velas, me permitió comprender que se trataba de un rostro mas no de una probóscide; en ésta fotografía se ve claramente el rostro. La Serpiente Emplumada Voladora desciende de derecha a izquierda en tanto que debajo de ella, otra composición plástica tiene el ritmo de izquierda a derecha y de abajo a arriba, se trata de varios wayob' o naguales-coesencias que como cuerdas de humo ascienden desde la cola de un reptil. Uno de ellos, realiza un pase mágico al tomar con el índice y el dedo gordo de la mano derecha al pulgar de la mano izquierda.
 



El way está de perfil y tiene características olmecas, frente a él, otro way lo observa directamente a los ojos, están en comunicación visual. del tocado de la oreja izquierda del way de la derecha, repta una especie de cuerda de humo o serpiente que se transforma en una máscara que durante algunas semanas interpreté como de origen teotihuacano, su factura así lo evidencia, sin embargo, después de leer el conjunto de las imágenes de El Relato de Xibalbá y observar que uno de los elementos monotemáticos es el hacha ritual olmeca, ahora entiendo que la forma triangular de la máscara pudiera ser el resultado de reproducir un rostro-hacha, el asunto da para mucho más y hay más elementos mitogónicos, preparo un libro que publicaré en Canadá.
 
Resulta fantástico es que existe una deconstrucción de la máscara, su costado izquierdo -derecho nuestro- presenta una fractura ritual (que propicia también el rostro triangular) y de ella surgen varios personajes y más hachas, un jaguar y el número 9 (incompleto) que representa al Inframundo. En una concavidad inferior, aparece el simbolo del viento en forma de T pero invertida, lo que significa el hálito divino que surge del Inframundo para alcanzar el cielo y formar las nubes que propician las imprescindibles lluvias.
 
El Relato de Xibalbá es un conjunto de improntas chamánicas y encontramos pasajes del periodo de transición hacia una sociedad agrícola en las que destacan las entidades divinas que interactúan con los wayob' o naguales de los chamanes. El Relato de Xibalbá es el conjunto de petrograbados olmecas más importante hasta ahora descubierto y su contenido iconográfico ha venido a revolucionar nuestra interpretación histórica y a constatar algunos pasajes de la tradición oral mesesoamericana sobre los wayob' o naguales. Desde hace varios años argumenté en tesis y desarrollos teorícos que la Religión Maya era de origen chamánico y olmeca, fui sistemáticamente denostado y descalificado por el INAH de Quintana Roo, ahora El Relato de Xibalbá confirma que estoy en lo cierto, al tiempo...

miércoles, 12 de junio de 2013

Una Escalera Larga...





La Religión Matemática Maya determinaba que un engranaje celeste daba sentido a las conductas humanas; para los Mayas Históricos, los astros eran entidades divinas que interactuaban con los seres humanos y en el imaginario religioso maya destacan seis astros que se desplazan del Este al Oeste con movimiento propio: la Luna, Venus, Mercurio, Marte, Júpiter y Saturno. Arriba de ellos, un conjunto de 13 Constelaciones transitan en ese mismo eje.

Cuando un Hombre de Conocimiento Maya observaba al cielo nocturno, reconocía en el movimiento astral a un engranaje como el de las cajas fuertes que cuando giramos la perilla un X número de veces a la derecha y otras tantas  a la izquierda: se abre la caja fuerte; de la misma manera, los mayas contabilizaban los ciclos de Júpiter y Saturno y cuando se encontraban en conjunción con alguna de las 13 Constelaciones, se abrían los Portales hacia la otredad para que las entidades divinas descendieran al ámbito humano.

El engranaje celeste es puntual pero el clima impredecible, por ello, los mayas vivieron cuatro grandes sequías y, la del siglo X, fue devastadora. El engranaje celeste indicaba la presencia de la lluvia pero no aparecía, por lo tanto, durante decenios la sequía provocó guerras, hambres, enfermedades y decadencias; las entidades divinas abandonaron a los Señores de la Palabra... la Religión Maya Matemática desapareció y se dejó de inscribir en el Calendario de la Cuenta larga el 15 de enero de 909... es, precisamente en ese periodo de tiempo que los “mayanistas” dicen sin sustento que los mayas desaparecieron, que se fueron a la Cuarta Dimensión o a la constelación de Orión... el criterio humano se debate entre la creencia y la certeza...

La Ciencia

Según las informaciones recabadas por los telescopios Cob y Hubble, así como los estudios de la Radiación de Fondo,  hoy estamos ciertos que el 73 % de nuestro universo no sabemos qué es pero se mide y los científicos la nombraron Energía Oscura, el 23 %  es Materia Oscura y el 4 % restante son átomos, tú, yo y las estrellas…

Es complejo aceptarlo, más aún, hacerlo propio pero lo cierto es que somos minoría cósmica en un verso recitado a la velocidad de la luz.

Nuestra arrogancia nos impide aceptar que también somos un suspiro evolutivo envuelto en un Ego que misteriosamente adquirió conciencia, aunque la usemos para percatarnos que casi nunca la utilizamos.

El vacío envuelve a lo existente y es iluminado por miles de millones de estrellas. Algunas de ellas, emiten su energía y su luz a través del inconmensurable vacío galáctico y trascienden a la existencia de su fuente desplazándose através del tiempo.

En el silencio, el mundo se revela insondable y los eventos transitan sin recuerdos, la Palabra determina nuestro espacio y nuestro tiempo, palabras de admiración o desconsuelo ubican nuestras emociones en el laberíntico ámbito humano. Las palabras que se dedican al cielo nos liberan de las ataduras y de los adjetivos, bordeamos con ellas los linderos de la eternidad.

sábado, 8 de junio de 2013

La Escena I de El Relato de Xibalbá / La Serpiente Emplumada Voladora






En algún paraje próximo a Kantunilkín, Quintana Roo, se encuentra la “Gruta de Xibalbá-Pak Ch’en”. Aproximadamente a 23 metros de profundidad se ubica un Relato Mitológico Chamánico de origen olmeca que con escalofríos y estupefacción, hace 5 meses  tuve el privilegio de develar. El Relato de Xibalbá se compone de 5 escenas que presentan rituales chamánicos; 3 son figurativas y 2 abstractas.

La iconografía, los personajes, los símbolos, la temporalidad (700 a. C) y la factura del Arte Sacro, indican que se trata de un Relato Mitológico Chamánico creado por pueblos de origen olmeca. El estudio del Dr. Dominique Rissolo sitúa hacia el año 700 a. C la cerámica más antigua y la última ocupación la estableció hacia el año 600 d. C, lo que indica que los olmecas y los mayas compartieron sus espacios rituales. 

Ahora presento un dibujo casi completo de las Escenas I y II de El Relato de Xibalbá. Es preciso especificar que el dibujo muestra una superficie plana cuando en realidad el original está esculpido, tallado y pintado de manera irregular, siguiendo la configuración de la piedra, incorporando al diseño a los orificios y a las calcificaciones del muro.

El Relato de Xibalbá se lee de derecha a izquierda. Arriba a la derecha se ubica una ligera oquedad en la piedra, de ella pintaron la surgente de un flujo de agua y en la parte superior de la oquedad aparece un cráneo simiesco.




Un personaje sostiene lo que parece ser un plato y un ave se posa en su mano izquierda y sobre la derecha flota una especie de trinche; arriba de su cabeza, se observa esculpida una nariz de serpiente, al lado de la talla en la piedra, aparecen pintadas unas lenguas bífidas.

Junto al hombre aparece un infante con un exuberante tocado y sostiene a un muñeco con sombrero en forma de pastelitos.

Una cascada de estalactitas formada en la piedra desde hace milenios, surge como división entre el ámbito humano y el divino, de derecha a izquierda, cruzando la cascada encontré sino la más antigua, si una de las primeras representaciones de una entidad divina concebida como una Serpiente Emplumada Voladora: Kukulkán, Quetzalcoatl, Waxaklahun Uba’h Chan.

Últimamente noté que porta un tocado de  plumas en la parte superior y que luego se multiplica en 7 Serpientes, algunas pintadas, otras en relieve y en bajo relieve. La Serpiente envuelve un rostro olmeca con un guerrero junto a su ojo derecho y una cuenta de jade en el derecho. Su lengua es bífida y los ojos almendrados, la nariz y cuenta con dos orejas de murciélago, la izquierda tiene una flama pintada y sobre de ella aparece una espiral que en el original pareciera como si simulara una estela causada por el movimiento descendiente.

Debajo de la Serpiente Voladora se ubica un arco natural en la piedra que fue utilizado como la representación del Inframundo Maya. Hay un jaguar del lado derecho y los restos del número 9 (quedan nada más dos de cuatro puntos),  Realizando un arco aparecen esculpidas hachas y debajo de ellas el símbolo del viento al revés, es decir, el húmedo hálito divido que surge de la Gruta y asciende al cielo para crear las ansiadas lluvias.

El lado izquierdo del arco del Inframundo Maya es revelador del universo chamánico: en la parte inferior hay una especie de cola de reptil de la cual, como cuerdas de humo ascienden varios wayob’, naguales o coesencias, Son tres cuerdas, la del lado derecho está impecable, después de la cuerda se observan con claridad sus brazos y realiza un pase mágico al tomar al meñique de la mano izquierda con el meñique y el gordo de la mano derecha. El way, nagual o coesencia está de perfil y es claramente olmeca, de su orejera surge un rostro triangular, muy misterioso.
La del centro se compone de 7 entidades, 4 se ubican en la base y 3 en la parte superior. Un way de perfil olmeca observa frente a frente al way de la cuerda derecha. Dos de arriba, están atravesados a la altura del cuello por dos serpientes: una abre sus fauces y la otra sostiene una máscara.

La Escena II  la explicaré en otra ocasión ya que tengo que dibujar a los nuevos personajes, las hachas y las máscaras que recién descubrí. Ambas escenas forman parte de un discurso mitológico chamánico; en la Escena I de El Relato de Xibalbá encontramos la transición del ámbito humano al ámbito divino, los wayob’, el Inframundo Maya y una de las primeras representaciones de la Serpiente Voladora Emplumada.

martes, 4 de junio de 2013

El Chamán Izquierdo de la Piedra de Poder






El dibujo que presento muestra un fragmento de la Escena V de El Relato de Xibalbá, que fue recientemente descubierto en la oquedad sagrada maya conocida como Gruta de Xibalbá-Pak Ch’en, situada en los alrededores de Kantunilkín, Quintana Roo.

Observamos a un chamán sentado de perfil en un trono en forma de T, lleva un antifaz en su rostro y el original tiene trazos de pintura negra en su cuerpo. Arriba de él, se ubica su way-nagual o coesencia, tiene un rostro que asemeja a un jaguar.

Para distinguir al chamán y a su way, prescindí dibujar una serie de enigmáticos grafitis o filamentos que unen al chamán con su way, son pequeñas incisiones lineales en la piedra que no aparecen en el dibujo porque cuando lo realicé no entendía el motivo de su presencia y preferí no dibujarlos. El brazo izquierdo del chamán está fracturado y de ahí surgen los primeros filamentos (ausentes en el dibujo) que en su espalda configuran una base que pareciera el respaldo de una silla; otros filamentos parten de su rostro en zigzag y se conectan con su way. Interpreto que las incisiones lineales en la piedra que nombro filamentos, revela una intercomunicación energética entre el chamán y su way ubicado arriba de su cabeza. Durante algunos meses me preguntaba por qué el brazo izquierdo del chamán, además de estar fracturado intencionalmente, carece de una mano, pues bien, en una reciente sesión fotográfica, descubrí que está introduciendo su mano izquierda en las fauces de un jaguar…





Su brazo derecho se transfigura en una fascinante serpiente que gira hacia el chamán y luego asciende hacia el cielo, en la piedra original el dibujo de la serpiente sugiere que se trata de una Boa. El trono en forma de "T" simboliza al viento, al aliento, al hálito divino, fue decorado con plumaje o finas y largas cuentas de piedra, unas figuras geométricas pero no simétricas decoran la parte superior del trono. En su región genital aparece un símbolo que observamos también en algunas esculturas zapotecas de Monte Albán en le pasaje escultórico llamado erróneamente “Los Danzantes” (porque no lo son) lo cual no debe parecernos extraño ya que los pueblos olmecas precedieron y heredaron un conocimiento milenario a los teotihuacanos, zapotecas, totonacas, aztecas, toltecas y por supuesto, a los mayas. Los pueblos olmecas jamás formaron un Imperio, su aparición como decadencia son todo un misterio.

La imagen que ahora leemos, es uno de los chamanes olmecas de la Gruta de Xibalbá-Pak Ch’en, se encuentran ubicados en una gigantesca Piedra de Poder que surge de la Madre Roca. El chamán de la Escena V, fue la primera imagen de El Relato de Xibalbá que pude ver completa cuando cambié la técnica de iluminación y, en lugar de las potentes lámparas que centellaban en la oscuridad aplastando las imágenes, iluminé con velas --como con candelas o teas iluminaban nuestros mayores—y, sorprendentemente, surgieron las formas de un bagaje mitológico que estuvo resguardado en la silenciosa oscuridad durante largo tiempo y que ahora, gracias a la generosidad de los amigos mayas de Kantunilkín, Quintana Roo, podemos apreciar las extraordinarias improntas chamánicas que nos revelan un pasado pletórico de sorpresas y fascinantes rituales.



Cuando descubrí al chamán sentado en el trono e identifiqué a su way y a la Boa, tuve una de las experiencias más impactantes de mi vida, sentí que sus presencias surgían de la piedra al saberse reconocidos después de reposar en el silencio de la implacable oscuridad y revelarse inadvertidos delante a otros investigadores que me precedieron... En ocasiones con la conciencia se recrea a la Palabra y nacen otros mundos, así mismo, cuando las improntas mitológicas del pasado se tornan presentes en la mente humana, renacen otras visiones de nuestro mundo, en este caso, de un novedoso mundo chamánico olmeca que precedió al surgimiento de la Civilización Maya...

Estamos presenciando inéditas imágenes del Origen de lo Primero. El Relato de Xibalbá, es el corpus gráfico más largo y completo de la plástica olmeca, no existe en ningún otro sitio de Meoamérica, un conjunto de imágenes olmecas tan basto, tan complejo, tan bien conservado y está en Quintana Roo... diferentes pueblos mayas habitaron siglos después la Gruta de Xibalbá-Pak Ch’en, por lo tanto, resulta revelador que no transfiguraron el contenido iconográfico y abre nuevos espacios de investigación para comenzar a comprender la transición cultural entre los olmecas y los mayas. 

domingo, 2 de junio de 2013

El Descubrimiento de El Relato de Xibalbá





En enero del año en curso, unos amigos periodistas me invitaron a conocer La Gruta de Xibalbá, situada en los alrededores de Kantunilkín, Quintana Roo. Me habían comentado que en anteriores visitas, los guías mayas les mostraron un conjunto de imágenes abstractas, rostros y jeroglíficos labrados en un muro situado en el fondo de la oquedad sagrada y deseaban que los estudiara para ubicarlos en el contexto histórico.

Los primeros guías que nos acompañaron no dieron con la oquedad y después de caminar varias horas, regresamos a Kantunilkín. Fue entonces cuando alguien de la expedición comentó “el que conoce bien dónde está la entrada es Carlos Poot” fuimos a su casa y por fortuna estaba desocupado, con su compañía llegamos rápidamente y nos percatamos que habíamos pasado en varias ocasiones por la entrada y no la vimos ya que el ingreso es una pequeña hendidura en la tierra.



PRIMER CONTACTO

Antes de descender, Carlos Poot  solicitó permiso en idioma maya para ingresar, luego cada uno de nosotros hizo lo propio según sus interpretaciones espirituales ya que cuando se desciende al Xibalbá, hay que hacerlo con respeto y con una finalidad específica. Carlos amarró una cuerda, descendimos unos cinco metros y llegamos a una pequeña plataforma, desde ahí se observa toda la Gruta que tiene la forma de un anfiteatro. Descendimos a pie unos 20 metros por una pendiente de 45 grados, nos guiábamos por el haz de luz de las lámparas sordas, encontramos una enorme piedra en el centro de la oquedad, aunque está inclinada, la parte superior es plana y encima hay otra piedra tallada como si fuera “un asiento”.

Después de un rato, nuestros ojos se acostumbraron a la falta de luz y empezaron a ver un poco más, Carlos Poot me dijo, ahí tienes las máscaras ¿dónde? –pregunté-- estás enfrente de ellas –me contestó Carlos--, iluminé con mi lámpara y observé unas fantásticas máscaras y un enorme rostro provisto de orejas de murciélago, giré para mi izquierda iluminando el muro y me percaté que los petrograbados continuaban a lo largo de unos 13 metros hasta llegar a un altar con un nicho. Debajo del altar, se encuentra el ojo de agua de un cenote en el que encontramos algunos peces.

Realizamos un registro fotográfico de los petroglifos y petrograbados,  el altar estaba cubierto de raíces de árboles que incrustándose entre las rocas excavaron 30 metros hasta llegar a la humedad que surge del cenote, aún así, se identificaba en el muro una vulva y cuatro montañas, también el cuerpo de un niño envuelto por una lengua de serpiente, me llamó la atención que su cabeza carecía de rostro.

Agradecimos a Carlos Poot que nos auxiliara a encontrar la Gruta de Xibalbá y regresamos a Cancún. Durante una semana estudié a fondo las improntas que capturamos en el interior de la cueva y  lo que estaba observando era realmente extraordinario ya que no se trataba de Jeroglíficos sino de Petroglifos, es decir, diseños anteriores a la escritura.




SECRETOS REVELADOS Y COMPARTIDOS

Regresé en varias ocasiones a la Gruta de Xibalbá-Pak Ch’en, tuve el placer de conocer a Don Juan Cab y a su distinguida familia, quienes son los dueños del terreno donde se ubica la gruta, platiqué con ellos sobre la trascendencia del contenido iconográfico y me comentaron que en anteriores ocasiones había ya visitado la cueva el Dr. Dominique Rissolo pero hacía muchos años que no había regresado; mi amigo arqueólogo subacuático y Explorador National Geographic, Guillermo de Anda, me comentó que existía un reporte del Dr. Rissolo que se encuentra el la Web, aquí el link  http://www.amcs-pubs.org/bul/bul12.pdf  y, al estudiarlo, me percaté que el Dr. Rissolo había realizado un estudio de los tiestos que encontró y por la clasificación de estilos de cerámica, concluyó que la Gruta de Xibalbá-Pak Ch’en fue ocupada desde el año 700 a. C hasta el 600 d.C.  Su atención estuvo concentrada en un “reporte físico” del lugar, midió la dimensión de la oquedad pero los petroglifos que registró en su reporte no son muy claros, de hecho, únicamente publicó 3 dibujos muy generales y sin detalle.

Durante 5 meses he realizado un estudio iconográfico y gracias a que mi amigo Carlos Poot liberó con sumo cuidado las raíces que cubrían el altar, pude reconocer el sentido ritual de aquellas imágenes. Algunas semanas después conocí al promotor cultural de Kantunilkín, Germán Pool, con quien intercambié criterios e información; descendimos en varias ocasiones a la Gruta de Xibalbá-Pak Ch’en y Pool concuerda con mi conclusión: Es un “Relato Mitológico Chamánico Olmeca”.

He descubierto que son cinco escenas interrelacionadas entre sí, forman un discurso unitario: cuatro están en el muro y una en la Piedra de Poder, tres son figurativas y dos abstractas-simbólicas; se lee de derecha a izquierda. Es un Relato Mitológico que narra rituales chamánicos que realizaron Hombres de Conocimiento de origen olmeca en una cueva maya. Así de fuerte y contundente.

CONTENIDO RITUAL

La Escena I, situada en el extremo izquierdo de la oquedad, presenta primero el ámbito humano y después de una cascada de estalactitas pegada al muro, inicia el ámbito divino. En la parte humana, dos individuos, un adulto y un niño, realizan alabanzas de agradecimiento delante a una cueva de la que surge el símbolo del agua, llevan ofrendas y pareciera que danzan, la creatura lleva una especie de muñeco entre las manos con sombrero de pastelitos colocados uno sobre el otro. Al pasar la cascada de estalactitas aparece uno de los descubrimientos más importantes, se trata de una de las más arcaicas –sino que la primera—representación de la Serpiente Emplumada Voladora que todas las culturas precolombinas veneraron y que conocemos como Quetzalcoatl, Kukulkán o Waxaklahun Ubah’ Chan (las 18 imágenes de la serpiente). La serpiente desciende realizando una contorsión y su rostro principal (tiene varios) es definitivamente de origen olmeca, está custodiado por un guerrero y una cuenta de jade; se comunica con varios wayob’ (naguales o coesencias) que surgen de la cola de un reptil. En ésta escena aparece también un rostro triangular que en primera instancia ubiqué por sus características somáticas como de origen teotihuacano y será motivo de gran polémica los próximos años; la cronología oficial evidencia como imposible que sea de origen teotihuacano, pero ahí está, 600 años antes de Teotihuacan, dos interpretaciones: Mesoamérica fue un coctel de civilizaciones emparentadas o se trata de una representación estilizada de una hacha, quizá las dos opciones sean válidas.  Recientemente descubrí que la máscara se fractura en su costado derecho y como si fuera una caja de sorpresas, de ella surgen otras máscaras, un jaguar, el número 9 y más hachas.



La Escena II tiene a un personaje que pareciera coloidal, como una gelatina que se desplaza por el Xibalbá, sostiene un especie de cola de reptil entre sus manos, de ella surgen los wayob’ que se comunican con la Serpiente Emplumada Voladora. Junto a la entidad coloidal se encuentran los glifos de la palabra y el movimiento, destaca la presencia de “hachas” (un elemento religioso importantísimo para los olmecas) colocadas en relieve y bajo relieve, una oquedad en el muro fue incorporada al diseño.

La Escena III es abstracta, considero que es un espacio de transición discursiva, destaca la presencia de un triángulo en la parte superior y nuevamente aparecen los glifos de la palabra y del movimiento además de los que simbolizan al aire y a la lluvia.

La Escena IV se ubica arriba del ojo de agua del cenote y contiene un altar. Hay vestigios de que escurrían líquidos desde su interior --a mi entender sangre y copal-- habría que realizar pruebas para confirmarlo. El altar se compone de 4 serpientes, aparecen las fauces de una de ella, extiende su lengua para envolver a un niño de características olmecas pero sin rostro, arriba, un grupo de individuos danza junto a un fuego ritual, uno de ellos se desprende del grupo y salta hacia la cabeza sin rostro del niño de características olmecas. En la cornisa pétrea situada debajo del niño, una máscara invertida, en bajo relieve, nos recuerda la intención de los chamanes de transgredir nuestra realidad consciente y esa máscara invertida es un Portal para ingresar a la otredad.  Debajo de la máscara, aparece el dibujo de las Cuatro Montañas de la Creación y una vulva que simboliza la Creación y la fertilidad.

La Escena V es realmente espectacular, se localiza en el costado derecho de la Piedra de Poder ubicada delante al cenote. Dos chamanes con evidentes características olmecas realizan Actos de Poder, el primero abraza una lengua bífida y su cuello se alarga como el de las tortugas, entonces su cabeza aparece inmersa en un campo energético. El segundo chamán lleva un antifaz y estuvo pintado de negro según revelan los rastros de pintura, está sentado en un trono en forma de T (símbolo del viento) decorado con plumas y grabados. Su zona genital está resaltada en rojo con un símbolo que nos recuerda a los grabados que encontramos en algunos de los llamados “Danzantes de Monte Albán”, su brazo izquierdo se transfigura en una serpiente que después de una contorsión se eleva al cielo y el brazo derecho está fracturado, de la fractura surgen filamentos energéticos que se unen con su way o nagual que acecha arriba de su cabeza y tiene un rostro y cola de jaguar.



ESPEJOS

Estos apuntes sobre mi investigación del contenido ritual de El Relato de Xibalbá resultan ser novedosos e inquietantes, constatamos el origen chamánico de la Religión de los mayas históricos, ubicamos rituales y tradiciones que tienen su origen en las Culturas Boreales que existieron hace 14 mil años en el Hemisferio Norte, encontramos un bagaje cultural que compartieron olmecas y mayas, reconocemos los espacios sagrados donde los seres humanos comulgaban con las entidades divinas del Xibalbá.

Cuando la evidencia conduzca a reconocer mi descubrimiento, se abrirán nuevos espacios de investigación para comprender el proceso de transición cultural, religiosa y política entre los pueblos olmecas y los pueblos mayas. La directora del INAH en Quintana Roo, Adriana Velázquez, sin conocer la Gruta de Xibalbá-Pak Ch’en y sin haber leído mi informe preliminar, se apresuró a comentar a la prensa que “estoy exagerando y especulando” aquí el link: http://noticaribe.com.mx/2013/03/06/discrepa-inah-sobre-teoria-de-la-presencia-olmeca-en-qr-antes-que-los-mayas/  Adriana solicitó que diera una prueba de la antigüedad (700 a.C) cuando no fui yo quien lo afirmó sino el estudio del Dr. Rissolo. Su informe se puede consultar en la Web, en párrafos arriba está el link. Invité a Adriana y a los investigadores del INAH a que asistieran a una conferencia que recientemente dicté en la Casa de la Cultura de Cancún sobre El Relato de Xibalbá para compartir y profundizar en mi descubrimiento pero infortunadamente no asistió ningún representante del INAH.

Queridas lectoras, estimado lectores, es un honor compartir el conocimiento que nos pertenece a todos por igual y, ello es posible, gracias a la generosidad de Don Juan Cab, de su apreciada familia, de Carlos Poot, de Germán Pool y del Consejo Supremo Maya de Kantunilkín a quienes les envió un cordial saludo y mi gratitud.

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