martes, 21 de enero de 2014

Olmecas / Cabezas Estrábicas



En el número 12, Vol. 351, Sep.2004 de la revista New England Jounal of Medicine, la Dra. Margaret S. Livingstone publicó el artículo “Was Rembrandt Stereoblind?” en el que presentó los resultados que arrojaron los estudios en alta resolución de los autoretratos de Rembrandt (24 óleos - 12 grabados) evidenciando que un ojo mira directamente al espectador y el otro se desvía lateralmente. El estudio de la neurobióloga de la Universidad de Harvard nos devela que uno de los grandes maestros que en la pintura logró excelsas atmósferas tridimensionales, era bizco.

Si como un ejercicio procuramos el estrabismo, además de dolernos la cabeza, percibiremos que las imágenes se duplican y el espacio tridimensional se distorsiona; es también un acto recurrente entre los niños buscadores que experimentan con su percepción y, automáticamente reciben la reprimenda de sus preocupados padres quienes no desean que se queden bizcos y/o experimenten una distinta percepción de la realidad; sin embargo, el fundamentalista Diego de Landa escribió que el estrabismo formaba parte de los cánones de belleza maya.

Oficialmente se han descubierto 17 Cabezas Colosales Olmecas, todas tienen los ojos abiertos salvo la ubicada en el Rancho La Cobata, en el Cerro del Vigía, Veracruz, que por el rictus de su boca pareciera que estuviera ensoñando. Las demás cabezas olmecas tienen la mirada estrábica. Durante décadas hemos discutido sobre sus significantes, los motivos de su creación, la manera en la que fueron esculpidas y transportadas; sabemos que miden de 1.47 hasta 3.40 cm, que pesan de 3 a 60 toneladas, que fueron dañadas o sacrificadas ritualmente en tiempos históricos, que algunas de ellas estuvieron enterradas y que fueron cubiertas con estuco y pintadas. Tratamos de discernir los materiales de sus cascos así como su posible orientación geográfica sagrada, algunos estudiosos debaten sobre si tienen relación con la decapitación ritual del Juego de Pelota o son una representación primigenia de la posterior creencia maya que asumía a los dignatarios como hijos de la entidad del maíz. Nos preguntamos por qué la mayoría de ellas se encuentran en San Lorenzo y cómo fueron transportadas hasta La Venta, Tabasco, ubicada a 100 kilómetros en línea recta de las montañas de los Tuxtlas de donde fueron extraídas los bloques volcánicos para su creación. Algunas de ellas son el fruto de altares re-esculpidos y por ello tienen un rostro plano como las Cabezas 2 y 7 de San Lorenzo; discurrimos, en suma, sobre una serie de aproximaciones y mediciones, lo real es que denotan un origen étnico asiático y negroide. Además, son bizcas.



Rubén Bonifaz Nuño ha sido uno de los investigadores que ha puntualizado y estudiado el estrabismo de las Cabezas Olmecas y en la Pág. 118 de su obra Hombres y Serpientes (UNAM 1996) nos relata: “Alguna vez, buscando explicación para el estrabismo de las cabezas colosales, consulté el caso de la visión doblada a hombres sabios de la región de los Tuxtlas, en Veracruz; me dijeron que en el espacio creado entre las dos imágenes así provocadas, se puede ver la verdad. En análogo sentido, se lee en la página 66 de Journey to Ixtlan. The Lessons of Don Juan, 1986. Penguin Books: ‘La técnica (…) consistía en forzar gradualmente los ojos a ver separadamente la misma imagen. La falta de convergencia de la imagen causaba una doble percepción del mundo; esta doble percepción (…) permitía a uno la oportunidad de juzgar cambios en lo circundante, los cuales, ordinariamente, los ojos eran incapaces de percibir.’ Y también en la página 68: ‘Una vez que aprendas a separar las imágenes y veas dos de cada cosa, debes enfocar tu atención en el área entre las dos imágenes. Cualquier cambio digno de atención tendría lugar allí, en esa área.’ Y más adelante, en la página 184 se lee cómo el mundo visto entre imágenes creadas al bizcar, adquiere una realidad diferente, que podría pensarse verdadera. Con base en tales afirmaciones que hacen suponer una tradición indígena mexicana de conocimiento, cabría formular la hipótesis de que las representación del estrabismo en los ojos de las cabezas colosales, lo es de la humana intención de encontrar la verdad íntima de la realidad, de la posibilidad humana de descubrir lo verdadero y permanente en el siempre cambiante y engañoso mundo presentado por los sentidos de la conciencia.”

Se ha cuestionado hasta la aberración la obra de Carlos Castaneda pero lo anterior fue escrito por un integrante del Colegio Nacional, miembro de la Academia de la Lengua y connotado iconografista precolombino. Tengo para mi, que invariablemente hay que diferenciar entre la obra y el autor, me importa nada la vida personal de Carlos Castaneda así como lo que escriban con el hígado hinchado su detractores, me quedo con la trascendencia de su legado chamánico y con las nítidas relaciones entre la Tensegridad y el Toltecayotl, ahora constamos una liga entre la percepción de los sabios veracruzanos con la información chamánica de Don Juan y las cabezas olmecas.

Refiriéndose al estilo olmeca, Beatriz de la Fuente escribe en la página 340 de su obra Los hombres de piedra. Escultura olmeca. “…una marcada preferencia por el volumen o sea la imagen tridimensional; la masa que por su pesadez se mira sólidamente arraigada; la monumentalidad que expresa anhelos de grandeza; las estructuras de formas geométricas que manifiestan un orden en la concepción del mundo; el ritmo interno característico de la forma cerrada; el predominio de superficies redondeadas que cubren el áspero rigor del geometrismo; y la equilibrada armonía de las formas.” Ciertamente es una excelsa crítica del arte olmeca pero nada nos dice sobre los significantes de la estatuaria olmeca, la crítica del Arte Olmeca se parece a los narradores de un partido de fútbol quienes con palabras se recrean sobre lo evidente. Como ha apuntado Anatole Pohorienko, Beatriz de la Fuente “ha separado el contenido del estilo” , cierto, pero también nos ha alejado de su comprensión chamánica porque lo que nosotros consideramos expresiones artísticas olmecas son objetos de Poder social y chamánico que se transforman en sujetos y en extensiones energéticas de quienes representan y por ello fueron “matadas ritualmente” transfigurando su forma pero no haciéndolas polvo…

Las Cabezas Colosales Olmecas son bizcas, los sabios que hoy ocupan la tierra donde fueron esculpidas y el linaje chamánico que transmitió Carlos Castaneda  señalan que el estrabismo se enmarca –trasgrediendo su visión- en el humano ámbito de la búsqueda de la verdad,  los especialistas del arte y de las formas físicas nos describen la materialidad y es que el concepto de verdad, está relacionado –y condicionado- a la información y percepción de quienes lo ejercitan. 

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