sábado, 29 de noviembre de 2014

Los Ángeles de Ek B’alam



Enigmáticos seres alados resguardan el sepulcro del soberano maya Ukit Kan Lek Tok’ quien el 26 de mayo de 770 y a la edad de 30 años, ascendió al poder de la Ciudad Estado de Ek B’alam. Los registros epigráficos le otorgan el título de Kalomté --que se traduce como “rey de reyes” – y aunque desconocemos los pormenores de su gobierno, el tesoro de su tumba nos revela el enorme poder que logró concentrar ya que en ella se localizaron 7 000 objetos de jade, conchas y cerámica; curiosamente se ubicó también un extraño pendiente de “oro” proveniente de Oaxaca o Suramérica ya que los mayas no  acostumbraban la joyería áurea.

La tumba de Ukti Kan Lek Tok’ se le conoció en tiempos mayas como Sac Xoc Naah y se traduce como la Casa de la Lectura. La decoración de su fachada se mantuvo casi intacta porque fue cuidadosamente enterrada por los mayas. Sabemos que Ukit Kan Lek Tok’ dejó nuestro plano existencial en el año 801 y que su cuerpo reposó en un sepulcró blanco y dirigido hacia el Norte. La entrada a su tumba representa el ingreso a las fauces abiertas del Monstruo de la Tierra y por ello encontramos dientes y colmillos alrededor de la entrada. A los costados, aparece la representación de un guacamayo que para los mayas representaba a una entidad divina que existió antes del Sol, era presuntuosa y ella misma se creía el Sol, se le conoce con el nombre de 7 Guacamayo y lo ubicamos en diferentes atributos y representaciones como en la Estela 2 de Izapa, los Murales de San Bartolo o la lápida de Kinich Janaab’ Pakal K’in. En la fachada aparecen también mazorcas de maíz y la Cruz de San Andrés, un símbolo muy antiguo que se reconoce de origen olmeca; estamos delante a símbolos relacionados con un tiempo divino, el de la Creación.









Los ángeles han sido una imagen recurrente en las tradiciones ancestrales, seres alados los encontramos desde la remota religión Yazidí, siglos después, en Babilonia, hasta los felinos tuvieron alas; tanto los musulmanes como cristianos sustentan la existencia de ángeles y arcángeles, al amor se le identifica con un travieso ser alado que flecha corazones y en los sueños, volar con o sin alas, es una de las gratas experiencias de la vida. Volar resulta un acto divino o un desafío para los iluminados, en el caso de los mayas, encontramos a unos enigmáticos seres alados que presiden la parte superior de la tumba de Ukit Kan Lek Tok’. La tradición popular los llama “Los Ángeles de Ek B’alam”. 

Las Civilizaciones Originales comparten símbolos y relatos mitológicos porque el origen de los mitos se ubica hace 10 mil años entre los pueblos que habitaron la zona boreal del planeta y, después de las glaciaciones, como chocolate derretido sobre un helado de vainilla, el conocimiento nórdico descendió hacia las zonas tropicales y los mitos se adaptaron al entorno de las Civilizaciones Agrícolas. Es por ello que tanto sumerios como mayas o egipcios y polinesios, poseen mitos relacionados a Diluvios Universales, árboles fundadores, otras eras en las que hubo gigantes, seres de barro y seres alados, entre otros mitos de la Creación.

En el caso de Ek B’alam, si atendemos al lenguaje corporal, atavios y posiciones de los seres alados podemos distinguir coincidencias con representaciones de algunas divinidades mayas: en los Vasos de los  Dioses de la Creación catalogados con el número 2796 y 7750 de la Colección Justin Kerr, aparecen varios dioses de la Creación, los nombres no corresponden con las imágenes lo cual es un misterio aún sin resolver pero reconocemos con claridad que algunos dioses van en una barca como el Remero Raya --situado en la popa--, el Remero Jaguar –en la proa—y, fuera de la barca, frente a ellos, el Dios L que algunos investigadores identificamos con Bolom Yok Té o Bolom Ok Té; este personaje preside el inicio de la Creación, con los dedos de su mano señala el glifo “Mih” que significa inicio, es decir, comienza la Creación.







En la cornisa de la tumba de Ukit Kan Lek Tok’ aparece a la derecha un personaje quien con su mano presenta el glifo “Mih” de la Creación y junto a él otro ser alado presenta sus manos al frente como si sostuviera un remo, inmediatamente después, aparece la proa de una embarcación en la que hay otros personajes, uno de ellos tiene la mano derecha colocada en el hombro izquierdo en señal de diálogo pacífico y al centro un individuo sin cabeza pudiera ser la representación estilizada de la divinidad del maíz fusionada con la personalidad de Ukit Kan Lek Tok’.






¿Qué tendrían que ver los Dioses de la Creación Maya en el sepulcro de un dignatario? Su función es la rememorar el mito de la resurección del maíz y su ciclicidad ya que la planta muere para renacer de la misma manera que Ukit Kan Lek Tok’, siendo hijo del maíz,  resucitará en forma de sustento espiritual para su pueblo. El mismo Kinich Janaab’ Pakal K’in, enterrado en el Templo de las Inscripciones de Palenque, advirtió su regreso para el 4772. Es por ello que de manera figurada, en la fachada de la tumba de Ukit Kan Lek Tok’,  la vida y la muerte forman una unidad, por otra parte, la presencia de los seres alados con iconografía y su lenguaje corporal contienen coincidencias que nos remiten a los llamados Dioses de la Creación.
Coc.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Göbleki Tepe






En l995, el arqueólogo Klaus Schmidt, descubrió en Turquía un misterioso templo prehistórico que fue erigido antes de las  primeras civilizaciones, justo después de la última Glaciación.





Siete mil años antes que se edificaran las Pirámides de Egipto, un grupo de cazadores recolectores construyeron Göbleki Tepe: una montaña artificial que mide 300 metros por 300 metros de base y tiene al menos 3 niveles constructivos superpuestos. Actualmente se han desenterrado 4 de 20 enormes estructuras con pilares tallados en piedra en forma de “T”, cada uno mide 5 metros de altura y pesa 16 toneladas; se trata de recintos que no se parecen a nada conocido.



Klaus Shimidt duda que sean habitaciones de uso cotidiano: “Los indicios de su interpretación se encuentran en los grabados de la piedra que representan a animales en alto relieve como leopardos o zopilotes que tienen la función de guardianes. Son humanos estilizados –continúa Klaus--, la base en “T“ es el cuerpo estelizado de un ser humano que carece de rostro pero tienen brazos y manos. Son seres del mundo espiritual… sí, son las representaciones divinas más antiguas del mundo”.



El investigador Jeffrey I Rose, del Instituto de Arqueología y Antigüedades de la Universidad de Birmingham, comenta que los constructores de Göbleki Tepe requirieron de una organización suprema para tallar las gigantescas columnas, transportarlas y erigirlas; había que albergar a decenas de personas, abrevarlas y nutrirlas en una montaña sin recursos ni agua, lo cual implica una organización social con jerarquías y trabajo especializado.

Los investigadores presuponen que la agricultura nos convirtió en sedentarios, entonces desarrollamos conceptos religiosos, construimos templos y luego civilizaciones tecnificadas. Con la agricultura tuvimos tiempo para reflexionar y fue así que desarrollamos una religión. Esa era la teoría comúnmente admitida pero… Göbleki Tepe (la “colina panzona” en turco) está cambiando esa percepción.



El investigador, Joris Peters de la Universidad Ludwing Maximiliam afirma que “las columnas en forma de seres humanos estilizados y sin cabezas son el testimonio de un cambio de mentalidad humana que durante milenios comprendió que los seres y los animales poseían espíritus y los seres humanos fueron representados como una parte integral de la naturaleza. En Göbleki Tepe, el ser humano aparece en el centro de las cosas y de los eventos, la presencia de animales poderosos como el leopardo, las serpientes o los escorpiones esculpidos alrededor de los cuerpos de los seres humanos estilizados, coloca a los hombres por encima de toda la creación”. Por su parte Klaus Schmidt propone que no fue la agricultura y una economía de producción lo que condujo al surgimiento de la religión sino que “la religión empujó a nuestros ancestros hacia la agricultura”.




Estamos situados hace 12 mil años, mucho tiempo antes de que se descubriera la cerámica y se sembraran granos; fue entonces que un grupo de cazadores recolectores edificaron los primeros templos de la humanidad en Göbleki Tepe. Su iconografía así como la ausencia de ventanas en los recintos sagrados, nos conduce a la interpretación de un espacio nocturno, al culto a los ancestros y a la recreación de la cueva. En el transito de la cacería a la agricultura, hubo una transformación de los acuerdos que los seres humanos mantenían con el mundo espiritual y Göbleki Tepe nos narra esa transición. Las columnas representan --como bien apunta Klaus Schmidt – a seres del mundo espiritual, y con mayor precisión, propongo que se trata de “chamanes”, quienes tienen la capacidad de “hacerse uno” con los animales y desprenderse de su cuerpo, morir en vida y resucitar transfigurados en forma de “T” para dirigir las ceremonias en los recintos circulares, las cuales incluían festines alimenticios por la gran cantidad de huesos encontrados de uros, onagros, jabalíes, ciervos y aves.


¿Por qué edificaron 20 recintos circulares uno sobre el otro y por qué los últimos son cuadrados y más austeros, como si se tratara de un periodo decadente? La diversidad de templos nos indica una vigorosa y florida estructura religiosa que requería de espacios para ceremonias en tiempos y lugares diferenciados. Los últimos templos denotan ciertamente un periodo de decadencia en la estructura social al ser más austeros y con menor calidad técnica, probablemente –propone Jeffrey I Rose-- Göbleki Tepe fue victima de su propio éxito y después de 1500 años dejó de ser un lugar de  peregrinación al diversificarse su estructura religiosa, entonces se cubrieron los viejos templos y en otras comunidades aparecieron templos pequeños y rectangulares que respondían más a las creencias de la sociedad de agricultores que a las de los cazadores

El descubrimiento de Göbleki Tepe ha transfigurado nuestra percepción sobre el origen de la religión ya que antes de que existiera el primer plato que contuviera los primeros granos vueltos harina, los cazadores recolectores estructuraron un imaginario religioso que nos condujo al sedentarismo y, el elaborado corpus religioso de los chamanes, dio pauta a la religión como institución. Primero alabamos, festejamos y comulgamos, después sembramos.

Coc.

martes, 25 de noviembre de 2014

El otro, los otros, nosotros. Carta al Maestro Obregón




Querido padre, hace unos días se cumplieron cuatro años que decidiste partir de nuestro plano existencial. De niño conocí en tu voz las palabras de los poetas mayores que dibujan al mundo y a su pliegues, tu ausencia me ha enseñado a comprender a la impermanencia y al poder que reside en el instante; ahora entiendo que lo trascendente es la creación y que nuestras obras y nuestras acciones son las que determinan el lugar que decidimos ocupar en el cosmos.

Recordando los días de mi infancia que transcurrieron en los escenarios y en compañía de tus amigos, ubico que los actores son seres mágicos porque logran seducirse a sí mismos para “ser otros” y luego volver a ser ellos. Ser “el otro” y representar un momento escénico significa recobrarle al tiempo los matices de la intención humana y escenificarla en horario y cartelera. Representar una obra, es abrir una cápsula del tiempo donde todo, desde la mínima luz hasta el más alto vocablo, se repiten de manera precisa y, cuando se logra la magia de la recreación, gustosos constatamos la fuerza de una puesta en escena que recrea una realidad alterna, tangible, nuestra porque es una puesta en escena para nosotros, “los otros” que cuando vemos a los actores “ser otros”, les damos existencia.






Al concluir la función, el actor vuelve al camerino para colgar al personaje, se trata de un acto desgarrador, chamánico, en el que el actor ve desprenderse “al otro” y en ocasiones eso causa dolor, desequilibrio emocional. El actor percibe que algo de sí mismo también se quedó en el vestuario, son momentos de intensidad silenciosa; el recuerdo del cuerpo es poderoso ya que el actor está cierto que el personaje está en el camerino pero su cuerpo percibe su energía que como un registro o una sombra, se impregnará para siempre en él, y es que “la obra” del actor de teatro: es su cuerpo. En él, residen las historias de los personajes que ha interpretado.

Recuerdo tus procesos de transfiguración escénica, la magia de la atmósfera teatral, la fantasía de la comunión con una realidad alterna y cómo lograbas ser otro. Chamán de la Palabra que pronunciabas los conceptos en prosa poética, tus silencios eran poderosos y mostraste siempre una actitud congruente con las batallas de equidad social.

El mundo sigue igual de decadente pero más intenso y encuentro que el origen de nuestro infortunio se ubica en la deficiente manera en la que vemos “al otro” sin antes observarnos al espejo, como acontece con los malos actores. En el teatro, la realidad humana se recrea para develar su condición, en nuestra trama nacional, el absurdo es el dramaturgo. Más intenso.




Hay aplausos suspendidos en el tiempo, son legendarios los que te ofrecieron por actuaciones en Contradanza, El Rey Lear, Viejos Tiempos, Endgame, El Retablo de El Dorado entre otras puestas en escena, fuiste galardonado con la “Medalla de Bellas Artes”, multipremiado como mejor actor del año, obtuviste el Ariel, protagonizaste la película REED México Insurgente que obtuvo el premio “Georges Sadoul” pero en una ocasión llegaste temprano a tu casa después de un homenaje que te organizaron por tu trayectoria y te pregunté si no había estado bueno el evento “no me gustan los homenajes –me dijiste sonriendo--, el mejor homenaje que le pueden hacer a un actor es irlo a ver al teatro…”

El instante contiene infinidad de enigmas pero hacerlo propio es el gran desafío. Los actores y las actrices cuentan con la virtud de despojarse de ellos mismos para en un instante ser “el otro” delante a nosotros, que cuando los miramos, les otorgamos vida. Los otros que somos nosotros, al ver cómo el actor se transfigura en “el otro”, ingresamos a un espacio donde dos tiempos cohabitan hasta que el tiempo teatral nos absorbe y comulgamos con una recreación en la que el espacio ya no es lo que era y los actores dibujan un mundo que no siempre es el que vemos, sin embargo, se mueve.







La impecabilidad con la que te entregaste a la actuación y a la vida misma, son un ejemplo para varias generaciones de actores. De tu parte recibí grandes regalos, uno de ellos fue crecer en el teatro porque desde muy pequeño conocí algunos secretos de la construcción de realidades alternas, la magia de la transfiguración chamánica de los actores, el poder de la palabra, el valor de la estética, de lo sagrado, de la creación.

Fuiste uno de los primeros actores mexicanos que se atrevieron a darle réplica al director y fundamentaste siempre que los actores son creadores mas no ejecutantes. Delante a la impermanencia y a los poderosos instantes que hacen el conjunto de la vida, recuerdo la sonrisa que ofrecías a tu entorno cuando las dificultades eran mayúsculas, a tu amiga la disciplina, a lo severo que eras con la estupidez, a tus lúcidos comentarios, a tu irónico humor y a tu amorosa cercanía.




Verte en escena significaba experimentar una aproximación a otras edades y a otros signos, en el escenario tu cuerpo, por muy dolido o flagelado que estuviera, se erguía en “el otro” para dejar de ser tú. El teatro te permitía “ser otro” y los otros, que fuimos nosotros, veíamos cómo colapsabas al tiempo y hacías cómplice al silencio para con tu mirada dar pauta a la palabra que creaba otros mundos dentro del mundo. Fuiste creador de poderosos momentos de la actuación en México, es muy grato que frecuentemente, cuando doy mi nombre, me preguntan ¿como el actor? Soy su hijo, contesto sonriendo y me dan un comentario agradable de alguna de tus actuaciones. Te abrazo fuerte querido padre.


Entidades Divinas Mayas



El desconocimiento de la realidad histórica maya conduce a la especulación y tergiversa su pasado milenario. Así, mafufamente algunas personas ubican contactos extraterrestres de los mayas, los consideran galácticos y provenientes de la Constelación de Orión o que poseían un sentido social de confraternidad y respeto a la Madre Tierra.

Hoy, la lectura de su escritura, los vestigios arqueológicos y los estudios de antropología física nos indican que los mayas históricos fueron tan violentos como nosotros, que provocaron grandes deforestaciones y en su historia milenaria contaron con diferentes tipos de gobiernos, en ocasiones dirigidos por un ahau (rey) en otras por un grupo de dignatarios (Halach Uinicob’) y en ningún texto maya se hace referencia a la Madre Tierra.

Ciertamente los mayas históricos nos legaron un testimonio escrito para comprender su legado e inquietudes. Sin embargo, las inscripciones relatan la historia de los mayas unicamente desde el s. III hasta el inicio del s. X. Es una escritura sagrada porque vincula a los seres humanos con el ámbito divino pero sustancialmente se trata de una propaganda política de los gobernantes.

Los mayas utilizaron la escritura para sustentar el Poder de los ahauob’ (reyes) y su diálogo divino no era con dioses sino con entidades divinas. Un Dios es omnipresente, omnividente e invisible, su presencia implica un comportamiento ritual, moral y ético porque castiga y premia, nos vigila y vivimos con un sentimiento de persecución. Las entidades divinas mayas, por el contrario, se invocaban, se evocaban y se hacían presentes a través de rituales de sangrías, ejecuciones de enemigos, en la guerra, al consagrar un monumento, en las ascensiones al poder etc. Las entidades divinas están en equidad con los individuos, se vuelven sus aliados, interactúan con ellos, se hacen presentes y tangibles a través de hierofanías, la danza, las serpientes de humo o con los objetos-sujetos.



Las entidades divinas habitan en los 3 Mundos (cielo, tierra y submundo), algunas ciudades mayas invocaban a entidades divinas propias y las llevaban a las batallas blandiendo y azuzando sus imágenes ya que ellas también participaban en las guerras. Cuando por una terrible sequía hacia el s. IX, se fracturó el orden político y económico de los pueblos que configuran la civilización maya del Clásico, la relación con las entidades divinas se transfiguró y suspendieron su escritura ¿Por qué? Cuando los ahauob’ perdieron el contacto con las entidades divinas y dejó de llover, su autoridad se desfiguró y con ella su relación epistolar con lo divino. Si los nuevos gobernantes mayas del Postclásico se llamaban Halach Uinicob’ --que significa Hombre Verdadero-- es porque los ahauob’ resultaron falsos delante al colectivo y la escritura dejó de simbolizar el contacto individual con lo divino.

En esa transfiguración, a partir del s. XI la arquitectura maya también experimentó radicales cambios, aparecieron enormes plazas, espacios públicos y enormes Ptizob’ (Juegos de Pelota), el contacto con lo sagrado se extendió hacia otros sectores de la sociedad maya y el colectivo participó de los rituales, en tanto que durante el periodo de los ahauob’, la arquitectura y los espacios sagrados fueron íntimos porque el contacto con el ámbito divino era un exclusivo garante político de los ahauob’.

Cuando referimos la historia de algunas ciudades mayas del Clásico, nos encontramos con que la mayoría de las dinastías se fundaron entre el siglo III y IV, ciertamente hubo ciudades con ahauob’ legendarios y míticos en su fundación pero en ocasiones la Historia se ajustaba a los intereses de la dinastía reinante y se borraba el pasado destruyendo las estelas antiguas. Tenemos el caso por ejemplo de Yaxchilán que de ser una pequeña ciudad pasó a ser una Ciudad Estado cuando uno de sus reyes, Itzamanaaj B’alam II, aprovechó el vacío político que dejaba Calakmul en su lucha contra Tikal y controló la ruta comercial del Usumacinta. Ahora bien, aunque Itzamnaaj B’alam II dejó inscritas sus batallas y preferencias maritales, fue su hijo Yaxun B’alam IV quien reescribió la historia de Yaxchilán colocando a su madre (La Señora Cráneo) en la trama histórica inscrita en piedra (había sido ignorada por su padre) y relata danzas con báculos y ceremonias que realizó con su padre dando su visión de la historia que ahora ponemos en duda su veracidad ya que antes de su reinado hubo 10 turbulentos años en los que en Yaxchilán contó con un interregno y desconocemos realmente qué pasó durante esos años.




En ocasiones la majestuosidad de una ciudad maya es el resultado de grandes estadistas, tal es el caso de Palenque que a pesar de con anterioridad padeció dolorosas derrotas y vivió durante el periodo de grandeza de Tikal, se mantuvo vigorosa en el plano arquitectónico gracias al estadista maya Kinich Janaab’ Pakal K’in y más tarde a su hijo Kinich Kan B’alam, ellos dos son los grandes arquitectos de Palenque. Así que la historia de las ciudades mayas del Clásico está relacionada con la capacidad militar y chamánica de sus ahauob’ ya que en el Mundo Maya, la Condición Humana se complementaba con la Condición de las Entidades Divinas y cuando no se pronunciaron más sus nombres, dejaron de participar en los eventos humanos y aunque su vitalidad y energías fueron sustanciales para el imaginario místico maya, cuando dejaron de ser invocadas y evocadas, otras obsesiones mentales ocuparon la intención y la voluntad de los mayas históricos. El nombre corporeiza, da vida a lo inasible y vuelve tangible lo que no vemos en el plano consciente, los mayas históricos ocupaban gran parte de su tiempo en comulgar con la otredad.

sábado, 1 de noviembre de 2014

Altar de Halloween




Escuchamos mensajes radiofónicos que nos invitan a mantener vivas a “nuestras tradiciones de Altar de Muertos” y existe una tendencia nacionalista que confronta al Halloween como una tradición extranjera que “contamina a nuestras raíces”. En realidad los Altares de Muertos es una tradición europea y el Halloween forma parte de nuestras tradiciones porque somos los frutos de muchas semillas. Las tradiciones no se pierden, evolucionan y se sincretizan, si comprendiéramos el significado de la impermanencia en la Historia, pudiéramos reconocer a nuestra diversidad como nuestra mayor riqueza y no como un estigma… entonces nos veríamos por igual y sin rubor delante a un espejo bruñido en obsidiana o en uno templado por el fuego.

Los estudios de la investigadora Elsa Malvido concluyen que la “leyenda” referida a los Altares de Día de Muertos” que afirma ser una tradición precolombina: fue inventada por los intelectuales de los años 30’s ya que en realidad proviene de una tradición romana que retomó el Abad de Cluny en el s. X para honrar a los macabeos: mártires del santoral católico. Durante la festividad de Todos los Santos, se montaba en el templo un Altar donde se mostraba el Ara que son las reliquias de los santos que cada Iglesia poseía en sus altares ya fueran huesos o cráneos y sus atuendos. Los restos óseos de los santos eran considerados vasos comunicantes para entablar el perdón de Dios, por lo que los católicos del s. X visitaban una gran cantidad de templos con Aras para al final calcular los años de perdón que podían obtener después de rendir tributo a los literalmente llamados “Santos Difuntos”.

Así como es una falacia el trasnochado “Desarrollo Sustentable” --porque toda actividad humana implica degradación y exterminio--, de igual manera es falso que tengamos tradiciones mexicanas que debamos defender a ultranza de invasiones culturales “extranjeras”. El anacrónico concepto de “pureza” es racista y retrógrado. Nuestras Culturas Mexicanas son el resultado de migraciones y sincretismos: si no hubiera existido la Nao de China no tendríamos la Cerámica de Talavera ni existiría la China Poblana, de no haber existido la migración española durante la Guerra Civil, no tendríamos El Colegio de México ni panaderías donde hoy se presentan panes de muerto y calaveritas de azúcar. El gusto por hacerse de un cráneo no es exclusivo de las sociedades autóctonas de México, desde el Paleolítico, en Gobleki Tepe, Turquía, encontramos el culto a los cráneos y su cercanía en los hogares, la diferencia mexicana es que se comen y son dulces.

El Halloween no es un enemigo

En rigor, tiene tanto derecho un niño purepecha a comulgar con sus abuelos en un cementerio envuelto en humo de copal y repiques de campanas; que un niño cancunense de padres norteamericanos a pedir su Halloween de casa en casa. Obviadas las diferencias sociales, los dos son mexicanos bilingües y sus tradiciones familiares son válidas por igual. Es un acto  fundamentalista cuestionar a los niños mexicanos con ascendencia norteamericana que celebren lo que sus padres consideran parte de su cultura.

La diferencia sustancial no está en la forma sino en el fondo: el niño purépecha se viste para conectarse con una realidad alterna, acompañado de su familia ofrenda, evoca, invoca, agradece, reconoce, comulga; el niño cancunense se disfraza, exige con la amenaza “dulce o travesura”, atesora, compara y, al recibir, desaparece corriendo con sus amigos. Son dos realidades opuestas, ambas nos pertenecen, no son hechos aislados, son conductas y ni una es auténticamente mexicana ni la otra nos es ajena: son producto de tradiciones de diversas latitudes que se fusionaron en nuestro país con migraciones, son sincréticas y por lo tanto merecen respeto por igual ya que forman parte de nuestra cultura y se aderezan con nuestro sazón por ello algunos niños que celebran el Halloween no dicen el tradicional “dulce o travesura sin que develan el sincretismo con un ¿no me da para mi calaverita?                      

El meollo del asunto es reconsiderar que estamos atascados al confrontar  --desagarrándose los ropajes— al Halloween ignorando la diversidad étnica de nuestras tradiciones. Es absurda la campaña de rencor contra el Halloween ya que miles de mexicanos lo celebran, lo sustancial radica en diferenciar y entender nuestra pluralidad. Es insano seguir negando lo que somos y cómo evolucionamos.

La foto que acompaña mi reflexión es del pueblo Pomuch, en Campeche, donde los mayas de hoy en día y durante los días de muertos, van a sus cementerios a limpiar las tumbas de sus deudos y sacan las osamentas para limpiarlas con brochas y luego llevan a sus hijos y les dicen: aquí está el tío Martín y ella es la tía María... esta tradición pudiera estar emparentada con el Altar V de Tikal en el que observamos al ahau (rey) Jasaw Chan K'awiil y un noble de Maasal, realizan una exhumación ritual de la osamenta de una mujer reconocida de alta jerarquía y sabemos también que era práctica común en ese periodo histórico exhumar y limpiar los restos de sus ancestros y volverlos a pintar con cinabrio... lo que acontece en Pomuch sí es una tradición autóctona pero no los Altares de Muertos que es sincrética. Considero insano desgarrarnos las vestiduras negando una parte de nuestra historia, tenemos una frontera kilométrica con los Estados Unidos, si hay tacos y enchiladas por allá, también tenemos hamburguesas y Halloween por acá, somos la primera minoría en USA y los estadounidenses son los turistas mayoritarios en el Caribe de México. Contamos con un número importante de residentes norteamericanos y sus hijos mexicanos asisten a escuelas como el IAS de Cancún en la que celebran el Halloween y al mismo tiempo montan sus Altares de Muertos, ellos no tienen conflicto al unificar las dos tradiciones, nadie debería tenerlos, ambas nos pertenecen por igual con diferente intensidad.

Recapitular sin rencores es una sana disciplina que no ejercemos y es por ello que nos sentimos invadidos por tradiciones y culturas supuestamente ajenas cuando en realidad, nuestra historia y nuestra cultura, se sustentan en su migraciones.