viernes, 13 de marzo de 2009

La Pirámide de Kukulkán / ensayo-histórico


La Pirámide de Kukulkán, en Chichén Itzá, no es una pirámide porque no termina en punta pero la llamaremos así porque es como se le conoce mundialmente. Para sus constructores, representaba un homenaje a la Montaña Mágica-Creadora (Huitz), un vaso comunicante entre las fuerzas de las tinieblas y las del cielo, una expresión plástica del Calendario Solar (Haab) y el escenario donde la serpiente de luz y sombra (Kukulkán, Gucumatz, Quetzalcóatl) desciende por el perfil de la escalera Norte al atardecer de cada equinoccio. En su tránsito del cielo al Xibalbá (universo subterráneo maya), la Serpiente de Luz se materializa en el perfil de la pirámide y conforme atardece, el cuerpo de Kukulkán desciende con los mortales y continúa su recorrido a través del Sac-Bé (Camino Blanco) que conduce al Cenote Sagrado y, en la liturgia de los soles antiguos, se entendía que la serpiente descendía por el Cenote hacia el Xibalbá.

En el Katún 8 Ahau 1185 a 1204 d N.E (de Nuestra Era) los mayas Cocom de la ciudad de Mayapán y los mayas Itzá de Chichén, tuvieron algunas diferencias; cansado de que las negociaciones no satisfacían su ambición, el mandamás de Mayapán, Hunac Ceel Cauich, mandó llamar a sus amigos del Altiplano: Tzontecum, Pantemit e Itzcuat: finísimas personalidades de aquellos soles, reconocidos en el ámbito militar por ser despiadados criminales y contundentes mercenarios. Con esa grata compañía, Hunac Ceel Cauich conquistó –a sangre y lanza-- la ciudad de Chichén Itzá; al amanecer de un nuevo día y para legitimar su poder, convocó al respetable público (es decir, a los sobrevivientes y a los conquistadores) a una magna reunión en la orilla del Cenote Sagrado y ante el asombro de todos aquellos que pudieron arrimarse al borde del cenote, el temerario Hunac Ceel Cauich, se colocó en la cima del templo del cenote, le echó una mirada a los 23 metros que lo separaban de tremendo chapuzón y después de una respiración profunda, se lanzó al vacío… salió vivo y cuando lo subieron, comentó que los dioses le habían confirmado que él era el elegido para gobernar, dijo que sabía otras cosas más pero que no las iba a contar y entonces empezaron a construir la Pirámide de Kukulkán justo encima de otra pirámide.

Los Cocom se quedaron 2 Katunes (40 años) en Chichén Itzá, luego vino la venganza de los Itzá quienes invadieron Mayapán e inició un periodo de decadencia; algunos Katunes más tarde, los Xiu, de Uxmal, también le entraron al quite porque tenían algunos rencores entripados contra los Cocom y las crónicas mayas coloniales siguen contando que en 1441 se destruyó definitivamente Mayapán, en 1464 pasó un huracán marca Wilma arrasando la Península de Yucatán, en 1480 apareció la peste y en 1496 más guerras, así que cuando llegaron los peninsulares, encontraron abandonadas las principales ciudades mayas.

Los inefables Montejo, intentaron establecerse en Chichén Itzá pero los Cocom defendieron la ciudad, pasaron los siglos y a mediados del XIX, el explorador Augustus le Plongeon enloqueció al observar que las representaciones de Hunac Ceel Cauich tenían una prominente barba que era prácticamente igual a la suya, se ponía al lado de los dinteles de la estancia principal en la cima de la pirámide, colocaba su rostro junto a la barba de Hunac Ceel Cauich y les decía a los mayas que era descendiente de los gobernantes antiguos de Chichén Itzá. Ignoraba el simpático saqueador Augustus le Plongeon, que la barba de Hunac Ceel Cauich simbolizaba el culto a Ah Mex Cuc (el de la barba de ardilla) por aquello de que la cola de la ardilla y la barba se asemejan pero el trasfondo del mensaje iconográfico es que la ardilla está relacionada con el tiempo y con el conocimiento del mismo; finalmente, el culto al tiempo es lo que predomina en cada uno de los elementos arquitectónicos de la Pirámide de Kukulkán.





Los mayas históricos dividieron el Calendario Solar (Haab) en 19 meses. 18 de 20 días = 360 más 1 mes de 5 días (Uayeb, que a la sazón era considerado nefasto). La pirámide de Kukulkán tiene nueve plataformas e igual número de niveles se encuentran en el Xibalbá, así, la Montaña Sagrada de Kukulkán es como una representación plástica en la tierra del universo subterráneo; vista de frente, nos presenta 18 niveles que equivalen a los 18 meses de 20 días del Haab y los cinco del Uayeb los representaron los mayas con las cinco almenas que estaban en la cornisa del techo (hoy quedan 4).

Obsérvese cómo no existe simetría, la puerta está al centro de la escalera pero no al centro del templo o al centro del nicho donde se encuentra una imagen de Chaac, Dios de la Lluvia y el lado izquierdo cuenta con una plataforma dedicada a la danza dale click a la imagen para que al agrandarla, descubras la magia de la arquitectura maya: "chueco al ojo humano y centrado al curso de los astros...

El tiempo para los mayas históricos fluía como un líquido vital por los árboles que sostenían a la tierra (que veían como un cocodrilo) y al cielo (que pensaban era el caparazón de una tortuga); el tiempo transitaba de manera circular; cada 52 años, un ciclo del Calendario Solar concluía en sincronía con un ciclo del Calendario Tzolk´in, precisamente el número 52 aparece plasmado en la Pirámide de Kukulkán: en 8 plataformas de la pirámide, se localizan 3 bajo-relieves en forma de grecas



pero la última plataforma cuenta solamente con 2 grecas, así que 8x3=24 más dos de la última plataforma =26. La pirámide vista de frente, tiene 26 grecas de un lado y 26 del otro, dando un total de 52.

Chichén Itzá se traduce como: “en la boca del pozo de los Itzá” y me gusta llamarla: "La Ciudad donde las Piedras Cantan". En los lados Norte y Oeste de la Pirámide de Kukulkán uno puede aplaudir y se escucha un eco agudo que reproduce el canto del Quetzal (pájaro emblemático de la Civilización Maya de plumaje verde) lo cual pareciera imposible ya que la piedra calcárea utilizada en la construcción y restauración de la pirámide, absorbe el agua al igual que el sonido y este fenómeno acústico se reproduce también en las escaleras del templo de Quetzalcóatl de la Ciudadela de Teotihuacan, las cuales, igualmente deberían absorber el sonido porque son de piedra volcánica (Tezontle). Este efecto acústico es una difracción del sonido conocida como la “dispersión de Braggs” causada por la geometría de los escalones y para nuestros ancestros representaba el espíritu del ave sagrada relacionada al mito de la creación.

La restauración de la pirámide fue realizada con criterios arquitectónicos modernos, utilizando “una plomada” lo que dio un sentido simétrico que los mayas históricos nunca ejecutaron. La arquitectura maya es orgánica, sigue los patrones de la naturaleza y el cosmos, no ángulos rectos y criterios aristotélicos y cartesianos. Los mayas históricos privilegiaron la homogeneidad sobre la simetría y, en el caso de la Pirámide de Kukulkán, podemos acercarnos a sus lados Sur y Este para constatar que en la zona que no fue restaurada la pirámide, los escalones no son simétricos ni tampoco la pirámide; la puerta del ingreso al templo está centrada con la escalera pero no con el centro del templo y es precisamente esa asimetría lo que permite que se proyecte del otro lado de la pirámide el fenómeno de luz y sombra de Kukulkán que desciende por la balaustrada Norte de la pirámide durante los periodos equinocciales. Cuando uno aplaude en los lados que no fueron restaurados, el sonido es menos agudo y esto acontece porque la escalera no está completa: algunas piedras están rotas y ha perdido su cubierta de estuco.



Chichén Itzá fue un centro de peregrinación para invocar a las fuerzas acuíferas, así lo evidencian los objetos encontrados en el Cenote Sagrado provenientes de Panamá, Colombia, Golfo de México o el Altiplano. Las tradiciones trascienden voluntades y hoy en día, es un punto de peregrinación para algunos Defecantropus apañensis y Cancunifetecus consustus quienes al pie de la montaña de Kukulkán, ceremonialmente se disfrazan con túnicas blancas, se amarran una banda roja en la frente, invitan al fuego para que provoque el arribo del humo de Copal que repta como serpiente, suenan los caracoles en dirección a los cuatro rumbos del cosmos, luego forman un círculo, pronuncian palabras ajenas a su lengua materna e invocan a las energías cósmicas para solicitarles, paz, armonía y luz, ahí, en la misma pirámide donde los Itzá y los Cocom, escenificaron infinidad de guerras, traiciones y sacrificios humanos.



La incongruencia entendida como verdad, es el fruto más preciado de la simulación.



Y en ese tono, La Pirámide de Kukulkán fue elegida como una de las Siete Maravillas Modernas pero la Organización de las Naciones Unidas, para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, desconoció tal elección y pinto su raya.

La idea original le asiste al millonario suizo Bernard Weber quien invirtió 10 mil dólares y ganó una fortuna con sus certificados de votación que vendió como pan caliente por todo el mundo, amén de recaudar otra montaña de dólares con los votos vía celular y ahora, organizará viajes a las Nuevas Siete Maravillas.

La votación no fue muy diáfana que digamos, dos semanas antes de la decisión final, se retiraron los resultados de la votación en el portal del señor Weber. Misteriosamente, el Partenón (gloriosa construcción ateniense) desapareció del primer lugar y de pronto, como caballo negro, apareció Petra, en Jordania, colándose a la fiesta por la ventana, lo cual resulta muy controvertido, sobre todo, porque la familia real de Jordania invirtió un dineral para que Petra fuera designada finalista.

La Montaña Sagrada de Kukulkán es considerada por millones de individuos en el mundo como una Maravilla Moderna y dadas las circunstancias que actualmente rodean a la pirámide, se avista la degradación de los conflictos sociales y se acentuarán las injusticias contra los mayas por las presiones e indiferencia que ejercen los intereses económicos. Los monumentos pertenecen a la Nación, pero los terrenos son de propiedad privada y su expropiación será ahora más complicada y por supuesto mucho más cara por aquello del fenómeno Weber.

Los descendientes de los mayas que alguna vez habitaron Chichén Itzá, viven en los pueblos de los alrededores de la zona arqueológica en condiciones de vergonzosa marginación; son vistos por el gobierno como un atractivo etnológico y poco, muy poco del caudal de riquezas que genera el turismo masivo se distribuye entre los descendientes de quienes erigieron la ahora nombrada Maravilla Moderna. Bastaría con observar que “no toda evolución significa progreso” y que la riqueza generada con los permisos de video (35 pesos cada uno y son miles por semana) reinvertida en Chichén Itzá y sus alrededores, sería un valioso incentivo económico para provocar las soluciones a los conflictos latentes y a la centenaria, vergonzosa e imperdonable marginación de los pueblos mayas.

Si no se procura un desarrollo económico digno y productivo a las comunidades mayas, nada más por derechos de antigüedad, los descendientes de los Itzá y los Cocom, tienen el absoluto derecho de procurarse la vida vendiendo sus artesanías (y las made in China) al lado de la Pirámide de Kukulkán, estemos o no de acuerdo con esta irregular realidad ya que por otro lado, tal informalidad, propicia la explotación infantil, la invasión de necesidades occidentales, desintegración familiar, evasión de impuestos etc.

El otro sol, una turista española estaba realizando un estudio fotográfico a una abuelita maya quien discreta y dignamente ofrecía a los transeúntes sus pañuelos bordados a mano; la turista española buscaba el perfil de la abuelita maya y le exigía “no te muevas”. Le tomó unas diez fotos más con la Pirámide de Kukulkán de fondo y sin darle las gracias, dio media vuelta y se fue… Hey, amiga, espera –le dije-- y sorprendida, la turista española se paró. Cómprale unos pañuelitos a la señora, finalmente le hiciste un estudio fotográfico. “Es que no me gustan” –contestó— bueno, entonces dale una propina --le dije-- y respondió: “Nada, que no tengo dinero…” miré fijamente a los ojos de la española, luego a los de la abuelita maya y me dirigí a la turista española: Pues con tu actitud, ahora me pregunto quién verdaderamente vive en la miseria ¿ella o tú?

4 comentarios:

  1. ¿500 años no son nada?... Diría Gardel. Es que escribiste la palabra "española" cinco veces en un mismo párrafo. ¡Qué malvada la turista española!, por cierto, ¿la estancia en Mexico le salió gratis? El resto de tu artículo es muy interesante.

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  2. Si el señor ha mencionado tantas veces la palabra "Española" será porque logicamente al desconocer el nombre, ha de utilizarse un sobrenombre, pues aquí no hay cabida a ninguna discriminación puesto que contra la misma es su lucha escrita. Pero no se juzga nunca la nacionalidad, sino la acción y más la actitud; creo yo, se comenta entonces que este tipo de situaciones son provocadas por la misma actitud que los mexicanos tomamos hacia estas dignas y admirables personas que son los descendientes de la raza maya. Qué triste que alguien crea que el dinero que gasta en un viaje, puede saldar o justificar un defecto de su propia ética y moral, independientemente de su nacionalidad.

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  3. Hola, los seres de luz prescinden de la nacionalidad y la miseria humana está presente en el poder adquisitivo, ignoró si era catalana, madrileña o sevillana, da lo mismo, más allá de su nacionalidad lo único que supe de ella fue su miseria y su acento, podría ser también chilanga o del barrio de donde vengo yo, eso es lo de menos, lo demás, es considerar que pagar un viaje a un destino significa hacerlo suyo y comportarse como no acostumbra en su casa, donde el agua es más cara que el vino. Celebro sus comentarios, gracias. Claudio

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  4. Dr. Palomo, gracias por su comentario, respondió con claridad y la ignorancia y la tozudez no son defectos ... son decisiones de vida que nada tienen que ver con la nacionalidad, podría haber sido una persona de mi barrio y con igual inquietud le hubiera dado la misma respuesta... si no fue capaz de dar una propina por lo que a hurtó, menos me iba a dar su nombre aquella mujer coleccionista a hurtadillas...

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