En tiempos anteriores a la
plusvalía y a la usura, los chamanes velaban por la salud psicológica de la
comunidad y por el bienestar energético de la tierra que habitaban; la
naturaleza en aquellos gélidos tiempos era violenta y radical. Subsistir en
condiciones de adversidad únicamente era posible bajo severos códigos morales y
éticos, cuando algún integrante de la sociedad rompía un tabú, lo chamanes eran
los intermediarios para resarcir las ofensas sociales a los seres
sobrenaturales y mediaban con los
espíritus de los animales que cazaban.
Ese entendimiento de la existencia
se originó aproximadamente hace 14 mil años en el gélido Norte y después de concluido
el periodo glaciar, descendió al Trópico de Cáncer donde se tropicalizó y se
transfiguró cuando las sociedades se volvieron agrícolas.
ERAN CAZADORES AQUELLOS CARNALES
El tránsito de la recolección a la
cacería fue un proceso largo y no hubo ruptura mitológica. Algunos rituales,
usos y costumbres así como mitos y tradiciones paleolíticas, se mantuvieron
presentes en el inconsciente colectivo, es más, en algunos casos se complementaron,
como en el mito maya de los Gemelos Preciosos, quienes para mantenerse
presentes en el imaginario religioso de la nueva economía agrícola, se convirtieron
en “hijos del recién llegado Dios del Maíz”.
En diversas tradiciones mitológicas
del mundo aparecen dos hermanos, forman parte de un rezago mitológico paleolítico
que se mantuvo presente en las religiones agrícolas o pastoras y es una
respuesta a la percepción de dualidad complementaria que experimentaron
nuestros ancestros (día-noche, hombre-mujer, bien-mal etc.) y por ello, en
algunos mitos relacionados con la Creación o con la fundación de ciudades,
aparecen dos hermanos: Caín y Abel, Rómulo y Remo, Gluskap y Malsum, Xbalanqué
y Hunabkú por mencionar algunos de ellos.
Las Culturas Boreales
que se establecieron hace más de 10 mil años en el Hemisferio Norte, fueron
sociedades cazadoras que dieron importancia suprema a la interacción con las
fuerzas de la naturaleza, a las entidades divinas, a las almas de los humanos y
a la de los animales estaban en primer plano
Los chamanes
mesoamericanos heredaron un conocimiento milenario y lo adaptaron a su entorno
geográfico y a las necesidades económicas de sus sociedades. El transito a la
agricultura fue un lento proceso en el que si no se dejó de cazar y recolectar
tampoco desaparecieron las percepciones energéticas del chamanismo aún y cuando
la economía fuera agrícola.
LOS
OLMECAS
A
las primeras comunidades urbanas de Mesoamérica se les asigna el nombre de
olmecas y hace referencia a pueblos de origen asiático y negroide que habitaron
en todos los rincones de Mesoamérica hacia el 1 200 a. C y que alrededor del
año 400 a. C experimentaron una misteriosa decadencia; legaron a los mayas, a los
teotihuacanos, a los zapotecas --y a prácticamente a todas las demás
Civilizaciones que los precedieron—un bagaje milenario que contenía sus
conocimientos matemáticos, astrológicos y una estructura política sustentada en
un ahauob’ , Halachs Uinicob’, Tatich o tlatoanis quienes estuvieron chamanísticamente
relacionados con quienes nosotros llamamos dioses pero en realidad eran
entidades divinas. ¿cuál es la diferencia entre ambos? Los dioses son
ominopotentes, omniscientes, castigan o premian los deseos humanos y se les
invoca a través de la oración; las entidades divinas descienden al plano
terrenal y hay una comunión frontal con ellas, adquieren cuerpo y son cómplices
de los deseos humanos; también luchan contra otras entidades divinas o realizan
acuerdos con ellas en el universo jerárquico y energético que se encuentra
pegado al nuestro... algunas de ellas siguen presentes en nuestro imaginario
occidental del s. XX, en Veracruz se les nombra chaneques y en Yucatán aluxes o
aluxob’.
Los
pueblos olmecas establecidos en lo que actualmente ocupan el Estado de
Guerrero, y en Oxtotitlan nos dejaron un fantástico testimonio gráfico de sus
chamanes. En la localidad de Acatlán,
se encuentra la Cueva de Oxtotitlan, ahí fue pintada la imagen del chamán que acompaña el
artículo. Ha sido situado por George Kubler entre el año 900 a.C y entre el 800
a. C y 500 a. C. por David Grove. Un periodo en el que surgieron las primeras
grandes ciudades olmecas y las primeras mayas, es por ello que los olmecas y
los mayas fueron pueblos contemporáneos y lo que atañe a uno le interesaba al
otro. Es importante comenzar a ver la Historia Precolombina como una unidad en
la que múltiples civilizaciones se relacionaban y compartían la misma religión
de origen chamánico.
DESDE
EL PORTAL DEL CHAMAN
El
Chamán de Oxtotitlán levanta su mano izquierda (la parte del way-nagual) hacia
el cielo y su derecha deposita una semilla en la tierra; sus pies se incrustan
en ella y se muestran delante al rostro del Monstruo de la Tierra quien tiene
dos enormes colmillos de jaguar. Con una mano solicita al cielo el agua para
con la otra plantar los granos de
la incipiente sociedad agrícola.
Une
con su cuerpo los Tres Mundos (Cielo-Tierra y Submundo) y lo logra porque es
capaz de desdoblar su cuerpo en dos (como dos son los hermanos fundadores de
mitos y ciudades, es decir: del pensar y del quehacer), para acceder a otros
mundos, para lograr tal desafío, se vale de su cuerpo chamánico o energético
que observamos detrás de él en forma de águila.
Los
chamanes tienen su doble animal y se les reconoce como wayob’, naguales o
coesencias. Aquí apreciamos una de
las más antiguas imágenes de chamanes olmecas, su factura es extraordinaria, al
ser policromada entendemos que los colores tienen un sentido ritual, el artista
pintó al chamán partiendo del ojo de su nagual: el águila. Existía una oquedad
natural en la piedra de forma circular, el artista vio el ojo del nagual-águila
en ese orificio y comenzó a pintarlo a partir de esa conexión con la forma y el
acceso gráfico a la otredad.
La
cueva de Oxtotitlán que estamos viendo está expuesta al medio ambiente, es
visible a unos 10 metros de altura en un muro de piedra que únicamente con un
andamio pudieron llegar los artistas a pintarlo.
Más
o menos por la misma época en la que se realizó la pintura del chamán de Oxtotitlan,
otros pueblos olmecas realizaron un Relato Mitológico-Chamánico en el interior
de la Gruta de Xibalbá-Pak Ch’en, situada en los alrededores de lo que
actualmente hoy es Kantunilkín, Quintana Roo.
El
Relato de Xibalbá es la expresión plástica más completa de rituales chamánicos
en toda Mesomamérica. Se constituye por 5 escenas, en una de ellas, aparecen
los wayob’ que ascendiendo como cuerdas de humo se materializan delante a la que
probablemente sea la representación más antigua realizada en Mesoamérica de la
entidad divina que se representa como una Serpiente Emplumada Voladora y que se
le reconoce como Kukulkán-Quetzalcoatl.
La
próxima semana presentaré una reseña de cómo descubrí el Relato de Xibalbá
ubicado en la Gruta de Xibalbá-Pak Ch’en y una aproximación a su contenido
gráfico referido a las prácticas chamánicas de nuestros mayores.