sábado, 25 de mayo de 2013

De Siberia a Oxtotitlan





En tiempos anteriores a la plusvalía y a la usura, los chamanes velaban por la salud psicológica de la comunidad y por el bienestar energético de la tierra que habitaban; la naturaleza en aquellos gélidos tiempos era violenta y radical. Subsistir en condiciones de adversidad únicamente era posible bajo severos códigos morales y éticos, cuando algún integrante de la sociedad rompía un tabú, lo chamanes eran los intermediarios para resarcir las ofensas sociales a los seres sobrenaturales y  mediaban con los espíritus de los animales que cazaban.

Ese entendimiento de la existencia se originó aproximadamente hace 14 mil años en el gélido Norte y después de concluido el periodo glaciar, descendió al Trópico de Cáncer donde se tropicalizó y se transfiguró cuando las sociedades se volvieron agrícolas.

ERAN CAZADORES AQUELLOS CARNALES

El tránsito de la recolección a la cacería fue un proceso largo y no hubo ruptura mitológica. Algunos rituales, usos y costumbres así como mitos y tradiciones paleolíticas, se mantuvieron presentes en el inconsciente colectivo, es más, en algunos casos se complementaron, como en el mito maya de los Gemelos Preciosos, quienes para mantenerse presentes en el imaginario religioso de la nueva economía agrícola, se convirtieron en “hijos del recién llegado Dios del Maíz”.

En diversas tradiciones mitológicas del mundo aparecen dos hermanos, forman parte de un rezago mitológico paleolítico que se mantuvo presente en las religiones agrícolas o pastoras y es una respuesta a la percepción de dualidad complementaria que experimentaron nuestros ancestros (día-noche, hombre-mujer, bien-mal etc.) y por ello, en algunos mitos relacionados con la Creación o con la fundación de ciudades, aparecen dos hermanos: Caín y Abel, Rómulo y Remo, Gluskap y Malsum, Xbalanqué y Hunabkú por mencionar algunos de ellos.


Las Culturas Boreales que se establecieron hace más de 10 mil años en el Hemisferio Norte, fueron sociedades cazadoras que dieron importancia suprema a la interacción con las fuerzas de la naturaleza, a las entidades divinas, a las almas de los humanos y a la de los animales estaban en primer plano

Los chamanes mesoamericanos heredaron un conocimiento milenario y lo adaptaron a su entorno geográfico y a las necesidades económicas de sus sociedades. El transito a la agricultura fue un lento proceso en el que si no se dejó de cazar y recolectar tampoco desaparecieron las percepciones energéticas del chamanismo aún y cuando la economía fuera agrícola.

LOS OLMECAS

A las primeras comunidades urbanas de Mesoamérica se les asigna el nombre de olmecas y hace referencia a pueblos de origen asiático y negroide que habitaron en todos los rincones de Mesoamérica hacia el 1 200 a. C y que alrededor del año 400 a. C experimentaron una misteriosa decadencia; legaron a los mayas, a los teotihuacanos, a los zapotecas --y a prácticamente a todas las demás Civilizaciones que los precedieron—un bagaje milenario que contenía sus conocimientos matemáticos, astrológicos y una estructura política sustentada en un ahauob’ , Halachs Uinicob’, Tatich o tlatoanis quienes estuvieron chamanísticamente relacionados con quienes nosotros llamamos dioses pero en realidad eran entidades divinas. ¿cuál es la diferencia entre ambos? Los dioses son ominopotentes, omniscientes, castigan o premian los deseos humanos y se les invoca a través de la oración; las entidades divinas descienden al plano terrenal y hay una comunión frontal con ellas, adquieren cuerpo y son cómplices de los deseos humanos; también luchan contra otras entidades divinas o realizan acuerdos con ellas en el universo jerárquico y energético que se encuentra pegado al nuestro... algunas de ellas siguen presentes en nuestro imaginario occidental del s. XX, en Veracruz se les nombra chaneques y en Yucatán aluxes o aluxob’.

Los pueblos olmecas establecidos en lo que actualmente ocupan el Estado de Guerrero, y en Oxtotitlan nos dejaron un fantástico testimonio gráfico de sus chamanes. En la localidad de Acatlán,  se encuentra la Cueva de Oxtotitlan,  ahí fue pintada la imagen del chamán que acompaña el artículo. Ha sido situado por George Kubler entre el año 900 a.C y entre el 800 a. C y 500 a. C. por David Grove. Un periodo en el que surgieron las primeras grandes ciudades olmecas y las primeras mayas, es por ello que los olmecas y los mayas fueron pueblos contemporáneos y lo que atañe a uno le interesaba al otro. Es importante comenzar a ver la Historia Precolombina como una unidad en la que múltiples civilizaciones se relacionaban y compartían la misma religión de origen chamánico.

DESDE EL PORTAL DEL CHAMAN



El Chamán de Oxtotitlán levanta su mano izquierda (la parte del way-nagual) hacia el cielo y su derecha deposita una semilla en la tierra; sus pies se incrustan en ella y se muestran delante al rostro del Monstruo de la Tierra quien tiene dos enormes colmillos de jaguar. Con una mano solicita al cielo el agua para con la otra  plantar los granos de la incipiente sociedad agrícola.

Une con su cuerpo los Tres Mundos (Cielo-Tierra y Submundo) y lo logra porque es capaz de desdoblar su cuerpo en dos (como dos son los hermanos fundadores de mitos y ciudades, es decir: del pensar y del quehacer), para acceder a otros mundos, para lograr tal desafío, se vale de su cuerpo chamánico o energético que observamos detrás de él en forma de águila.

Los chamanes tienen su doble animal y se les reconoce como wayob’, naguales o coesencias.  Aquí apreciamos una de las más antiguas imágenes de chamanes olmecas, su factura es extraordinaria, al ser policromada entendemos que los colores tienen un sentido ritual, el artista pintó al chamán partiendo del ojo de su nagual: el águila. Existía una oquedad natural en la piedra de forma circular, el artista vio el ojo del nagual-águila en ese orificio y comenzó a pintarlo a partir de esa conexión con la forma y el acceso gráfico a la otredad.

La cueva de Oxtotitlán que estamos viendo está expuesta al medio ambiente, es visible a unos 10 metros de altura en un muro de piedra que únicamente con un andamio pudieron llegar los artistas a pintarlo.

Más o menos por la misma época en la que se realizó la pintura del chamán de Oxtotitlan, otros pueblos olmecas realizaron un Relato Mitológico-Chamánico en el interior de la Gruta de Xibalbá-Pak Ch’en, situada en los alrededores de lo que actualmente hoy es Kantunilkín, Quintana Roo.

El Relato de Xibalbá es la expresión plástica más completa de rituales chamánicos en toda Mesomamérica. Se constituye por 5 escenas, en una de ellas, aparecen los wayob’ que ascendiendo como cuerdas de humo se materializan delante a la que probablemente sea la representación más antigua realizada en Mesoamérica de la entidad divina que se representa como una Serpiente Emplumada Voladora y que se le reconoce como Kukulkán-Quetzalcoatl.

La próxima semana presentaré una reseña de cómo descubrí el Relato de Xibalbá ubicado en la Gruta de Xibalbá-Pak Ch’en y una aproximación a su contenido gráfico referido a las prácticas chamánicas de nuestros mayores.

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