martes, 12 de noviembre de 2013

El Bambú y Los Sueños



En las montañas del Norte de Tailandia habitan distintos grupos étnicos: Akka, Karem, Lisu y Meo quienes hablan diferentes lenguas y poseen religiones, usos y costumbres diametralmente opuestos; sin embargo, tienen en común al desesperante lodo. Todo el año el lodo los rodea ya que cuando llueve todo se enloda y cuando siembran arroz se anda en el lodo.

Los Akka también siembran amapola y viven permanentemente drogados con la ilusión que provoca el humo fumado en bambú y son asediados por las circunstancias y los imponderables hasta los niveles en los que la miseria transgrede la materia para colocarse en sus espíritus.

Los Karem, más sobrios, construyen espaciosas casas de bambú a dos metros de altura del lodo, cocinan el bambú tierno y lo condimentan con chiles. Su existencia transcurre con la atención completa y a ritmos pausados, cada uno de sus pensamientos es claro y controlan sus deseos; un estadio de tal naturaleza otorga paz, seguridad, libertad... son budistas.

Una mañana desperté en un pueblo Karem en medio de la selva y junto a los elefantes que nos aguardaban para seguir nuestro viaje, un grupo de niños budistas presenciaba la partida del grupo de turistas del cual formaba parte; de pronto, quedamos rodeados y atrapados por sus gritos, nos hacían señas y no entendíamos su discurso ya que el tailandés es un idioma incomprensible, sobre todo cuando lo gritan los niños. 

Observé que nos empezaron a tomar fotografías y a videar con sus cámaras recién manufacturadas con lodo... fue una lección de ida y vuelta la que nos dieron esos canijos chamacos... apenas pude tomarles una fotografía que con gusto comparto con ustedes para describir que el bambú que se come, permite erigirse con dignidad sobre el lodo o fumar en él y soñar que lo hacemos...


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