martes, 13 de octubre de 2015

El Día de la Raza



Celebrar el Día de la Raza es un absurdo en todos los sentidos. No existen las razas humanas ya que no nos subdividimos en especies biológicas. En1492 no se descubrió América, Colón y sus marinos estaban perdidos. Los latinoamericanos somos los frutos de milenarias migraciones y de múltiples conquistas, reducir a un evento a nuestros orígenes limita la comprensión de nuestra Condición Humana.

Los mexicanos no somos hijos de la puta del conquistador como decía Carlos Fuentes. Algunos se identifican con el laberíntico berrinche de la soledad de Octavio Paz y se consideran hijos de la chingada, muy su gusto. Tengo para mi, que Octavio nos regaló una mentada de madre en prosa poética y la apropiación de su laberinto es un fiel reflejo de la incongruencia histórica ya que no nos atrevemos a vernos en nuestra totalidad y nos lamentamos de nuestra mayor riqueza: la diversidad.

Los mexicanos mestizos en un volado nos jugamos la vida pero en un albur nos duele el corazón. Tenemos la piel finamente susceptible porque desvaloramos a nuestras riquezas culturales. Se nos desgarran las vestiduras por los refugiados de Siria pero denigramos a nuestros pueblos autóctonos y a los migrantes centroamericanos en tránsito a los USA los recibimos en Chiapas a machetazos, mordidas, extorsiones y violaciones.

Repudiamos al Impero Español del S. XVI argumentando en castellano nuestro escupitajo al espejo. Precisamos hacer las pases con la otra parte de nosotros mismos para dejar de celebrar incongruencias y lamentar la conquista e invasión peninsular. Marco la diferencia entre conquista e invasión porque los mayas no fueron conquistados ya que conservan sus valores culturales, lengua e imaginario colectivo, por otra parte, si no hubiese acontecido esa conquista e invasión, no hubiéramos existido.

¿Acaso los mixtecas se lamentan hoy en día de la conquista que les propinó el tlatoani Ahuizotl y de los tributos y víctimas que debieron otorgarle para  los acrificios humanos en el Templo Mayor? ¿Quién en en Teotihuacan celebra la conquista teotihuacana de Tikal y el asesinato del ahau Chak Tok Ichaa'ak I en enero de 378? ¿Nadie en Chichén Itzá guarda rencor por la conquista del cocom Hunac Ceel Cahuich sobre los Itzáes en 1185? Ninguno de mis amigos tlaxcaltecas se sienten ofendidos porque sus ancestros dejaron de comer sal durante 20 años por designio de los mexicah quienes además los obligaban a realizar guerras floridas para sacrificar a los prisioneros ¿Quién llora la muerte del tepaneca Maztla en 1430 a manos de los mexicah quienes convirtieron a Atzcapotzalco en un mercado de esclavos?

Las Condición Humana nos ubica en la violencia, la depredación y el agandalle, forman parte de nuestra esencia independientemente del idioma o lugar de nacimiento. Las fronteras son imaginarias y transitorias, frágiles y absurdas, nos condicionan y lo aceptamos porque nuestra conducta como animales gregarios nos conduce a la búsqueda de la Identidad Regional, esto ocurre desde e Cromañón y no dejará de suceder, forma parte de los principios elementales de la evolución. Hacer el bien y desear lo mejor es una abstracción y un anhelo, realizar lo contrario es lo normal. Los castellanos, aragoneses, judíos y árabes que acompañaron a Colón en sus viajes patrocinados por la ambiciosa reina católica, no fueron lo más granado de la cultura ibérica, pero ningún ejército se constituye de intelectuales y aquí los recibieron ancestros que practicaban la antropofagia y realizaban sacrificios humanos.

Castigar a una parte de nuestra identidad opaca a la otra parte de la que estamos hechos. Se nos ha inculcado una amañada versión de nosotros mismos, de pronto, nos encontramos con una percepción de culpa de aquellos eventos históricos en los que no participamos pero que indudablemente nos configuran y nos presentan desvalidos y derrotados delante a un vertiginoso presente de posesión y gerencia del mundo que pregona de manera suicida la sociedad occidental; ese pasado de culpa y de culpables, se instala en el “presente lineal” de nuestro entendimiento racional y nos limita nublando a nuestra identidad latinoamericana.
Abracemos a nuestras sombras, sin ellas no estamos completos.

 Claudio Obregón Clairin


1 comentario:

  1. Vaya!!! Es un gran ejemplo lo que usted escribio. Admito que me parece raro escuchar este tipo de cosas en una pagina que habla sobre culturas prehispanicas, puesto que nisiquiera los libros son menos prejuicios en lo que respecto a lo que paso hace 500 años n.n

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