lunes, 11 de enero de 2016

Los Mayas del Clásico



Los mayas clásicos se organizaron políticamente en Ciudades Estado las cuales fueron gobernadas por Ahauob (reyes) quienes se asumían como los hijos de la Entidad Divina del Maíz. Los textos jeroglíficos escritos en las estelas y dinteles narran que  existieron al menos 60 reinos.

En los tiempos de los mayas históricos, el Poder se heredaba y se mantenía a través de la guerra, las sangrías, las invocaciones, los rituales, las decapitaciones y las danzas.

Antes de la ceremonia de ascensión al trono, los Ahauob debían emprender algunas batallas y capturar enemigos para sacrificarlos y decapitarlos.

La guerra maya se coordinaba con los movimientos planetarios, principalmente con Venus que estuvo relacionado con la Guerra. Los desplazamientos de Venus del alba al crepúsculo, determinaban los días propicios para escenificar sus batallas. El jeroglífico para la guerra es el diseño del planeta Venus sangrando sobre una ciudad.

Cuando en epigrafía maya se menciona que una ciudad fue conquistada, se dice que "fue hachada" es decir, que le cortaron la cabeza. Cuando una ciudad recobraba su libertad en jeroglíficos mayas se escribe: "recuperó su escudo y su pedernal".

La Guerra Maya fue celeste e invocaban a sus entidades divinas para que los acompañaran en las batallas.

Sabemos que los mayas tuvieron infinidad de dioses, pero es preciso apuntar que más que dioses, fueron "entidades divinas" que participaban en los eventos humanos. Un Dios es omnipresente, omnividente, omnisciente, nos vigila y norma la conducta moral creando en quienes creen en él, un sentimiento de persecución y de observación permanente; al ser falibles los seres humanos, surge la culpa por que son pocos aquellos quienes se aproximan a la impecabilidad, generando deuda y una doble moral entre lo que debe ser y lo que se hace. La comunicación con un Dios se da a través de los rezos.

Una Entidad Divina, se evoca, se invoca y se torna tangible. La relación que mantienen los seres humanos con las Entidades Divinas es de equidad y hay acuerdos e intercambio de favores, la comunicación con ellas se da a través de rituales, ceremonias y ofertando. Las Entidades Divinas son caprichosas y exigentes, adoptan atributos de otras Entidades, se multiplican y se transfiguran.

El universo mágico que existe en las tradiciones orales y en la memoria del colectivo de nosotros, los mexicanos, se refleja en diversas expresiones culturales como las peregrinaciones, las festividades de Ofrenda de Día de Muertos o durante la celebración de la Virgen de Guadalupe y no tiene explicación racional; sin embargo, para nosotros es tan real, tangible y vital, como puede ser para un matemático una intrincada ecuación, más aún, hay matemáticos racionales que profesan una Fe.

Los mayas vivían conectados con ese universo mágico, para ellos los acuerdos con el movimiento y con las entidades energéticas que en él habitan, dieron sentido a sus vidas y por ello ritualizaron su cotidiano.

Observaron que al nacer había sangre, que al atardecer los portales de fuego reclamaban corazones ensangrentados, que la mazorca de maíz "se decapitaba" para luego con sus granos germinar nuevamente la vida, en consecuencia, deformaron sus cráneos para reproducir la forma de la mazorca de maíz; cuando decapitaban al Ahau conquistado, era como cortar la mazorca de la caña de maíz y la sangre --Ch´ulel--, el vínculo divino para comunicarse con esas entidades que se invocaban para obtener su ayuda sobre natural y lograr una victoria en la batalla.

Los mayas de aquellos tiempos no usaron arcos ni flechas, utilizaron lanzas con puntas de pedernal y obsidiana, eran filosas y punzantes, cuando atacaban podían fácilmente liquidar al enemigo, pero no era el caso, lo importante era capturarlo.

Una vez que un Ahau era sometido,  en ocasiones se acordaba una fecha relacionada con el movimiento planetario para decapitarlo, durante la espera, era desangrado, y su vital líquido se ofertaba a sus Entidades Divinas. Cuando se trataba de exterminar al linaje, también los hijos varones eran sacrificados y la consanguinidad real era mantenida por las mujeres.


Nuestra afinidad con las aves se manifiesta en la danza y en el canto, pero nuestra actitud vital, está emparentada con los felinos, por ello, los Ahauob portaban títulos nobiliarios con apelativos relacionados a los pájaros y a los jaguares.

Coc.

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