Cuenta el Popol Vuh que cuando lo de arriba no se parecía a lo de abajo y el caos reinaba en la paz del mar, todo era de noche y los Dioses Mayas hicieron consejo para crear a seres que los veneraran, los primeros fueron de barro y desaparecieron con torrenciales aguaceros, entonces crearon a los seres de madera quienes a su vez fueron también destruidos, sus objetos tomaron vida y la escoba y los molcajetes cobraron venganza del maltrato que les prodigaron, así de triste fue el final de los seres de madera, finalmente, con maíz, los Dioses Mayas hicieron a los seres humanos y cuando recién nacieron, se les cuestionó:
“--Habla y dinos por ti y por los demás que te acompañan: ¡qué ideas tienes de los sentimientos que te animan? ¿Es bueno y airoso tu modo de andar? ¿Ejercitas con gracia tu mirada? ¿Es justo y claro el lenguaje que usas? ¿En toda ocasión lo recuerdas bien? ¿Entiendes lo que aquí se dice y se sugiere? Si todo lo que haces es cabal, te será dable ver lo que está depositado en las cosas con fuerza de fructificación. Si es así, debes ir a recogerlo y a poseerlo. Haz que tus hermanos procedan de igual manera que tú. Si no es así, permanece quieto en tu sitio; de ahí no te muevas y procura que tus hermanos sigan tu ejemplo. Todos deben tener medida de su poder.
Al oír estas palabras, los nuevos seres vieron que eran cabales sus sentidos y quisieron mostrar su agradecimiento. Para mostrarlo Balam Quitzé habló a nombre de los demás de esta manera:
--Nos han dado la existencia; por ella sabemos lo que sabemos y somos lo que somos; por ella hablamos y caminamos y conocemos lo que está en nosotros y fuera de nosotros, es de esta manera como podemos entender lo grande y lo pequeño y aún lo que no existe o no está revelado delante de nuestros ojos.
Así percibimos ya dónde descansan y se apoyan las cuatro esquinas del mundo, las cuales marcan los límites de lo que nos rodea por abajo y por arriba.
Pero ha de saberse que los dioses no vieron con agrado las consideraciones que de su propio saber hicieron, con tanta franqueza, los nuevos seres. Los dioses conversaron entre sí:
--Ellos comprenden –dijeron—lo que es grande y lo que es pequeño y saben la causa de esta diferencia. Pensemos en las consecuencias que puede tener este hecho en el ejercicio de la vida. La energía de esta lucidez ha de ser nociva. ¿qué haremos para remediar el peligro que se desprenderá de tan evidente actividad? Meditémoslo. Hagamos que los nuevos seres conozcan una parte de la tierra que les rodea. Sólo algo de lo que existe les será revelado. No lo conocerán todo porque no sabrían comprender su sentido ni menos usarlo con provecho. Se engañarían con el secreto que tiene el orden dentro del caos.”
Los dioses mayas se percataron que los hombres de maíz descubrieron lo grande y lo pequeño así como el por qué de esa diferencia, confesaron que conocían aún lo que no existe o no está revelado delante de nuestros ojos…
Tremendas revelaciones, por ello los Dioses Mayas hicieron consejo, hablaron, decidieron que los hombres de maíz eran peligrosos ya que si comprendían el por qué de la diferencia entre lo grande y lo pequeño entonces podrían ser ellos mismos dioses... fue así que Corazón de Cielo, se acercó a los hombres de maíz y les sopló su hálito divino en los ojos, desde entonces los hombres de maíz no pudieron ver lo que tenían delante a sus ojos tornándolos en fieles humanos servidores de los Dioses.
Este relato del Popol Vuh nos revela que los hombres de maíz conocieron en sus orígenes los secretos del universo, de lo que se ve y de lo que no se ve, percibieron los secretos que dan sentido a la existencia. Los hombres de maíz dijeron que conocían lo que estaban en ellos y lo que estaba fuera de ellos, se reconocieron como individuos y los objetos se les revelaron tanto en la lejanía luminosa como en una grano de arena caribeña.
Aquellos seres conocieron los secretos que la ciencia moderna explora con dificultades y tropiezos, el desciframiento de los códigos que permiten unificar los desvaríos existentes entre las leyes que configuran al universo subatómico y al astronómico, de modo que la afanosa búsqueda del Bosón de Higgs o "partícula de Dios" en los aceleradores de partículas de Chicago y Suiza-Francia así como las mediciones con radio-telescopios de los quasars --los objetos más lejanos de nuestro planeta--, para aquellos primeros hombres, eran asuntos comprendidos.
En un registro partículas subatómicas similar a este modelo, se busca que aparezca Bosón de Higgs o La Partícula de Dios
En todo mito hay mensajes moralizantes camuflados en anécdotas o en preguntas, recordando lo que los dioses preguntaron a los seres humanos se revela delante a nosotros el código de conducta que un maya tenía como aspiración moral, para descifrar el verdadero mensaje divino, colocaré las preguntas como sentencias divinas y el texto se lee de manera diferente:
Tu modo de andar debe ser bueno y airoso. Tu mirada se ejercita con gracia. Tu lenguaje es claro y justo, en toda ocasión lo debes recordar bien. Debes entender lo que se te dice como lo que se te sugiere. Todo lo debes hacer cabal para que veas sus frutos madurar y cuando sea el tiempo ve a cosecharlos y poseerlos, tus hermanos deben seguir tu ejemplo, todos deben tener medida de su poder.
Un rigor se revela en estos enunciados, así descubrimos que la palabra y la mirada son los detonantes de los desvaríos humanos, en consecuencia se debe poseer control sobre sus apetencias y la necedad, de tal manera que se cuide lo que entra y sale por los ojos y la boca, con ese rigor, la paciencia rinde frutos y cuando están maduros y sabes que son tuyos, debes ir por ellos sin demora.
Cada quien en su mesura pero como los hijos de Dioses algo de Dioses tienen, los Dioses Mayas afirman que todos deben tener medida de su poder.
Buscar la diferencia entre lo grande y lo pequeño es acercarse al ámbito divino, hoy, también es un desafío para la ciencia conciliar las leyes y la intensidad de las fuerzas que rigen el jardín subatómico con las leyes y la desproporción de fuerzas que de manera diferente funcionan en el ámbito estelar.
Lo único que me desconsuela un poco es que los Dioses Mayas opinan de nosotros, sus súbditos contemporáneos, que no merecemos conocer “todo” porque no sabremos comprender su sentido ni menos usarlo con provecho, remataron su sentencia afirmando que nos engañaríamos con el secreto que tiene el orden dentro del caos… y es que para aquellos como yo que contamos con espíritu aventurero, de pronto así, en un libro sagrado maya, descubrir a bote pronto que por mandato divino nos es inalcanzable el orden dentro del caos, pues como quiera que sea, por decir lo menos… resulta triste, ahora bien, dentro de lo que se nos permite comprender, me queda el recuerdo de aquel momento en el que “todo lo supimos...”
Galaxia en espiral, como la nuestra, NGC 300
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