lunes, 11 de marzo de 2013

Secretos de la Gruta de Xibalbá III / "El Altar de la Otredad"



Cenote Sagrado de Chichén Itzá

En el subsuelo de la Península de Yucatán existe una infinidad de oquedades, grutas, cuevas y cenotes que los mayas históricos consideraron espacios sagrados y en los se relacionan con sus entidades divinas vinculadas con la fertilidad, la muerte, la regeneración y el origen divino de la Creación.

Entrada a la Gruta de Xibalbá-Cueva Pak Ch'en, sentado junto a la cuerda, el explorador maya Carlos Poot

Invitado por amigos periodistas y el promotor cultural Germán Pool, hace unas semanas, descubrí un extraordinario legado mitológico en la Gruta Xibalbá-Cueva Pak Ch’en. Se constituye por cinco escenas que revelan rituales referidos a la guerra, a la transfiguración corporal de los chamanes quienes en vertiginosos Actos de Poder convierten sus brazos en poderosas serpientes y reconocemos el vínculo energético de los chamanes con jaguares y con una Serpiente Voladora entre otros discursos mitológicos. Los personajes presentan características olmecas, lo cual, ha sido puesto en duda por la Delegada del INAH, en Quintana Roo, Adriana Velázquez Morlet quien en entrevista a Notimex considero que un servidor está “exagerando y especulando” cuando en realidad estoy descifrando y compartiendo.

Quinta Escena del Relato de Xibalbá, aparece una máscara con labios carnosos, ojos almendrados y nariz chata y ancha.

Desde hace dos días he presentado pasajes del Relato de Xibalbá que han evidenciado la presencia de individuos con características propias de la fisonomía olmeca así como diversos elementos de la iconografía ritual olmeca. 

El Dr. Rissolo visitó la Gruta de Xibalbá-Pak Chén en 1999 y la reportó en el 2012; el reporte de la cerámica del Dr Rissolo señala una primera ocupación hacia el año 700. a C y, tomando como referencia las “fechas calibradas” del ensayo Olmec Art at Dumbarton Oaks de Karl A. Taube (http://www.doaks.org/resources/publications/doaks-online-publications/pre-columbian-studies/olmec-art-at-dumbarton-oaks/olmecart.pdf) planteo que por aquellos tiempos y en Guerrero, estaba en apogeo Teopantecuanitlan, un Centro Religioso que no es aún célebre pero fue un importante Centro Ceremonial Olmeca; en una cueva conocida como Oxtotitlan, también en Guerrero, así como en la cueva de Juxtlahuaca Oaxaca, los chamanes-artistas olmecas pintaron dos importantes escenas relativas al imaginario religioso de hace 2 700 años. El chamán de la cueva de Oxtotitlan une con su cuerpo los tres mundos, cielo, tierra e inframundo, se presenta como un vínculo con la otredad, en tanto que el chamán de Juxtlahuaca aparece con su way, coesencial o nahual. Se trata de dos rostros en uno, similar a la imagen del way de dos rostros de la Primera Escena del Relato de Xibalbá. 


Fotografía y dibujo de Francisco Villaseñor del chamán con su doble, Way, Nahual o Coesencia.  Juxtlahuaca, Oaxaca.

Nahual, Coesencia o Way con su doble en la Primera Escena del Relato de Xibalbá

Juxtlahuaca y Kantunilkín muestran el mismo lenguaje mitológico y fueron contemporáneos los creadores de ambas obras maestras del Arte Olmeca. Los olmecas estuvieron en toda Mesoamérica, fueron los padres culturales de las Civilizaciones Precolombinas y si estuvieron en El Salvador, no debe extrañarnos que exista presencia olmeca en Quintana Roo.

Rissolo, al igual que el fotógrafo Stephen Alvarez registraron los petroglifos de manera fragmentada y antes que yo, nadie había reportado un Relato Mitológico ni descubierto los rituales chamánicos. Adriana Velázquez comentó para Notimex que tenía conocimiento del contenido gráfico de los relieves y petroglifos, afirma que un grupo de especialistas habían ya visitado la oquedad.

Ahora bien, en la Web y en publicaciones, únicamente hay registro de las visitas de Rissolo y Alvarez; los dibujos de Rissolo muestra algunos esquemáticos grabados, aquí el link de su reporte: ( http://www.amcs-pubs.org/bul/bul12.pdf ), por otra parte, es una pena que Alvarez publicó una sola fotografía, excelente, por cierto, aquí el link ( http://print.alvarezphotography.com/media/b18ed50a-07ba-11e0-a1e3-bf445480a516-niche-for-the-cross-in-pak-ch-en-cave-near-kantunilkin-quintan ). 

He comentado en anteriores artículos que resulta muy complejo fotografiar dentro de la cueva por la oscuridad que nos obliga a utilizar flashes e iluminar con lámparas, entonces se aplanan las imágenes. Iluminando a distancia, con velas o apreciando con la resolana de la luz solar es como descubrí el increíble legado plástico del Relato de Xibalbá. 
 
Ofrendas

Justo al fondo de la Gruta Xibalbá-Cueva Pak Ch’en, una pequeña cueva abriga un cenote, en su muro frontal superior, aparece esculpida, dibujada y grabada la segunda escena figurativa del Relato de Xibalbá y que el Dr. Dominique Rissolo ubica en su informe con las figuras de los Paneles E y F.


Una concavidad tallada en el muro reproduce la boca de serpiente abierta o una vulva en torno a ella se encuentran una serie de ideogramas, serpientes y una interesante máscara invertida que ve hacia la realidad interior de la roca, a la otredad. En el lado izquierdo aparece un cuadrado con el número 4 --representado por los cuatro puntos alineados—y fuera del nicho ubicamos tres puntos formando un triángulo equilátero, es un símbolo relacionado al origen del fuego que se gestó en el espacio triangular que forman las estrellas Alnitak, Saif y Rigel en la Constelación de Orión que en jeroglíficos se identifica como Oxib’ Xk’ub’ (Tres Piedras del Hogar) y están emparentadas con la tradición maya de cocinar con tres piedras en el fogón llamado Cobén.



Cuatro serpientes en tres planos visuales envuelven la vulva, o nicho que también pudiera representar las fauces abiertas de una serpiente, en su interior, hay vestigios de diferentes pigmentos, quizá también Pom o incienso de copal, hay unas manchas rojizas que se distinguen dispuestas como para que escurra un líquido hacia la parte baja del nicho que culmina en un canal.

  
Seres humeantes y niños llorones

En la parte superior derecha aparecen la representación de las nubes y el viento, abajo, un grupo de individuos parados se agrupan y de manera muy estilizada configuran la cola de una las cuatro serpientes que bordean el nicho. A la izquierda del grupo de individuos se descubre un danzante pintado sobre la piedra, es remarcable que su cabeza representa una flama y está saltando.

Debajo de ésta inusitada composición, se localiza un pequeño individuo que pudiera ser un niño, carece de rostro aunque su cabeza hasta la curvatura de su frente esta tallada en la roca, es posible que su rostro estuviese pintado, sus dos brazos están colocados en su pecho y lo envuelve una lengua que surge de una de las cuatro serpientes que están dispuestas alrededor del nicho. Pudiera ser una temprana representación de los sacrificios de niños vestidos de jaguar que realizaron los mayas siglos después y que se ofrecían a la divinidad Kauak que tenía una serpiente bífida para recibir a los niños en ofrenda.

Vaso Ceremonial Maya que presenta el ritual de niños jaguares ofrecidos a la divinidad de la muerte que los recibe gustosos, el niño jaguar se posa sobre una lengua bífida en la divinidad Kauak

Es una ofrenda-sacrificio en la que reconocemos un añejo ritual de origen olmeca consistente en sacrificar niños. En las esculturas olmecas es común encontrar a niños dispuestos a ser sacrificados, en los altares de La Venta aparecen danzando con hachas o llorando entre los brazos de los adultos; el Señor de las Limas es una escultura de gran factura que muestra también a un niño sacrificado y es que los rituales de sacrificios de niños son ancestrales, también los mexicah sacrificaban niños en la cima del Nevado de Toluca en honor a las entidades divinas relacionadas con las aguas del cielo y las de la tierra. Los niños que nacían “mulix”, es decir, con el pelo ensortijado, eran predispuestos a ser sacrificados a las entidades de la lluvia.

Escultura de la Sala Olmeca del Museo Nacional de Antropología e Historia, un individuo sostiene entre sus brazos a un niño que probablemente simboliza el acto de sacrificio de infantes que después se desarrolló en toda Mesoamérica.

En otros tiempos y en regiones distantes, las crónicas Inuit (mal llamados esquimales) recuerdan que en aquellas gélidas regiones los niños varones eran codiciados como mano de obra en un ambiente de grandes adversidades y por ello se los robaban. Desde el frío boreal hasta la selva tropical, los niños fueron robados en la antigüedad por motivos varios y contrastantes creencias, sustancial resulta percatarnos que en la psique de algunos quebequenses, chilangos o mayas, radica el pavor que de saberse observado por el Sr. del Costal quien si nos portamos mal o salimos a la calle sin permiso, nos puede meter en su costal y súbitamente desaparecernos, a ese temible personaje los mayas le llaman Okol Pal

Nuestra abuelas nunca nos dijeron que hacía el "Sr. del Costal" con los niños, con sabernos eventualmente robados era ya suficiente motivo para preocuparnos y nadie deseaba angustiarse aún más conociendo pormenores de esa terrible historia que se resume en un concepto-frase “El Sr. del Costal”. En contraste y en los tiempos que estamos estudiando, se robaban a los niños para sacrificarlos.

Lo sagrado es sensual

En la parte inferior de la escena, aparecen sobre una franja cuatro montañas y una vulva pintadas de rojo. Las vulvas están relacionadas con la fertilidad y el erotismo, sugieren los atributos femeninos de la creación y es un elemento empático al ser un oquedad con flujos, uno de ellos, el rojo, la vida y el Ch’ulel es lo que relaciona al ámbito femenino con la Creación y el Inframundo.

Las Montañas por su parte, son los vasos comunicantes con los tres mundos, el cielo lo alcanzan con sus cimas, de la tierra se alzan y en sus oquedades se accede al Inframundo. En el momento de la Creación, las crónicas gráficas y escritas de origen maya nos narran la presencia de cuatro árboles que sostuvieron al Cielo en los albores de la existencia; el cuatro lo encontramos presente en el ámbito mitológico de la Creación, son cuatro montañas las que percibimos junto a una vulva y en la parte superior izquierda un glifo con cuatro puntos pudiera también estar relacionado con el nombre del lugar, recordemos que Kan es un vocablo muy antiguo que se puede traducir como cuatro o como amarillo, de tal suerte que tanto las montañas como los cuatro puntos del glifo superior izquierdo pudieran estar relacionadas con el nombre antiguo del lugar del que quizá derivó Kan-tunilkín.

Mañana concluimos con un fragmento de la quinta escena ubicada en una enorme piedra utilizada también como altar en el que nos sorprende un personaje de rasgos olmecas que porta un antifaz y probablemente estuvo pintado de negro, se trata de un chamán que transfigura su cuerpo y su brazo derecho se convierte en una serpiente que asciende al cielo después de girar delante al cuerpo del chamán olmeca. Mañana presentaré a un chamán olmeca que realiza el acto de poder de transfigurar su brazo en una serpiente… 

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