jueves, 14 de marzo de 2013

Secretos Revelados de la Gruta de Xibalbá / El Chamán Olmeca de Kantunilkín


Las sociedades agrícolas heredaron de las culturas de cazadores y recolectores, los rituales, mitos y ceremonias que al transfigurarse por el tiempo y por la conveniencia, fueron el sustento de las religiones solares, monoteístas, machistas y piramidales. En tiempos lejanos, cuando aún la agricultura no era la base de la economía y durante milenios Dios fue mujer, los ancestros de todos los rincones del planeta dejaron testimonio visual de sus inquietudes tallando la piedra y los muros de las cuevas y montañas que habitaron.

Petroglifos en San Agustín Colombia

A los testimonios labrados en piedra se les conoce como Arte Rupestre, Arte Primitivo, Rock Art, Petroglifos, Arte Paleolítico, Boreal, Glaciar, Arcaico, en fin, existe una gran cantidad de términos para nombrar a las tallas en piedra de nuestros mayores, lo que indica que también hay múltiples interpretaciones sobre su función y origen, no siempre son expresiones artísticas, en ocasiones son referencias informativas como la ubicación de una constelación, en otras se convierten en pausas en un discurso figurativo.

Petroglifos de Altavista o Pila del Rey, Chacala, México.

Los símbolos anteriores a la escritura cuentan con una sintaxis interpretativa en la que el espacio y el tiempo forman una unidad. Como referencia ilustrativa, menciono que para los niños pequeños, su casa, la de sus abuelos, el parque de la esquina y la recámara de su tía, forman un único espacio porque aún poseen el sentimiento de “Unicidad”, de igual manera, en el marco de esa lúdica interpretación espacial, los petroglifos y los relieves del Relato de Xibalbá nos muestran escenas relativas al universo onírico o chamánico que reproducen la intención de “unificar” en un espacio sagrado lo existente con lo pensable.






El Chamán Olmeca de Kantunilkín

La Gruta Xibalbá-Cueva Pak Ch’en posee un Relato Mitológico que fue creado por artistas chamanes de origen olmeca hace 2 700 años, se constituye de cinco escenas compuestas por relieves y petroglifos, así como pintura, esculturas y bajo relieves.

Hoy, concluyo la presentación de los resultados preliminares del ejercicio interpretativo del Relato de Xibalbá con una imagen que desde que por vez primera la ubiqué, intuí que desataría innumerables interpretaciones y acalorados debates; Panel G-II fue el registro que en 1996 le dio el Dr. Dominique Rissolo en su ya citado reporte. La descubrí completa en la reciente visita que realicé a la Gruta de Xibalbá-Cueva Pak Ch’en. Presento una fotografía de un fragmento del Chamán de Kantunilkín ubicado en la Quinta Escena del Relato de Xibalbá, también un dibujo que realicé para el artículo en el que se observa toda la escena que obtuve al juntar varias fotografías. Con la finalidad de definir al chamán y al rostro felino ubicado arriba de la cabeza del chamán, no dibujé los filamentos de energía (grafitis) que se ven en el original de la fotografía.


De no más de 40 cm, nos sublima la poderosa representación de un chamán olmeca sentado en un trono en forma de “T”, en su rostro hay vestigios de pintura negra y porta un antifaz, su cabeza fue deformada y lleva un pectoral probablemente de jade, unas telas o unas delgadas cuentas están suspendidas del pectoral y cubren su vientre.

En la región genital destaca un relieve pintado en rojo que asemeja una “w”, el pie del chaman desciende sobre un costado del trono. En los extremos del trono hay dos incisiones, una representa la curvatura de una voluta y la otra es una línea horizontal con un punto pintado en su parte superior. Entre ambas incisiones, encontramos un grupo de rombos que simbolizan dibujos o quizá bordados. El trono está cubierto de una secuencia de telas dobladas en forma rectangular hasta llegar al piso de la composición.



El brazo izquierdo del chamán presenta una fractura, el derecho se convierte en una serpiente que gira para después salir erguida hacia el cielo. Sobre su rostro, acechando detrás de la superficie de la piedra, aparece una entidad con características felinas; ligeras son las concavidades de sus ojos y boca pero contienen una fuerte carga figurativa.



Detrás del cuello y delante al rostro del chamán olmeca aparecen una serie de hendiduras estilo grafiti que en primera instancia pareciera fueron talladas de manera violenta, como deseando borrar la imagen del chamán; sin embargo, después de un análisis detenido del ritmo, forma y dirección de las líneas, considero que no fueron realizadas con enojo o al azar, forman parte de la composición.



Se trata de la representación de filamentos energéticos que desde el cuello y el omóplato del chamán olmeca, surgen como fluidos o líneas de luz para formar un estructura rígida de la que luego se tuercen violentamente; desde su frente, otras líneas ascienden en zigzag hasta el rostro de la entidad felina, quizá se trate del way, nahual o coesencial del chamán.

Al criterio ortodoxo de la antropología formal quizá le incomode lo que acabo de describir e interpretar, en contraste,  probablemente los buscadores de lo insondable se sentirán satisfechos al ver las grafías que algunas tradiciones orales, el Toltecayotl y Carlos Castaneda, mencionan sobre los puntos de encaje, los nahuales (wayob’ para los mayas), las conciencias inorgánicas, el Nahual, la otredad y la transformación.  

Conclusiones y Reflexión

Hace unas semanas inicié un trabajo de investigación iconográfica en las profundidades de la Gruta de Xibalbá-Cueva Pak Ch’en que fue habitada desde al menos el 700 a. C (según reporta el informe de cerámica del Dr. Rissolo). A lo largo de unos 15 metros se encuentra el Relato de Xibalbá, un conjunto de relieves y petroglifos divididos en cinco escenas, cuatro sobre el muro y una quinta en la piedra central de la cueva. La iconografía, así como las características somáticas de los personajes y el imaginario religioso son de origen olmeca.

Los olmecas no fundaron un imperio que dominó a Mesoamérica sino más bien, fueron distintos pueblos de origen olmeca poseedores de un original y común bagaje mitológico, tecnológico y militar, que progresaron en un amplio territorio con una estructura socioeconómica sustentada en el cultivo del maíz y en un gobierno divino.

Tuvieron características somáticas distintivas, ojos redondamente almendrados, nariz ancha y chata, prominentes labios y fisonomía mestiza entre los asiáticos y los negroides. Aunque en el Golfo de México se localizan sus principales Centros Ceremoniales, esparcieron su cultura desde Mezcala, Guerrero, hasta la Huasteca Veracruzana, desde Morelos hasta El Salvador y desde Chiapa de Corso hasta Kantunilkín.

Si como observamos, el Relato de Xibalbá fue creado en un lejano tiempo y la iconografía así como la fisonomía de los personajes es olmeca, surgen entonces infinidad de preguntas que confluyen todas a una principal que también se cuestionan en otras regiones de Mesoamérica ¿cómo fue el tránsito cultural, territorial, político, económico y religioso entre los olmecas y los mayas?  También podemos inquirirnos ¿Es prudente observar a los olmecas separados del resto, como poderosos individuos que habitaron en toda Mesoamérica y nunca se fusionaron con los locales? ¿Cómo se extinguieron como etnia y por qué se mantuvo su herencia cultural y mitológica? En el caso de la Gruta de Xibalbá – Cueva Pak Ch’en ¿Cómo consideraban los mayas clásicos del siglo V  las pinturas y relieves creados ochocientos años antes por chamanes olmecas y por qué durante ese tiempo jamás fueron alteradas las imágenes del Relato de Xibalbá aunque seguramente la religión había sufrido transfiguraciones considerables en ese lapso de tiempo? ¿ O no fue así ? Quedan decenas de preguntas por formular y sorprendentes respuestas así como revolucionarias conclusiones. Por sus significantes, el Relato de Xibalbá, es una de las obras plásticas más importantes de los albores de Nuestra Historia y privilegiados somos de iniciar su comprensión.


3 comentarios:

  1. Don Claudio: aprovecho para saludarle y expresarle mis felicitaciones por su excelso trabajo de investigación sobre el mundo maya. Este artículo me ha llamado mucho la atención y espero me permita algunos comentarios.
    1) El dibujo que usted hizo sobre El Chamán ¿porta los colores originales? Me refiero a que el rojo y el negro es sintomático de la cultura tolteca, significa "los sabios de la tinta negra la tinta roja" y es recurrente hallarlos en todo nuestro México siempre relacionado con chamanes, naguales, etc. Los cronistas constataron que los hombres-dios, los chamanes, los sacerdotes, se pintaban de negro en casi todo el cuerpo, cosa que coincide con este magnífico Chamán que usted tiene a bien mostrarnos. La máscara me remite a Teskatlipoka, el "numen" de los naguales por excelencia.
    2) Con respecto a Castaneda, siempre han dicho que todo se lo inventó... pero, una y otra vez (como es el caso de este Chamán) se va confirmando que CC se topó de frente con la poderosa y ancestral corriente filosófica-perceptual-conciencial denominda nagualismo.
    3) Quisiera saber si puedo reproducir este artículo en mi blog, por supuesto mencionando su procedencia.
    Saludos.

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  2. Aquì está la la liga a mi blog, en la que comento el extraordinario caso del Chamán de Kantunilkín...

    http://ekwaynal.blogspot.mx/2013/03/castaneda-y-el-nagualismo-una-vez-mas.html

    Saludos.

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  3. Con gusto le respondo:
    1) El petrograbado fue policromado, quedan restos de color negro en el cuerpo del chamán y en su antifaz, el rojo se obtiene al iluminar El Relato de Xibalbá con velas, los mayas lo hacían también con luz que provocaba sombras danzantes.
    2) Correcto, así es.
    3) La difusión es mi prioridad, gracias por conservar la autoría.

    Saludos cordiales.

    Coc.

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