domingo, 30 de marzo de 2014

Agujeros Negros y Arenas Blancas / Misterios y Descubrimientos


Misterios y Descubrimientos

Agujeros Negros y Arenas Blancas


Las blancas arenas del Caribe de México no queman los pies cuando caminamos sobre ellas porque al contrario de la mayoría de las playas del mundo, las finas arenas caribeñas no son de origen pétreo sino orgánico. En lugar de haberse formado por el lento golpeteo de las olas del mar sobre las piedras, se constituyen principalmente de algas, crustáceos  y moluscos. 

Tomamos un puño de arena del Caribe en nuestras manos y aprisionaremos entre 15 o 20 mil granos de arena, si contáramos los granos de arena de las playas del mundo, nos llevaría varias vidas humanas concluir el desafío; pero más aún, si deseáramos conocer el número de granos de arena de todas las playas del mundo: calcularíamos un número que escapa a nuestra imaginación. Ahora bien, existen más estrellas en nuestro universo que la suma de los granos de todas las playas del mundo.

Alzamos nuestra vista al cielo nocturno y nuestro espíritu se desdobla hacia el infinito, pero si accediéramos al espacio exterior sucederían varios fenómenos interesantes, uno de ellos es que el tiempo se percibe de manera más rápida fuera de la Tierra a causa del campo gravitatorio e, igualmente si nos desplazáramos a la velocidad de la luz, envejeceríamos más lentamente que si meditáramos frente al mar. Las leyes universales tienen sus variantes y dependiendo de la relación que existe entre las cuatro fuerzas que constituyen el universo: los cuerpos y los objetos reaccionan y se comportan de manera distinta.

¿Cuáles son las cuatro fuerzas del universo? La Fuerza Nuclear Fuerte que se ocupa de mantener a los cuerpos unidos, la Fuerza Nuclear Débil que es la que separa a los cuerpos, el Electromagnetismo y la Gravedad, de las cuatro, la más potente es la Gravedad, pero únicamente en el universo atómico porque en el Jardín de las Partículas Subatómicas, la correlación de fuerzas cambia y ese es precisamente uno de los graves conflictos existentes entre la Física Cuántica y la Física Newtoniana ya que aunque las cuatro fuerzas rigen tanto en el cosmos como en el microcosmos, su presencia no es homogénea en ambos universos.

Pero ¿será posible entonces que adentro y afuera no sean compatibles y que exista una línea divisoria entre lo grande y lo pequeño? Los mayas históricos cuentan en el Popol Vuh y también leemos en la iconografía de la Estela 5 de Izapa que durante la Creación, Los Creadores, Los Formadores, cegaron parcialmente a los seres de maíz, es decir, “a nosotros”, porque nuestros ancestros reconocieron “lo grande de lo pequeño” y, si hubiesen seguido por el sendero de aquella percepción, pronto hubieran conocido el por qué de esa diferencia y entonces ellos mismos se podrían transformar en Dioses… fue entonces que Los Formadores decidieron que tuviésemos una parcial percepción de lo existente, la Ciencia, con la Teoría de Cuerdas que hace algunas décadas propuso inicialmente el físico subatómico Gabriele Veneziano y que hoy, con los aceleradores nucleares se intenta encontrar la Partícula de Dios y entender lo que Los Creadores, Los Formadores Mayas no querían que supiéramos los seres de maíz.

En la parte superior izquierda de la Estela 5 de Izapa se observa gráficamente el pasaje del Popol Vuh en el que Corazón de Cielo lanza su hálito divino a los seres de maíz para cegarlos parcialmente después de haber reconocido lo grande y lo pequeño.

El maíz precisa de luz solar para crecer, la luz es conocimiento pero buscarla de manera obsesiva termina por cegar en el absolutismo a sus seguidores, la luz como el conocimiento no es eterna y está siempre pulsando, esa es una noble verdad que en ocasiones se nos escapa cuando procuramos vivir regidos por la luz del conocimiento.

Cuando las estrellas son entre 3 o 30 veces más grandes que el Sol, se expanden al morir pero luego se contraen y en esa implosión se crean “los agujeros negros de masa estelar”, en Nuestra Galaxia se estima la existencia de 100 millones de ellos y números similares en otras galaxias. Existe también otro tipo de agujero negro, el llamado “supermasivo” que contiene de millones a miles de millones de más masa estelar que la que contiene nuestro sol. Es probable que exista uno de éstos monstruos en el centro de nuestra galaxia y en el centro de la mayoría de las galaxias espirales como la nuestra.

Recreación de un Agujero Negro, al ser negros, no se pueden observar pero se reconoce su existencia al observar cómo absorben energía de los cuerpos estelares que se ubican próximos a ellos.

Lo cierto es que todos los agujeros negros son caníbales, absorben toda la materia que se encuentra a su alrededor y si un astronauta se encontrara paseando a su alrededor sería absorbido como sucede con una hormiga descuidada que es atrapada por el remolino de agua en la entrada de una coladera: lo que experimentaría el astronauta sería que su cuerpo se convertiría en un espagueti, se estiraría a tal grado que al final sus átomos se volverían igualmente espaguetis y matemáticamente es posible que saliera en alguna otra parte del universo listo para ser servido con salsa boloñesa.

Así como hay luz y oscuridad, también hay agujeros negros y agujeros blancos, matemáticamente es posible y aunque no se han visto, como con anterioridad no se veían los agujeros negros y hoy los registramos por miles. Un agujero blanco es exactamente lo contrario al negro ya que “vomita materia”, algunos investigadores como el ruso Andrei Lïnde, de las Universidad de Stanford, plantearon hace algunos años que vivimos en un multiuniverso y que constantemente se están formando universos paralelos, como pompas de jabón que se unen surgiendo de un espacio y un tiempo contenido en un aro soplado por una intensidad o singularidad… a aquella fuerza creadora podemos también llamarle Dios o Intento, y así todos estaremos contentos.

Recreación de un agujero blanco 

Con la luz del conocimiento entendemos nuestras sombras, reposando en las blancas arenas observamos al constante oleaje que acaricia nuestra impermanencia, tomamos entonces un puñado de blancas arenas y descubrimos que la existencia es el fruto de agujeros negros y agujeros blancos: el movimiento no es ni bueno ni malo, tan solo se mueve y nosotros con él.

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