El 8 de febrero en la
Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de México se inauguró
el Salón de Teatro y Danza Claudio Obregón. Un poco después del mediodía, la
directora de la Facultad, Doctora Angélica Cuellar Vázquez dio la bienvenida a
los invitados y representantes del Consejo Técnico. En su discurso puntualizó
la importancia del arte y de las expresiones culturales en la formación
académica. Leyó una semblanza de la trayectoria del actor Claudio Obregón quien
inició como locutor y productor de Radio Universidad y hoy es un referente en
la Historia del Teatro Mexicano.
La Doctora Angélica
Cuellar finalizó su intervención citando al maestro Obregón: «En este año del
2010, Claudio Obregón recordará que inició hace 51 años sus menesteres
artísticos. Al principio sólo con certezas e impulsos a ciegas, o casi. Con
pasión desmedida siempre, hasta el día de hoy. Han desfilado por su mente y
calado en su alma los más diversos y contradictorios personajes: Hernán Cortés,
Augusto Strindberg, Isabel I de Inglaterra, Herodes el de Wilde, Bartolomeo
Vanzetti, el Rey Lear, Niehls Bohr, Giacomo Casanova, Maximiliano de Habsburgo
y tantos otros que sólo los más antiguos de la legión los recuerdan. ¿Qué fue
de todos ellos? ¿Qué sucedió con Claudio? Pues obvio, ellos se fueron a habitar
el panteón teatral de los sucesos efímeros y Claudio, desvencijado y valeroso
todavía, intenta conquistar nuevas palmas de las generaciones postmodernas.
Claudio sabe, como todo buen soldado, que en la trinchera de las imaginerías,
los personajes, la tramoya, el público y las luces pueden dispararle a muerte o
dejarlo malherido. Pero entonces él, Claudio y su amor al teatro dirán la
última palabra.»
A nombre de la familia
Obregón agradecí en la persona de la Doctora Cuellar a la Facultad de Ciencias
Políticas de la UNAM por homenajear la memoria del maestro Obregón dando su
nombre a un nuevo salón de Teatro y Danza. Reproduzco un fragmento de mi
discurso
Los actores son seres
luminosos que nos conducen por realidades alternas en las que la Palabra es el
aire de otros mundos, con ella y en el escenario, los actores provocan que el
tiempo se suspenda, nuestras percepciones sufren devastadores atentados y lo
sagrado se vuelve presente.
Los actores dan vida a
seres que habitan sus cuerpos, trascienden su realidad y género, en ocasiones
pueden confrontar a sus esencias, toman riesgosas emociones que minan sus identidades
y con el pasar de los actos, el conjunto de personajes que han representado,
configuran su existencia, quizá por ello los actores comprenden de manera
profunda la condición humana y conocen el éxtasis de la locura.
Al actor Claudio Obregon
la vida le regaló desafíos y a él le gustaba ser intenso y constante, La Trayectoria de Claudio
Obregón representan 52 años de la Historia del Teatro en México. Al concluir
una función en la que interpretó al Rey Lear le otorgaron la medalla Bellas
Artes, obtuvo un Ariel y frecuentemente era ganador del premio al mejor actor
del año por la Asociación de Críticos de Teatro, Fue un hombre comprometido con
la democratización del país y militante del Partido Comunista, Apoyó de múltiples
maneras a las luchas de Liberación de los Pueblos Centroamericanos, Tenía un pacto con el escenario y mientras
sus fuerzas se lo permitieron, regresó a él para con impecabilidad, pasión,
congruencia, disciplina, talento y amor, brindarnos sus monumentales
creaciones…
El maestro Obregón inició
su desarrollo artístico como locutor y productor de Radio Universidad, estuvo
comprometido políticamente con las causas sociales y fue uno de los primeros
actores que expresaron la necesidad de reconocer a los artístas escénicos como
creadores y dejarlos de considerar como ejecutantes. Por su trayectoria,
compromiso social y vinculación con la UNAM, celebramos que en al Facultad de
Ciencias Políticas exista un espacio que lleve su nombre y, para quienes aquí
impartirán o cursarán, talleres y seminarios, les auguramos espacios de
reflexión y desarrollo escénico a partir del compromiso con la impecabilidad
creativa.
Muchas gracias.
Merecido homenaje, un gusto saberlo, enhorabuena
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