martes, 22 de noviembre de 2011

Los Primeros Mayas y Los Ahauob'




La Civilización Maya es reconocida mundialmente por la calidad de sus obras artísticas y por sus majestuosos templos, por su escritura jeroglífica, por la exactitud de sus calendarios y por la correcta observación de los ciclos sinódicos de los planetas. Aún y cuando los pueblos mayas de la antigüedad compartieron usos, costumbres y religión, en realidad nunca formaron un Imperio sino Ciudades Estado que fueron gobernadas por reyes que se llamaron ahauob’, que significa: “los que hablan fuerte, los que determinan…” y es que en los tiempos mayas, la palabra era considerada sagrada.

Hacia el año 2 000 a. C ascendió al trono, el emperador chino “Yu” y, al mismo tiempo, los primeros mayas se organizaban en grupos de pescadores, recolectores, cazadores e incipientes agricultores establecidos desde las costas del Océano Pacífico, en la actual Guatemala y Chiapas, hasta el Norte de la Península de Yucatán. Los mayas y los chinos pertenecen al mismo origen cultural, existen innumerables coincidencias lingüísticas e iconográficas entre ambos pueblos porque comparten ancestros en común que emigraron de Asia al Continente Americano durante dos glaciaciones ocurridas hace 40 000 y 15 000 años respectivamente.



Orígenes

Los mayas heredaron de los pueblos zoques y olmecas, los fundamentos de su escritura jeroglífica, de su imaginarios religioso y una organización política sustentada en reyes divinos que estaban emparentados con el Dios del Maíz. Los estudios realizados por John E. Clark, Richard D Hansen y Tomas Pérez Suárez, evidencian que los primeros mayas realizaban reuniones colectivas en las que campesinos, recolectores y pescadores asistían a los primeros centros urbanos como Paso de la Amada, Abaj Takalij y el Baúl para escuchar a los ahauob’ quienes por derecho divino conocían el curso de los astros y los secretos del tiempo; los asistentes a esas reuniones públicas recibían tamales y atole mientras los ahauob’ realizaban su discurso, de tal suerte que el convencimiento de las masas se realizaba a través de un acto conductivista en el que la necesidad primaria de la alimentación se relacionaba con el discurso que ambicionaba el Poder. Se han localizado en torno a plataformas rectangulares (que simbolizaban la Tierra entre las aguas divinas) ollas de barro de color anaranjado que contenían atole caliente y tamales.


Primeros Centros Urbanos Mayas

Ollas para Tamales y Atole


Cuchara para mover el Atole

Los Mitos

La Estela 5 de Izapa nos muestra que antes de la creación de los seres humanos existieron otros seres que desaparecieron porque no fueron del agrado de los dioses; los primeros fueron creados con barro pero no lograban articular palabra alguna, entonces los destruyó un diluvio (curiosamente, al igual que otros pueblos como los mexica, los babilónicos y los hebreos, también los mayas tiene un diluvio en sus orígenes mitológicos), más tarde los dioses se reunieron en consejo para crear a seres de madera que no tuvieron rostro y tampoco fueron del agrado de los dioses porque no reconocían el nombre de sus creadores y los eliminaron, así entonces crearon en un tercer intento a los seres de maíz quienes fueron del agrado divino, podían hablar y nombrar todas las cosas, así mismo tuvieron la oportunidad de reconocer “lo grande y lo pequeño” y estuvieron a punto de entender el por qué de esa diferencia, entonces los dioses mayas se alarmaron, hablaron entre sí y decidieron cegar a los seres de maíz porque si lograban reconocer el por qué de la diferencia entre lo grande y lo pequeño, ellos mismos podrían convertirse en dioses al descubrir los secretos de la creación, entonces les soplaron un hálito divino en los ojos y es así que los seres de maíz somos capaces de avistar regiones distantes pero tropezamos dos veces con la misma piedra. En la Estela 5 se observa sobre el costado inferior derecho la creación de los seres de barro, junto al pie del árbol los seres de madera que carecieron de rostro y en la parte superior izquierda a un representante de los seres de maíz justo en el momento de recibir sobre su rostro el hálito divino que parcialmente los cegó.

Estela 1 de Izapa



Wits de la Danta en el sitio de El Mirador




Montañas Mágicas

Hacia el año 400 a. C fue abandonada la última ciudad olmeca que hoy nombramos “La Venta” y, al mimo tiempo, en el Petén guatemalteco, se erigía la Pirámide más grande del Mundo que nombramos actualmente “La Danta” y que se localiza en la zona arqueológica de El Mirador, cuenta con 2 800 000 metros cúbicos de piedra calcárea y supera a la pirámide de Keops, en Egipto, por 600 000 metros cúbicos. En la escritura jeroglífica, las pirámides mayas fueron nombradas “Witz” y significa Montaña Mágica. Los “Witz” mayas tenían la función de comunicar a los seres humanos con los tres planos existenciales, el Cielo, la Tierra y el Submundo que los mayas nombraron Xibalbá, espacio divino donde germinaba la vida y era habitado por entidades divinas como el Dios Chak Xib’ Chaak, el famoso Dios de la Lluvia y de las aguas subterráneas.

En 2004, el arqueólogo William Saturno localizó unos maravillosos frescos en una pirámide de San Bartolo, Guatemala, ubicada en una zona arqueológica, justo en la frontera que comparten México, Guatemala y Belice. Este descubrimiento resulta trascendente ya que los murales narran eventos de la Creación Maya que volvemos a encontrar también en el Popol Vuh, como la existencia del ave Vocub Caquix que se creía el Sol y fue derrotado por los héroes gemelos Hunahpú y Xbalambque. Los murales de San Bartolo se refieren también a la intima relación que mantuvieron los Ahauob’ con el Dios del Maíz, garante de su poder divino delante al pueblo. Los mayas de ayer y de hoy mantienen una dieta a base de maíz y en la antigüedad maya, son escasos los registros de graneros o bodegas de manera que su economía estuvo supeditada a las cosechas estacionales condicionadas a las precipitaciones pluviales.

Bacab' en los Frescos de San Bartolo, Guatemala




La Lluvia

El investigador Richardson B. Gill, en su ensayo “Las Grandes Sequías Mayas” advierte que sus estudios paleoclimáticos determinan que hubo 4 grandes sequías que provocaron sendas decadencias de los mayas, la primera ocurrió en el año 300 a.C, la segunda entre 550 y 650, la tercera del 850 al 950 y la última en 1460, estás fechas son coincidentes con algunos eventos trascendentes en la historia maya, en el 300. a. C. la ciudad de El Mirador, donde se localiza la pirámide La Danta, fue abandonada, entre 550 y 650 la ciudad de Calakmul situada en Campeche, México, conquistó a la ciudad de Tikal, en Guatemala, para el año 850 se sitúa la decadencia del Mundo de los Señores de la Palabra, los ahauob’ y el abandono de la mayoría de las ciudades mayas que no contaban con ríos o lagunas en su cercanía y, finalmente la sequía del año 1460 coincide con la decadencia de las ciudades del Norte de Yucatán como Chichén Itzá y Mayapán después de una terrible guerra, ocasionada precisamente por la sequía.

Los mayas dependieron de los fenómenos naturales y de la lluvia, configuraron sociedades agrícolas que sustentaron la relación con sus dioses a través de los ahauob’, el conocimiento de la ciclicidad de las lluvias que relacionaron con las posiciones del Sol y los planetas así como de las 13 Constelaciones que acompañan a los Planetas, a la Luna y al Sol a través de la banda imaginaria que recorren del Este al Oeste, que nosotros llamamos Eclíptica y que para los mayas era una serpiente de dos cabezas. La necesidad de subsistir en condiciones de adversidad provocó que fueran grandes observadores de los ciclos celestes y vivieron al ritmo del movimiento astral, por ello los planetas eran considerados entidades divinas que interactuaban con los seres humanos en el cotidiano y fueron invocados por los ahauob’ para contar con su protección durante sus guerras, los palacios fueron también inaugurados cuando existían alineaciones planetarias o aniversarios mitológicos, ya que el Tiempo tuvo el status de un Dios y los Dioses mayas viajaban por el Tiempo, es más, algunos de ellos tenían fechas de nacimiento y otros, como el Dios del Maíz moría para renacer, por ello los ahauob’ se deformaban los cráneos en forma cónica para emular la forma de la mazorca del maíz y fueron enterrados con la certeza de que retornarían a este mundo, transfigurados en entidades divinas.



El nacimiento de la Civilización Maya estuvo relacionado con el cultivo de Maíz, los pueblos olmecas y zoques les heredaron la religión, la matemática vigesimal y una organización política; la Religión Maya se fundamentó en la ciclicidad de los astros y fue una Religión Matemática, lo cuál resulta trascendente ya que es la única religión donde el credo, se constata. En el cielo, observaron a los astros y mesuraron sus ciclos, en la tierra los fenómenos naturales condicionaron la alimentación humana y en el Xibalbá o submundo, germinaba la vida; las pirámides mayas que se nombraron Witz en epigrafía, fueron una especie de antenas parabólicas invertidas que unificaban los 3 campos de la existencia human y, al mismo tiempo, eran vasos comunicantes con sus entidades divinas.



Los primeros mayas fundamentaron el poder de los Señores de la Palabra a través de la aceptación de su discurso que recibían junto a los tamales y los atoles calientes que satisfacían sus necesidades primarias: alimentación, guía, entendimiento y el deseo de poseer un corpus religioso que les diera certidumbre delante a la impermanencia.
 
Claudio Obregón Clairin.


Coronación de uno de los primeros Ahauob' en San Bartolo, Guatemala











domingo, 20 de noviembre de 2011

Mi Padre, el Actor Claudio Obregón



Hay sonidos en el vacío, los he visto circular en torno a mis pensamientos, ayer inquirí al viento cómo es posible escucharlos cuando no está presente y me dijo que viajan impulsados por las caricias de la ausencia, de pronto se fijan en el recuerdo de un parlamento, en las luces de un escenario, en los matices de un personaje que reposa en el camerino la víspera de un estreno, en el espacio entre ... dos aplausos, Explicó que no debía sorprenderme, que es así como las trayectorias de los actores se revelan presentes en la memoria colectiva, exactamente así, como sonidos en el vacío…



El 13 de noviembre de 2010 mi padre trascendió nuestro plano existencial, lo acompañé con mis brazos a ese umbral que nuestros mayores ubicaban en el Norte y explican que es blanco, se integró a la luz que también es blanca, su ausencia ha transfigurado mi cotidiano y mi destino, me ha costado no poder compartirle mis palabras para que con su sentido crítico ubique mis defectos, Durante los últimos 3 años hablábamos por teléfono todos los días, aún si nos encontrábamos en regiones distantes o separados por montañas y ríos, Se fue mi maestro, mi amigo, mi guía, mi padre, con él, partió también un yo que ya no encuentro por ninguna parte, ni siquiera en los sonidos del vacío, ahora el cotidiano me resulta desafiante, he debido reconstruirme y entiendo que preciso honrar su memoria siendo congruente y paciente.



Su camino con corazón lo hizo un fenómeno del Teatro en México., Los actores son los únicos creadores que portan su obra en sí mismos, por ello platicar con él era una experiencia sensorial muy cercana a la representación escénica, Desde que aprendí a leer le ayudaba a memorizar los parlamentos de sus personajes y cuando fui adulto, en cualquier momento podía recibir su llamada telefónica para compartirme un descubrimiento del personaje que estaba incorporando a su ser, ahora todas estas experiencias circulan por el vacío, como lúdicos sonidos.



He comentado que mi padre fue un chamán-actor y que enfrentó a la muerte con una sonrisa y en plenitud de sus facultades intelectuales, durante sus últimas noches repasamos la Historia de la Humanidad, fue él quien decidió partir, comprendió la impermanencia y aceptó como guerrero que su cuerpo ya no podía integrar más personajes, no deseaba seguir viviendo sin poder estar en el escenario y tomó la decisión de irse cuando el sol se encontraba en el cenit.



El maestro Claudio Obregón fue un hombre integro, incorruptible y como todo chamán, inteligente, audaz, simpático e implacable. Es un pilar del Teatro Mexicano, fue premiado infinidad de veces: obtuvo un Ariel, es el actor más premiado por la Academia Nacional de Teatro y le otorgaron la medalla de Bellas Artes entre otros premios, fue militante de izquierda cuando serlo significaba ser un hombre congruente y no oportunista como ahora, sufrimos percecución política, hambre y marginación por sus convicciones... estoy orgulloso de ello y es una mis mayores riquezas.



Por la sala de mi casa y entre mis juguetes se reunieron hombres históricos como Juan de la Cabada, Valentín Campa, Mario Orozco Rivera y muchos más individuos que lucharon por la construcción de una vida democrática, mi padre ayudó de múltiples maneras a los pueblos centroamericanos en sus revoluciones sociales, fue vetado por Televisa por su sentido crítico y propositivo, años después, le otorgó un premio por un trabajo televisivo que parádojicmanete mi padre realizó con su competencia, TV Azteca.



El maestro Obregón fue un padre amoroso, creativo y solidario, amó de manera intensa la vida y sobre todo al Teatro. A su partida, La Compañía Nacional de Teatro, por medio de su director, nos ofreció a mi hermano y a mi que sus cenizas descansaran en la Casa de la Compañía Nacional de Teatro, pasado un tiempo, se revelaron intenciones y acciones alejadas a la integridad, mi hermano y yo decidimos entonces retirar las cenizas de la Compañía Nacional de Teatro, nuestro padre fue un hombre congruente, no puede descansar en un espacio dirigido por la incongruencia. Hemos mantenido respetuoso silencio en torno a los motivos que nos llevaron a tomar tal decisión, porque amamos al Teatro y no queremos que nuestras palabras puedan desencadenar circunstancias adversas al Teatro. Cuando termine la actual administración o en caso de que la realidad quiera ser distorcionada, hablaremos para informar nuestros motivos. El maestro Obregón estuvo alejado de los escándalos y heredamos de él esa virtud, como muchas otras enseñanzas de vida que lo hicieron ser un actor que trasciendió con su trabajo a la estupidez humana.



Los escenarios de México están impregnados por su memoria ática, su pasión de vida fue el Teatro, ahora su nombre descansa en letras de iridio en la memoria colectiva. A mi padre no le gustaban los homenajes, el director de la Compañía Nacional de Teatro me dijo en una ocasión que era la Compañía quien necesitaba y no mi padre, de homenajear al chamán-actor... a un año de su partida de nuestro plano existencial, fui invitado a un homenaje que se le brindó en la Compañía Nacional de Teatro, asistí a pesar de la incongruencia directiva y lo hice con una sonrisa, abrazando a mi padre y al actor, apreciando a sus amigos, saludando a mis tías y tíos filiales y del escenario, reconociendo sus palabras impregnadas en el espacio sagrado de la sala de Teatro.



¡Salve Claudio Obregón... ! Así intituló un crítico teatral a uno de sus trabajos escénicos. Mi padre tuvo una vida digna y digna fue su partida, a un año del vacío que ha provocado su ausencia en los escenarios y en la vida de sus hijos y nieta, reconozco ahora su grandeza energética, observo y replico los Caminos con Corazón, amorosamente cuidamos de Panchito y me siento realmente orgulloso de ser hijo de un mexicano ejemplar.



En vida, le escribí dos Haikus Mayas que le gustaban mucho, fueron las palabras mántricas que le dediqué cuando su alma partía por el camino blanco del Norte.



Hun Peh Zac Pepem



Ak´bal Xic´bal, Tu Hahal



In Hah Kal Ok







Mariposa Luz



Íntimo Vuelo Negro



Surge mi verdad


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Ta Hom Ets´Tilis



Xik´ K´ak´ Ok´ol Et´s Ol Kan



Wayak´ Hun Peh Hum Ik

 
Delante al precipicio del sagrado sosiego



Alas humeantes en el Intento del eco celeste



Ensueño de un susurro en el viento.



 

La impermanencia es una noble verdad, el instante se sublima cuando reconocemos que al no ser eternos, nos podemos tornar universales con nuestras acciones que transtian por un Camino con Corazón...



Gracias maestro Obregón.

Claudio Obregón / Olga Harmony



Claudio Obregón y su hermana de la actuación Ana Ofelia Murgia en "El Retablo del Dorado"


 
He de confesar que no fuimos amigos íntimos, de esos que comparten confidencias, alegrías y pesares, aunque desde luego supe de su orgullosa paternidad y otros asuntos suyos. Nos tratábamos amistosamente cuando nos encontrábamos en un estreno o coincidíamos en alguna propuesta, como fue la ya difunta Academia Mexicana de Arte Teatral y aun entonces nuestra charla girab ...a alrededor del teatro o de alguna situación política: recuerdo su frustración y tristeza ante el golpe militar contra Allende y su alegría esperanzada cuando se formó el SAI. Y aunque dejó al final de su vida militancias al sentirse defraudado por algún partido, nunca abandonó su convicción de que una sociedad más justa es indispensable.

Claudio Obregón en "Asesinato entre amigos"

No podría hacer una cabal semblanza de Claudio porque mi relación con él fue siempre la de un actor notable y su admirada espectadora, que primero se fijó en su voz y su gran presencia escénica y luego fue descubriendo algo de sus matices actorales. A través de los años fui confirmando mis primeras impresiones, porque Claudio Obregón pasó de ser un joven apuesto a ser un viejo apuesto, pero nunca cifró en este don de la naturaleza sus muchos y merecidos éxitos. Su verdadero don era de otra clase, la cualidad de ir más allá de la técnica –aunque técnica sí que la había– en cada personaje que lo habitaba, muy distinto al anterior y al que habría de seguirlo. Todos personajes diferentes, todas actuaciones diferentes a no ser por la gran calidad con que eran encarnados.
 
Claudio Obregón en "Arte"
En el largo camino que anduvieron actrices y actores para ser reconocidos como creadores y no como meros intérpretes, Claudio era uno de los ejemplos que primero acudían a nuestra mente porque, con muy pocas excepciones, con cada papel que se le encomendaba, él hacía una creación muy difícil de igualar. Sin necesidad de maquillajes y prótesis u otros elementos externos que usarían actores de menor capacidad, “encontraba a su personaje” en su interior, en su cultura y sensibilidad. Aun como la reina Elizabeth I de Inglaterra de la curiosa obra Contradanza de Francisco Ors, su excesivo maquillaje fue necesario para identificarlo con la iconografía de la maquilladísima soberana, tan necesario como las vestimentas reales y demás elementos externos, aunque la elaboración interior del personaje fue una muestra más de su capacidad actoral.

Claudio Obregón en "El Rey Lear"


Es sabido que un factor que identifica a los buenos actores es la manera en que escuchan los parlamentos de sus compañeros, pero también en esto hay rangos. Los silencios de Claudio Obregón eran notables y me resultaron más perceptibles que nunca en su rol de Niels Bohr en la obra Copenhague de Michael Frayn y a partir de ahí fueron un elemento más para analizalo. A propósito de esta obra, hay que recordar que en una representación el actor tuvo una caída y a resultas de ello se rompió un brazo pero, llevado de su gran profesionalismo, siguió actuando como si nada hubiera pasado. Ésta es una anécdota que me fue narrada por Julieta Egurrola y ha de haber muchas más que pueden contar sus compañeros de escena.

Claudio Obregón en "Copenaghe"


Nos ofreció un aguerrido obrero como Vanzeti en la obra de Vincen Zuna y un Casanova viejo y cansado en Casanova o la humillación de David Olguín, un Herodes cruel y libidinoso según Salomé de Oscar Wilde y las dos facetas –de monarca autoritario a viejo enloquecido y despojado de todo– del Rey Lear shakespereano en cuya escenificación, por cierto, evadió toda grandilocuencia y dio una vez más cátedra de actuación. Personaje culto en la obra Los emigrados de Mrozek y zafio personaje en El retablo de Eldorado de Sanchis Sinisterra, se podrían seguir citando muchos más ejemplos de sus contrastantes actuaciones. Se me dirá que los actores deben encarnar múltiples personajes y yo respondo: ¿Con la misma altísima calidad? ¿Todos son como Claudio Obregón?

Claudio Obregón en "Casanova o la Humillación"


Actor de número de la Compañía Nacional de Teatro, para la que también realizó muchas actuaciones y apoyó en talleres a sus compañeros más jóvenes, los dioses le concedieron el deseo de todo buen actor: su último trabajo, Ham de Endgame de Samuel Becket –que tradujo y propuso a la Compañía– lo mostró en todo el esplendor de su arte y así lo recordaremos, ya viejo y enfermo, pero en pleno ejercicio de ese don inigualable que lo convirtió en un grande de la actuación.
 
Claudio Obregón en "Endgame"




Palabras leídas en el homenaje que la Compañía Nacional de Teatro le rindió a un año de su partida a los escenarios de la otredad.



domingo, 6 de noviembre de 2011

Crónica del Concurso Altares de Muertos, Casa de la Cultura de Cancún 2011




Desde hace algunos años tengo el privilegio de ser invitado a participar como jurado en el concurso de Altares de Muertos que organiza la Casa de la Cultura de Cancún, experiencia vivificante en la que descubro trazos de un imaginario ritual que tiene sus orígenes más allá de la palabra escrita en piedra y que intuyo se trasmite de manera genética o energética.



En esta ocasión fueron 12 altares los que concursaron y, desde temprana hora, decenas de jóvenes entusiastas arribaron al recinto cultural para iniciar la construcción de sus altares. A medio día me presente disfrazado para que no ser reconocido durante mi recorrido de inspección, observé un ambiente solidario, comunitario y festivo entre los participantes.



El sentido gregario ha sido sustancial en el desarrollo humano, precisamente somos lo que somos por haber matado “al otro” y más tarde compartir los alimentos, la construcción de los altares-mundo recrean festivamente éste talante, así entonces, los altares de muertos celebran el encuentro con quienes han partido de nuestro plano existencial y, al mismo tiempo, compartimos los alimentos con ellos.



Los Altares de Muertos son fotografías vivientes, portales a la otredad, espejos del futuro, recintos energéticos donde el tiempo se colapsa y comulgamos con la esencia de la vida a través de la muerte.



Los pueblos mexicanos se distinguen por recuperar plásticamente una tradición Paleolítica que se ha tornado tabú en el resto del mundo, cuando celebramos el Día de Muertos reconocemos la visión metafísica de la existencia y por ello nos permitimos hablar de frente con la muerte, reímos con ella y de ella, sabedores de que es el único enemigo que no podremos vencer, entonces la retamos o jugamos a las escondidillas.



Nuestra particular interpretación de Vida-Muerte se mama, se percibe desde la primera edad y el recuerdo vuelto conciencia a través de las palabras de los abuelos es lo que le otorga vigencia y permanencia.



Los jóvenes arribaron a la escenificación de sus Altares-Mundo con la visión clara de los elementos plásticos que debían incorporar para dar sentido a la tradición; desde días antes, con esmero los participantes prepararon sus alimentos, otros incorporaron objetos rituales y sagrados, hubo quienes prefirieron dar un sentido estético a sus altares e incorporaron música y animales domésticos.



Con tintes de verbena popular inició el festejo, un espectáculo dancístico-musical dio apertura al concurso y los jueces nos dispusimos a calificar el amoroso trabajo de los participantes. En ésta ocasión la convocatoria fue abierta a todos los estados de la república pero predominaron los altares de Yucatán. Nos recibieron jóvenes maya-parlantes quienes fluidamente nos explicaron en lenguaje milenario los tres niveles del Altar-Mundo que simbolizan la triada maya: Xibalbá, Luum-Kab, Ka´an (Inframundo, Tierra, Cielo).



La esmerada decoración de algunos altares reflejaba conocimiento e investigación; en el caso de los altares de Michoacán y Veracruz, resultó sorprendente ubicar los aromáticos guisos y los productos que arribaron desde aquellas regiones del país. La comida a los muertos se sirve caliente ya que es con el aroma como la degustan



Los jóvenes participantes realizaron una fuerte inversión económica para su presentación, situación que debe apreciarse en nuestros tiempos de crisis y demuestra que más allá de una inestabilidad transitoria, la evocación de nuestras tradiciones son nuestra mayor riqueza.



La explicación de la simbología de los Altares-Mundo contiene varias aristas, por una parte expresa el trabajo de investigación y el asesoramiento de abuelos, maestros y padres de familia, también denota un trabajo en equipo y la voluntad gremial vuelta conciencia, por otra parte --y quizá sin concientizarlo—los jóvenes participan de un ancestral rito que reafirma nuestra identidad como mexicanos, se trata de colocarse galantemente delante al precipicio o a un Portal en donde la vida se funde con el más allá.



Los altares contienen atmósferas sagradas, cada amarre o doblez de palma chit simboliza el paso por la vida en transito hacia la muerte, la capacidad de percatarnos de la fugacidad y vitalidad de nuestra existencia, contemplar o construir un altar de muertos es un Acto de Poder, un ejercicio chamánico.



Así como los idiomas y las costumbres evolucionan, de igual manera los Altares de Día de Muertos recuperaron usos y costumbres pero también hubo quienes de pronto exploraron nuevas expresiones plásticas, vistiéndose ellos mismos con los ropajes y las máscaras de la muerte, arriesgaron y en esa búsqueda merecieron ser considerados como mención honorífica.



Ser jurado significa dejar a un lado los gustos y apreciaciones personales en beneficio e integridad del concurso, no siempre he premiado al que me más me ha gustado sino al que se apegó de mejor manera a las bases de la convocatoria y es por ello que no siempre los más vistosos son los vencedores. Es una noble tarea calificar siguiendo el orden y las bases de cada concurso, la decisión es y será siempre inapelable pero aún así, al final de la premiación los integrantes del jurado nos quedamos para escuchar las insatisfacciones y exponer nuestros criterios porque es un acto de amor lo que nos une en el concurso de Altares de Día de Muertos y no una búsqueda coartada por intereses no manifiestos.



Me gusta vivir intensamente los concursos de Altares de Día de Muertos y a media noche, regresé a la Casa de la Cultura de Cancún para observar quienes habían retirado sus altares y cómo habían quedado, mi sorpresa mayor fue observar que había varios grupos de jóvenes que decidieron pernoctar en los pasillos y en la entrada del recinto cultural para “velar” a sus Altares-Mundo, mayor satisfacción me produjo constatar que uno de los altares que fueron “velados”, resultó ser el ganador.



Celebro que actualmente la Casa de la Cultura de Cancún es dirigida por la Lic. Juanita Santín ya que al ser cancunense y reconocer las necesidades y aspiraciones de sus conciudadanos, el ambiente organizativo fluyó de manera natural y los protagonistas fueron los jóvenes participantes. Con los hechos, la directora de la Casa de la Cultura de Cancún demuestra que su interés está centrado en la construcción de identidad, arraigo y pertenencia.













jueves, 3 de noviembre de 2011

Rituales Sagrados de Ayer y Hoy (reseña de la conferencia)


Homo Ergaster


Nuestro ancestro, Homo Ergaster, manipuló el fuego hace un millón setecientos mil años, delimitó con él su espacio vital del resto de los animales, cocinó la carne de las presas que cobraba y su digestión fue más rápida. Paulatinamente el tracto digestivo se redujo en sus descendientes, aparecieron entonces un rudimentario lenguaje y una capacidad onírica (sueño) profundamente reveladora, aquellos seres desarrollaron una percepción metafísica de la existencia y reconocieron la sensación de observarse como individuos.



La evolución humana fue un proceso azaroso en el que diferentes seres llamados “homínidos” compartieron en las sabanas africanas territorio y desafíos, algunos no lograron sobrevivir o fueron exterminados, tal es el caso del Homo Rudolfensis quien desapareció cuando el Homo Ergaster manipuló al fuego. Somos descendientes de triunfadores que aniquilaron “al otro” para sobrevivir, ese es el talante de la condición humana.



Hace 40 mil años, en el frío Norte Boreal, cohabitaron los Neandertales y los Cromognones, los primeros también desaparecieron a consecuencia de la mejor organización social y del sofisticado lenguaje que poseían los segundos. En aquellos lejanos soles, los Neandertales cuidaban de sus enfermos, los asistían en la alimentación y cuando morían, eran enterrados de manera ritual ofertándoles flores en sus tumbas.



 

Hace 14 mil años, los seres boreales desarrollaron una “organización social equitativa” en la que la cacería y la recolección fueron actividades económicas regidas por tabúes impuestos por una interpretación chamánica de la existencia. Para entonces, los seres humanos habían desarrollado la capacidad cognoscitiva que les permitió comprender un universo energético en el que nuestra existencia es la estación de un gran trayecto.



La agricultura se desarrolló hace 7 o 9 mil años en el Trópico de Cáncer y ahí mismo nacieron las primeras religiones, la esclavitud, la plusvalía, el machismo, la inequidad social, la producción a ultranza, la sumisión conceptual y la guerra y la violencia como instituciones de Estado.



La necesidad de entender la existencia más allá de la vida motivó la construcción de monumentos faraónicos y se implantó el derecho divino a someter y condicionar al prójimo en beneficio de quienes detentaron el conocimiento o el contacto con los dioses. Las pirámides de El Gizah en Egipto, son la suma teológica de ésta interpretación de la vida más allá de la muerte.



Nuestros ancestros mesoamericanos no escaparon a éste esquema de sumisión social pero lo trascendente es que los rituales que otrora se desarrollaron en la tierra que habitamos, configuran en nuestro tiempo, una de nuestras más profundas tradiciones: la celebración del Día de Muertos.



Los mexicanos vemos a la muerte de frente, la tornamos nuestra mejor consejera, reímos con y de ella, jugamos a las escondidillas para no dejarnos atrapar, la desafiamos y la amamos. Los pueblos mexicanos ubicamos a nuestros muertos en el cotidiano, comulgamos con ellos a través de la comida y la música que preferían, arreglamos sus tumbas y en sitios como Pomuch, Campeche, se limpian los huesos de los difuntos para ser exhibidos y mostrar las osamentas de los ancestros a las nuevas generaciones, tal y como lo hacían los mayas históricos.



Los Rituales Sagrados de ayer y hoy configuran una de nuestras mayores riquezas culturales, nos diferencia del mundo y nos permite entender socialmente aquella lejana interpretación metafísica de la existencia que percibieron los Neandertales y Cromañones.



Quienes hemos ya perdido el contacto físico con seres queridos, durante las celebraciones de Día de Muertos comulgamos con sus almas y esencias, por ello construimos altares decorados con cánticos nocturnos y les ofertamos la comida que apetecían quienes se nos adelantaron en el “gran trayecto”. Son días de una particular mezcla de dolor, gozo y añoranza, pero sobre todo, nuestras celebraciones son un maravilloso acto de amor.



Una querida amiga me dijo el otro día que a la muerte la interpretaba como una graduación y me dejó girando ya que ciertamente nuestra existencia se compone de pruebas y desafíos donde el conocimiento y las experiencias se acumulan para hacer propia --como el Homo Ergaster-- a la percepción metafísica de la existencia.





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