Hace unos días y
como pólvora encendida, se difundió por las redes sociales que William Gadoury,
un adolescente quebequense que cursa el cuarto año de secundaria, descubrió una
enorme ciudad maya utilizando unos mapas satelitales. Respetando el valioso
esfuerzo de investigación de William Gadoury, surgen varias dudas sobre la
información publicada como verdad científica.
La noticia
difundida a nivel mundial por Le Journal de Montréal indica que William analizó
22 constelaciones mayas y que con ellas elaboró un mapa celeste que corresponde
a 117 ciudades mayas pero no aportan el nombre de las supuestas constelaciones
convirtiéndose en un enunciado lo que pudiera ser una noticia. Se postula, sin reconocer
trabajos anteriores de diversos especialistas, que ningún científico o
investigador había hecho tal correlación lo que le valió ser invitado a
presentar su búsqueda en la Agencia Espacial Canadiense y, que la Nasa como la
Agencia Espacial Japonesa, mostraran interés en su investigación.
Continúa comentando la nota
publicada por Le Journal de Montréal que el genio adolescente se
percató que analizando la constelación vigésimo tercera –sin dar el nombre--
debía corresponder a una ciudad maya y, cotejando con el mapa del Mundo Maya,
correspondió a una ciudad enorme que con mapas satelitales ubicó 17 grados
Norte, 90 Oeste. William la bautizó como K’aak’ Chi o Boca de Fuego. “Yo no
comprendía –dijo William-- porqué los mayas habían construido sus ciudades
lejos de los ríos, en tierras poco fértiles y en las montañas, había que
encontrar una razón y, como ellos adoraban a las estrellas, me vino la idea de
verificar mi hipótesis. Realmente me sorprendí y alegré cuando me di cuenta que
las estrellas más brillantes de las constelaciones correspondían a las ciudades
más importantes de los mayas”. La nota original ubica a la ciudad en territorio
mexicano próximo a Calakmul, pero otras fuentes la ubican en Belice, se informa
de una pirámide de 86 metros (sería la más grande del Mundo Maya) con una
superficie total de 80 a 120 km cuadrados, con caminos y 30 estructuras
visibles desde el espacio. Sería la cuarta ciudad más importante del Mundo
Maya.
Consulté a mi
amigo José Miguel Ramírez Olivos quien labora como ingeniero aeroespacial en la
Agencia Espacial Canadiense y me confirmó que William presentó en la Agencia su
ejercicio de investigación y que por motivos laborales no pudo asistir a su
ponencia pero que lo que hay que destacar es el uso de la tecnología espacial
en la investigación arqueológica. Coincidimos
en que hay que luchar por la creación de una agencia de periodismo científico
para dar soporte a noticias como está y, en ello, como en otros loables temas
de divulgación científica, ocupa su atención el Ingeniero Aeroespacial José
Miguel Ramírez quien por cierto, nos visitará en Cancún próximamente, dará
algunas entrevistas en la Radio y lo entrevistaremos en exclusiva para Por
Esto! de Quintana Roo y Literatura y Mundo Maya el próximo domingo en esta misma columna.
Platicando con mi
colega investigador Jens Rohark, decidimos resumir una información para que se
pueda valorar la certeza de la noticia del supuesto descubrimiento maya que sin
los datos de las Constelaciones, por el momento, es un enunciado.
Astronómicamente hablando, y con relación a la percepción terrestre, los Mayas
Históricos individualizaron 13 Constelaciones que giran alrededor de la
Eclíptica y se mueven, es decir, no aparecen todo el año, unas son visibles en
verano otras en invierno por lo que quedan descartadas para servir de mapa.
Medían con precisión a la Osa Mayor que gira en torno a la Estrella Polar y es la única estrella que se mantiene fija respecto a la perspectiva terrestre.
Sabemos que las conjunciones y alineamientos planetarios con las Pléyades eran
importantes y valoraban mitológicamente a la Constelación de Orión, todos estos
astros se mueven, tampoco pueden ser punto de referencia para fundar ciudades.
La Vía Láctea se mueve también, no está fija, ondula de derecha a izquierda y
las Constelaciones que en ella se encuentran no pudieron entonces ser
referentes para la fundación de las ciudades. Ciertamente fueron
extraordinarios observadores del cielo reconociendo los ciclos sinódicos
planetarios y calcularon la posición de la Luna con precisión en el pasado como
en el Templo XIX de Palenque donde fecharon una posición lunar hacia el 10 de
marzo de 3309 a. C. pero no existe referencia epigráfica de que las Constelaciones
rigieran la disposición geográfica de las ciudades mayas.
Históricamente
hablando, las ciudades que aparecen en el mapa que publicó Le Journal de
Montréal no fueron contemporáneas, olvidan colocar a Calakmul y anexan a
Villahermosa y a San Cristobal de las Casas, desmeritando su propuesta con
estas ciudades modernas. Algunas ciudades mayas fueron fundadas para que no
tuvieran que caminar más de 20 kilómetros entre ambas y muchas fueron
edificadas junto a los ríos. Otras ciudades, como las de la Cuenca de El
Mirador, se fundaron lejos de los afluentes pero tuvieron tierras pantanosas y,
por lo tanto, ricas en nutrientes. Los socavones que realizaron para obtener
las piedras de sus monumentos se inundaban en la temporada de lluvias logrando
así sobrevivir durante las secas. Algunas ciudades como Quiriguá y Copán estaban
posicionadas para controlar los yacimientos de jade y, otras en el Pacífico,
como Paso de la Amada o La Blanca, para controlar las ancestrales rutas
comerciales. Otras ciudades se construyeron en función de la topografía y
fueron seleccionadas sus ubicaciones por alineamientos con montañas o en
función del alba solar como Izapa o Tikal.
Concluimos que sin
los nombres de las Constelaciones y la metodología que utilizó William Gadoury
es imposible confirmar su propuesta, es muy probable que descubriera una
ciudad maya pero no necesariamente por posicionamientos celestes ya que el
cielo se mueve. Por último, los mayas no configuraron un Imperio sino Ciudades
Estados, algunas de ellas fueron enemigas por lo que no pudieron ponerse de acuerdo para coincidir en el cielo en un supuesto Plan Maestro y en su mapa falta Calakmul que fue
una de las ciudades más importantes. Esperemos noticias del trabajo de William para
seguir valorando con respeto y sustento histórico, enhorabuena que un joven se
interese por una de las Culturas Originales del Mundo y esperamos que
pronto contemos con una agencia de periodismo científico internacional para que noticias
como esta, sean sustentadas por un comité y no por la euforia de Internet.
Coc.
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