Los mayas históricos mantuvieron intercambios comerciales, belicosos y maritales con individuos de otras civilizaciones.
En el estandarte encontrado en la ciudad de Tikal, conocido como el Marcador, los mayas escribieron que el 31 de Enero de 378, el general teotihuacano, Siyaj K´ak´ (Nacido del Fuego) conquistó la ciudad de Tikal.
En la estela A de Copán y en el panel L2 de Xochicalco, se registra un mismo evento que sucedió el 1 de diciembre de 730 de nuestra era, se trata de la entrega en matrimonio de una noble mujer de Xochicalco, al rey maya Waxaklajuun Ub´aah K´awiil de la ciudad de Copán, Honduras, atestiguó la entrega, el famosísimo noble mixteca, 3 Conejo, quien acababa de cumplir 16 años.
En el interior de La Pirámide de la Luna, en Teotihuacán, los arqueólogo Saburo Sugiyama y Rubén Carrera encontraron a tres nobles mayas enterrados ritualmente. En los frescos del Templo de las Pinturas de Tulum, un dignatario maya aparece sentado en una silla similar a las que se usaban en Costa Rica.
El dios de la lluvia, Chaac para los mayas, fue Cocijo para los Mixtecas de Oaxaca y Tlaloc para los mexica del Valle del Anahuac; las semillas de cacao se utilizaron como moneda en sus tratos comerciales; el maíz fue el sustento alimenticio y crearon exigentes dioses que además de plegarias, danzas y ritos, reclamaron sangre.
A pesar de compartir tantos intereses, los mayas se diferenciaron del resto de las sociedades mesoamericanas en algunos usos y costumbres, por ejemplo: resulta de todos conocido que los Mesoamericanos no contaron con el "uso práctico" de la rueda, sin embargo, en los Estados de Guerrero, Michoacán, Estado de México, Veracruz y El Salvador, desde 1921, se han encontrado 16 figuras manufacturadas en barro con forma de jaguares o perros que en lugar de garras o patas "tiene ruedas" lo cual es realmente misterioso y, basándonos en los descubrimientos arqueológicos, hasta hoy sol, también resulta un gran misterio que entre los mayas, no se han encontrado figuras de animales con ruedas, tal y como sucede con todos sus vecinos.
Los animales con ruedas, se han localizado en tumbas o en espacios asociados a ellas. Los perros fueron considerados como compañeros en el viaje al más allá y se sacrificaban cuando sus dueños morían, por otro lado, los jaguares representan el reino de la obscuridad, del Xibalbá o Mictlán. Estas figuras no pueden entonces ser consideradas como juguetes, es más, ninguna de ellas muestra señales de "uso" en los orificios donde iban colocados los ejes de madera ni tampoco desgaste en las llantas, por lo que misteriosamente, estas figuras nunca se rodaron o si lo hicieron, no fue para jugar "carreterita".
La fotografía que acompaña a este artículo representa a un jaguar que en algún tiempo estuvo estucado y un misterio particular de esta pieza, es el hecho de que además de tener ruedas, este jaguar es una pequeña flauta, pero, una flauta no se puede sonar a nivel del piso, sobre todo, si además, rueda.
Para elaborar una miniatura, es preciso conocer el modelo original como sucede con los juguetes de los niños de todos los tiempos, no existiendo un vehículo con ruedas ¿cómo es posible que a nuestros mayores se les ocurrió representar animales con ruedas?
Los mayas construyeron sensacionales caminos sobre la selva y cargaron todas sus mercancías sobre sus espaldas, cuando precisamente llevaban sus productos hacia el Golfo de México o al Altiplano, en algún instante, algunos comerciantes mayas pudieron conocer estas figuras con ruedas y quizá imaginaron que se podrían trasladar las ruedas de las figuras, a una plataforma construida con la resistente madera del árbol del chicle, colocándoles unas ruedas recubiertas con caucho para amortiguar el peso de la carga y, con este vehículo, pudieran trasladar las piedras para construir sus monumentos y transportar sus mercancías con menor esfuerzo; aunque no contaban con cuadrúpedos para tirar de los eventuales vehículos con ruedas, podrían ser jalados con cuerdas de henequén por los mismos cargadores de sus caravanas. Pero no. Ni los mayas, ni sus vecinos utilizaron la rueda con fines prácticos ¿por qué? Y por otra parte ¿cuál era la función de los jaguares y perros que en lugar de garras o patas, tenían ruedas que no rodaban?
Nuestros mayores conocieron y utilizaron la rotación en algunos de sus instrumentos rituales e industriales, de la rotación a la tracción hay un sencillo salto conceptual. Como ejemplos prácticos y rituales del conocimiento de la rotación, observemos el mecanismo que hace girar la base cuadrada de los Voladores de Papantla y los "husos" (Instrumentos que sirven para hilar torciendo la hebra devanando en ellos lo hilado) así que jugando con uno huso se coloca otro disco del lado donde se hilvana el hilo y rápidamente se obtiene un eje.
Como vemos, nuestros ancestros pudieron construir ruedas, ejes y quizá vehículos, pero no lo hicieron. Para responder el por qué, resulta sustancial pensar como pensaban nuestros ancestros y no como razonamos nosotros. El asunto puede ser abordado de manera diferente y en lugar de preguntarnos ¿por qué no usaron la rueda? En otra perspectiva cuestionaríamos ¿para qué hubieran querido usarla?
Nuestra mentalidad de consumo y productividad a cualquier costo, no era la de los mayas históricos quienes prácticamente no atesoraron ni contaron con enormes bodegas para épocas difíciles; cultivaron entre las piedras y con ellas, erigieron monumentos a sus dioses que daban sentido y sobre todo, condicionaban una vida fundamentada en la comunión con los ciclos de la naturaleza. La productividad estaba determinada por la fuerza motriz y las manos de los humanos. Se sembraba a mano, se viajaba a pie, se navegaba a remo, era un tiempo en el que los seres humanos no procuraban acelerar sus procesos.
La rueda, por el contrario, te obliga a ir cada vez más rápido, mas intenso, más productivo, más, más, más en una infinita espiral ascendente que nos conduce a un estadio donde ninguna riqueza nos es suficiente y la felicidad no dura más de dos pensamientos porque al tercero, nos asalta la duda.
Las figuras de perros y jaguares con ruedas son un desafiante misterio, además, no solamente existen esas figuras en Mesoamérica, también hay ejemplos de ellas en la India y Persia. Conocer la tracción y no rodar las llantas, es un desafío a nuestro racionamiento que invariablemente provoca desatino. En este caso, como en el universo ritual mesoamericano, podemos detener la interpretación racional y explorar una decisión de vida que no pretendió producir ni ir más allá de lo que la naturaleza y las fuerzas del cosmos habían otorgado a los seres humanos, por lo que: ir más, más y más aprisa no necesariamente fue una búsqueda mesoamericana y, en otro sentido, representar las ruedas sin rodarlas, es uno de los grandes misterios de la antigüedad.