Amar es un juego de espejos, Enamorarse es una entrega, un abandono, un dejarse seducir por absolutos, Algunos amamos y nos creemos poseedores de un tesoro que escapa a las descripciones formales / la sensación amorosa se torna un alivio y una posibilidad de burlarse de la muerte al sentirnos más vivos que nunca, Los amorosos transitamos en un plano simbólico, La realidad sufre infinidad de atentados y arribamos complacientes a la fusión de nuestro ser con "el otro", Jaime Sabines lo expreso así: "No es que muera de amor, muero de ti, / de urgencia mía de mi piel de ti, / de mi alma de ti y de mi boca / y del insoportable que yo soy sin ti", El goce que envuelve a dos cuerpos exige reciprocidad para que perdure, y ahí radica la esencia del amor profundo, Xavier Villaurrutia escribió al respecto: "Amar es absorber tu joven savia / y juntar nuestras bocas en un cauce / hasta que de la brisa de tu aliento / se impregnen para siempre mis entrañas", En el instante que amorosamente pronunciamos "te amo", surge una sentencia- quien lo dice, se complementa y quien lo escucha, se cimbra, Amar es también compartir las riquezas y las carencias "del otro", Esta reflexión nos permite tocar el fuego y no quemarnos- sólo así discernimos entre "el otro" y nuestros deseos, Amar con pasión desmedida proyecta en la superficie del cuerpo todos los riesgos que envuelven nuestra inconsistencia- y en el deseo profundo, aparecen cubiertos de una veladura nuestros anhelos y nuestros alcances.
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