sábado, 6 de noviembre de 2010

Los Wayob






Cuando era niño escuchaba que los mayores decían con tono grave: “No profanes lo sagrado” yo no entendía el significado de esa expresión, ni tampoco me la explicaron así que crecí pensando que lo sagrado no debía ser profano, pero ¿qué es lo profano? ¿Y cómo explicar lo sagrado? Occidente determina que profano es todo lo relacionado a lo común, obvio y ordinario en tanto que lo sagrado, es todo lo incomprensible, que además está gobernado por entidades casi siempre invisibles que infunden respeto y miedo porque dirigen una realidad paralela en la que el pensamiento racional se descubre indefenso e inservible.


Tenía 15 años cuando leí que Mircea Eliade afirmaba “en última instancia, los modos de ser sagrado y profano dependen de las diferentes posiciones que el hombre ha conquistado en el cosmos” esta frase me permitió entender la relatividad y fragilidad de los juicios morales o éticos de mis contemporáneos y fue una de las revelaciones que me impulsó desde temprana edad a dedicarme a la investigación.




En aquellos soles y sentado en el suelo de la Iglesia de San Juan Chamula, descubrí que en mi país existen diferentes y equidistantes interpretaciones de lo profano y lo sagrado, Los rezos chamulas en forma de mantra acompañados de alcohol, velas y sacrificios de gallinas, estaban ubicados a años luz de los ritos de las religiones occidentales que basadas en la culpa y el pecado, determinaban las conductas de los mexicanos urbanos, Lo que para unos era sagrado para otros era profano ya que los chamulas ubican su religiosidad en la comunión con el cosmos, en su comunidad y en la naturaleza, salen de la Iglesia en armonía con su entorno y con sus entidades divinas, en tanto que los occidentales asisten a las iglesias para rezar e inmediatamente después, al salir a la calle, se empecinan en destruir a la naturaleza, olvidan que estamos emparentados con las estrellas y construyen una vida individual pisando a su comunidad, cuando la culpa los avasalla, entonces regresan a la Iglesia, un hombre vestido con falda negra escucha sus desvaríos y les sugiere rezar para así limpiar sus culpas, pero esos rezos no curan las heridas dispensadas a la naturaleza ni a la comunidad.


Al contrario de Occidente, los chamulas no diferencian entre lo sagrado y lo profano, para ellos, el cotidiano es religioso, se sienten orgullosos herederos de tradiciones ancestrales, como la maya, y hoy, al leer y comprender los jeroglíficos mayas, descubrimos que los mayas históricos también procuraron la Unidad entre lo que pertenecía a los hombres y lo que era propio de sus entidades divinas, Al igual que los santos de la Iglesia Chamula, los mayas históricos veneraron infinidad de presencias divinas que invocaban a través de danzas, cantos, rituales y sangrías, consideraban que el vínculo con lo sagrado condicionaba lo profano y viceversa, Contaron con “portales” como montañas, pirámides, grutas, cenotes y lugares de Poder para comunicarse con el más acá y con sus habitantes, quienes constantemente visitan nuestra realidad y más aún, participan de nuestros eventos, La Brujería del México Antiguo los nombra seres inorgánicos, exploradores y aliados, Occidente los llama ángeles, demonios y santos.



        La Ixahau (reina maya) X´k´ab´al Xooc invocando a un ancestro a través de la Serpiente de Visión


Los ahauob (reyes mayas) se servían de una Serpiente de Visión que la escritura jeroglífica nombra Waxaklahun Ubah Kan (las 18 caras o representaciones de la serpiente) para “traer a la existencia” a los espíritus, ancestros, entidades divinas y también a un compañero animal de los ahauob que llamaron “way” quien los acompañaba en las guerras de conquista y luchaba contra los otros “wayob” de los ahauob enemigos ya que como dijimos, los mayas históricos no diferenciaron entre lo profano y lo sagrado, por lo que las entidades sagradas participaban en una de las actividades más profanas, la guerra.

 

En el libro “Títulos de la Casa Ixquin-Nehaib” un escritor maya narró cómo se libró una guerra entre los invasores peninsulares comandados por el inefable Pedro de Alvarado y los Mayas K´iche´(de Guatemala) dirigidos por Tekum Uman quien estaba al frente de 8 400 guerreros, incluyendo 39 portabanderas y tamborileros, Los guerreros se prepararon para la batalla realizando un ritual de sangradura (la sangre era el vínculo entre las entidades divinas y los mayas), reunidos todos, Tekum Uman se transformó delante de ellos, se puso alas con las cuales podía volar, sus dos brazos y piernas se cubrieron con plumas, se colocó una corona que brillaba como un espejo y voló como un águila, era un gran noble y un hechicero, combatió a los “wayob” ibéricos “Santiago Apostol y la Virgen María”, este es el relato original.

 

“… Y entonces el capitán Tecum se desvaneció en el aire, y volvió transformado en águila cubierta de plumas verdaderas, llevaba también alas que le habían brotado del cuerpo. Este capitán Tecum vino con la intención de matar a Tonadiú (Pedro de Alvarado) quien montaba un caballo y en vez de golpear al Adelantado golpeó al caballo con su lanza arrancándole la cabeza. No era una lanza de hierro sino de piedras lustrosas y este capitán le había puesto un hechizo. Ya cuando vio que fue el caballo y no el Adelantado quien había muerto, se volvió a elevar a gran altura sobre su cabeza, con el propósito de lanzarse desde allí para matar al Adelantado. Entonces el adelantado lo esperó empuñando su lanza y empaló a este capitán Tecum con ella…”


Tecum Human, no murió en el campo de batalla sino en una “palapa de guerra”, fue su “way” quien sucumbió delante a las armas de metal, sin embargo, Tecum Uman tenía en su cuerpo las mismas heridas que propinó Alvarado al águila, Tecum y su “way” formaron una Unidad que contuvo lo sagrado y lo profano.


Desde que la palabra quedó impresa, la Historia es interpretada, escrita y manipulada por los vencedores, son ellos quienes determinan la moral de los eventos, borran los acontecimientos que no les son favorables y tergiversan los motivos y resultados, así entonces, los peninsulares repudiaron la existencia de los “wayob” mayas y construyeron templos para venerar a sus “wayob” cristianos.


Quienes cuentan con la capacidad de unificar lo profano y lo sagrado, transgreden el conocimiento formal y abren portales para que la energía fluya por todos los mundos que la sensorialidad puede percibir, estos individuos son Hombres y Mujeres de Conocimiento, la tradición de los pueblos Tungúes de Siberia los nombró chamanes y sus orígenes se ubican en la Época Paleolítica, su función como intermediarios con los “wayob” y con otras consciencias inorgánicas garantizaba la salud y la prosperidad de sus pueblos.


Los mitos evolucionan y se amoldan al medio ambiente que los abriga, así, la tradición chamánica siberiana pasó por los inuit (mal nombrados esquimales) y luego se tropicalizó al ingresar a Mesoamérica, Al llegar a los Olmecas --y siglos después a los Mayas--, los ahauob hicieron propios los atributos del chamán y por ello, la religión en Mesoamérica está íntimamente relacionada con el chamanismo y con las prácticas y ceremonias que unifican lo sagrado y lo profano.


Don Juan explicó a Carlos Castaneda que hace 10 mil años existieron Hombres y Mujeres de Conocimiento que lograron percibir un universo sensorial paralelo al nuestro del cual apenas hoy, la Física Cuántica reconoce algunas de sus luces y de sus sombras, Carlos Castaneda da cuenta de este evento en “El Arte de Ensoñar” y comenta que él le dijo a Don Juan que eso era imposible ya que hace 10 mil años no existía ninguna sociedad precolombina en Mesoamérica, Don Juan le respondió que le tenía sin cuidado esa interpretación arqueológica, que así fue y ya está… Durante más de una década me quedé con la duda de que todo el Conocimiento Silencioso tenía sus raíces en aquellos lejanos tiempos y que coincidiendo con Carlos Castaneda, fueron épocas de cazadores y recolectores, por lo que me resultaba incongruente pensar que aquellos Hombres y Mujeres de Conocimiento vivieron hace 10 mil años, hoy, sé que Don Juan se refería precisamente a los chamanes paleolíticos de Siberia y Norteamérica mas no a las sociedades precolombinas, quienes miles de años después, heredaron y tropicalizaron ese conocimiento.


Hace 14 mil años, el Hemisferio Norte estuvo congelado y alrededor de los glaciares, las Culturas Boreales compartieron la misma visión del universo y es por ello que en todas las culturas primigenias encontramos los mismos mitos y referentes: el Diluvio Universal, el Árbol del Mundo con un ave encima de él, otros seres que nos precedieron y fueron destruidos, la Trinidad (Cielo, Tierra y Submundo) y las Montañas Mágicas entre otras supuestas “coincidencias” que vistas desde el Polo Norte, en realidad, no lo son, así entonces, como un ejemplo de cómo los mitos se transforman: la Diosa Sedna Paleolítica (divinidad relacionada con la fertilidad) se transfiguró en Occidente en el Culto Mariano y en Mesoamérica, los atributos de esta Diosa se manifiestaron en el Xibalbá de los mayas, un lugar acuático donde germinaba la vida.

La manera en la cual los seres humanos interpretamos lo sagrado y lo profano es el resultado de seleccionar y cualificar a los objetos y a los sujetos para otorgarles un significado que permite la convivencia social, el reconocimiento de nuestro entorno y garantiza la continuidad de nuestra existencia más allá del destino natural.


La guerra entre los mesoamericanos y los ibéricos fue también una guerra entre “wayob” en la que finalmente no hubo una victoria total ya que al transcurrir de los siglos, los “wayob” de ambas partes fusionaron sus características comunes, surgió una religiosidad mestiza y así podemos explicarnos el por qué del espíritu religioso-festivo que gobierna los usos y costumbres de los pueblos descendientes de los mesoamericanos y, entre los mestizos, la preponderancia que tienen los santos patronos de los pueblos y el desbordado culto a la Virgen de Guadalupe entre otras expresiones sagradas que bordean el ámbito de lo profano.


“No profanes lo sagrado” decían mis mayores cuando era niño, hoy lo sagrado se ha colocado en un segundo término, nos tropezamos con los estrechos límites que nos otorga lo profano y estamos consagrados a vivir en una sociedad que determina la felicidad a través de la posesión de objetos que rápidamente desechamos, En tiempos antiguos, los objetos podían transformarse en sujetos, los seres humanos se transfiguraban en “wayob” y viceversa, Parece cosa del demonio dirán los moralistas, sin embargo, algunos de ellos, invocan con el rezo a “otros wayob” para que los auxilien cuando la razón y la plusvalía no son suficientes para entender la magia de nuestro universo.







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