El
apelativo “esquimal” apareció por vez primera en un documento escrito en 1584
por el reverendo Richard Hakluyt y, contrariamente al mito popular, en idioma
algoconiano, “esquimales”no significa “comedores de carne cruda” sino
“hablantes de idioma extranjero”. En 1977 y en la ciudad de Utkiarviq –al Norte
de Alaska- se reunieron representantes de los pueblos esquimales y anunciaron
al mundo que a partir de ese momento, dejaban de llamarse esquimales para
nombrarse “inuits” que significa “los seres humanos” y, en singular, “inuk”
–una persona-.
Incluyendo
a los “unangan” -habitantes de las islas Aleutoniasdel Pacifico- y a otras
comunidades árticas como las “yupiit, yupiget y alutiiq” actualmente existen
170 000 individuos de origen inuit ubicados en Alaska, el Ártico Canadiense,
Nunavut y Groenlandia. Regularmente pensamos que los humanos boreales viven en gélidas
condiciones que consideramos extremas pero para ellos, desde hace miles de
años, son normales.
La Propuesta
Me he
concentrado en la búsqueda de los orígenes chamánicos de la Religión de los
Mayas Históricos en las mitologías de las Culturas Boreales. He encontrado una
serie de mitos y percepciones existenciales inuits y mayas que poseen un pasado
chamánico común. Durante los próximos domingos y en ésta columna cultural,
publicaré algunos pasajes y apuntes de la conferencia “Los inuit y los mayas,
una cosmogonía” que en octubre próximo tendré el honor de dictar en el programa
de Conferencias Magistrales “Les BellesSoirées” de la Universidad de Montreal.
Las
sociedades evolucionan y se transfiguran por influencias culturales, invasiones
y conquistas.Hoy no es ayer pero es la suma de todos los ayeres que ya no son
aunque están presentes. Recuperando el legado paleolítico de una existencia
unificada a la dinámica violenta del Cosmos yhurgando entre los escombros de
los pilares mitológicos boreales, he descubierto los fundamentes de la Religión
Maya.
La
mayoría de los pasajes mitogónicos de los mayas y de los inuits, han
desaparecido o se fusionaron con versiones del cristianismo; sin embargo, en
medio del derrumbe, he ubicado tradiciones vivas así como mitos y costumbres de
los mayas y de los mestizoscanadienses y mexicanos que están relacionadascon
aquel pasado de cazadores, a saber: los mitos del “Robachicos” entre los
mestizos de México, “El Señor de las 7 de la tarde” entre los mestizos de
Quebec y OkolPal entre los mayas peninsulares contemporáneos, la Serpiente de
Luz que desciende del cielo, el canto de la Xtabay, el Culto Mariano, el
Sisimite, el Norte como lugar de residencia de los espíritus, el árbol-eje
sagrado alineado con la Estrella Polar, dos hermanos que se convierten en el
Sol y en la Luna y el concepto de dualidad complementaria entre un largo elenco
de semejanzas en los mitos, rituales y creencias de pueblos alejados por el
espacio y por el tiempo pero que reproducen los mismos esquemas mitológicos
porque partieron de un lejanísimo tronco común de origen siberiano.
Retomando
la tesis de Xavier Blaisel que “ubica a la muerte asociada al orden,
estableciendo que el orden está marcado por la discontinuidad y que la
continuidad no es un avance sino una regresión”, concluyo que así como ocurre
en el orden natural, de igual manera acontece en el orden social porque el
segundo es una abstracción del primero.
Las
sociedades inuits y mayas del pasado, no existen más, sus descendientes conservan
tradiciones, mitos, usos y costumbres milenarios matizados por el cristianismo
en sus múltiples variantes. Recuperar, descremar y decantar la esencia de los
rituales chamánicos de nuestros ancestros, no es únicamente un ejercicio
intelectual que felizmente concluye en una nueva percepción de la
espiritualidad de nuestro pasado histórico, su trascendencia radica en
recuperar a la universalidad que durante miles de años nos fue propia y que
sigue ahí, entre el cerca y el junto.
Humanos y No-Humanos
Para los
inuit todo está relacionado con el espacio y el tiempo, existen tres mundos:
el humano, el de los espíritus y el de los difuntos. Los tres interactúan sin
barreras pero son percibidos en su totalidad únicamente por los chamanes
quienes durante milenios fueron los mediadores y defensores de la comunidad
delante a lo inasible.
Es a
través de la Palabra que formamos y dibujamos al mundo y al mundo dentro del
mundo, la Palabra en el universo inuit -como en el maya- además de procurar la
comprensión humana, es un vehiculo para comunicarse con las entidades divinas
–seres inorgánicos- y los ancestros.
Cuenta
la Literatura Oral Inuit que los seres humanos nos componemos de 4 elementos
esenciales: timi (cuerpo), anirniq (el soplo divino) atiq (el nombre) y tarniq (la parte sombreada o alma), que es representada por una
pequeña bola de aire similar a la que los mayas acostumbraban dibujar al frente
de los rostros de algunas de sus entidades divinas y dignatarios. El cuerpo
auxiliado del soplo de vida ocupa un punto en el espacio perceptible y finito
en tanto que el nombre es perenne porque se hereda de un familiar difunto a uno
recién nacido. Con el nombre, el infante hace propio el conocimiento adquirido
por los ancestros (en las dinastías mayas, los nombres de los ahauob’ -reyes-
también se reciclaban a través de las generaciones y con ellos, adquirían el
prestigio conquistador del ancestro), los inuits comentan que venimos a la
tierra a recordar.
Los
inuit consideran queen el mundo existen diversas sociedades no-humanas y sus
integrantes, al igual que los seres humanos, cuentan con la facultad de hablar
y nombrar “al otro”. En el idioma de los espíritus, los seres humanos se llaman Tau, significa “sombra” y hace
referencia a la parte invisible del ser. Los difuntos nos dicen Pullaaliken difiriendo a la bola de aire
que representa al alma y, los osos polares, nos nombran Kanaaqiarjuk haciendo referencia a nuestras flacas piernas. Existen
igualmente diferentes pueblos no-humanos como los “los ljirait” (los
invisibles) que aparecen en forma de Caribú; “los taqriassuit” (los sin-sombra)
quienes no dejan huellas y provocan el desvarío de los inuits; los
itiqanngittut (los sin-ano) quienes desprovistos de órganos genitales, tienden
a friccionar sus cuerpos para reproducirse.
El elenco
de no-humanos queconvivió con los inuits durante milenios hasta hace un siglo,
se distinguen por ser cazadores, cazan humanos, algunos de ellos, como los
Kukilingiattiaraaluit, acostumbraban retirar las pieles humanas (tal y como
descarnaban los mexicaha sus sacrificados en el ritual a XipeTotec).
Caminando
por la tundra o por la nieve, en el mundo inuit era común encontrarse con éstos
seres no-humanos y, para evitar algún maleficio al individuo que los veía o a
su comunidad, al llegar con los suyos,el testigo reunía a sus congéneres y
comentaba detalladamente su encuentro con los no-humanos. Exorcizaba con la
Palabra al bizarro contacto energético para evitar la llegada a la comunidad de
enfermedades y desgracias. Verbalizar en grupo resulta trascendente ya que el
discurso se torna la impronta del instante que deja un testimonio en la memoria
colectiva y en ella se hace presente la conciencia adquirida.
Espejos
Al igual
que en la cosmogonía inuit, tanto en el Arte Sacro Maya como en el nagualismo
(versión del chamanismo en las Civilizaciones Precolombinas), los seres humanos
interactúan con entidades divinas, con seres inorgánicos, exploradores, wayob’
o naguales, con seres humanos que se transfiguran en animales o viceversa, así
como con un elenco de conciencias inorgánicas que hasta hace 100 años y en el
gélido Norte, eran parte integral de la vida humana. A través de la Palabra,
los inuit y los mayas históricos se comunicaban y mantenían contactos energéticos con
aquellos seres no-humanos, espíritus, aliados, exploradores y conciencias
inorgánicas que transitan en un universo paralelo situado en el Más Acá.
El
Próximo domingo, platicaremos del origen de los seres humanos y del Cosmos
según lo comprendían los inuit.