Las
ideas que tenemos sobre la sexualidad y la idílica vida social de nuestros
ancestros que vivieron en las cavernas, es falsa y estereotipada. La
arqueología nos revelea usos y costumbres paleolíticas en los que atestiguamos
sacrificios humanos al igual que restricciones a conductas sexuales que
errónemante adjudicamos a nuestra herencia judeo-cristiana o al Código de Hammurabi.
Nuestra
sexualidad define a nuestra felicidad y es una de las motivaciones
existenciales que gallardamente nos permite enfrentar con una sonrisa a la
impermanencia. En la época de las cavernas se presupone que el sexo era libre y
comunitario, que las familias tenían varias madres y varios padres y que regía
un sistema de Matriarcado, hoy se pone en entredicho tal interpretación.
Descubrimientos
arqueológicos en Rusia, República Checa e Italia así como los estudios que
fueron publicados en la revista Current Antropology del mes de Junio 2010,
demuestran que las prácticas de sacrificios de niños pudieron ser por motivos
rituales (ubicando el origen del mito del Robachicos y del Okol Pal maya) pero
en el caso de los jóvenes, se trata de castigos hacia una conducta sexual que
no toleraba la sociedad paleolítica.
Menage a Trois
El
antropólogo David Frayer de la Universidad de Kansas y el biólogo Vicenzo
Fornicola de la Universidad de Pisa, coinciden y proponen al igual que otros
investigadores que el entierro de
3 individuos en Dolní Vestonice, República Checa --datado hace 26 mil años--,
se trata de un castigo por un “menage a trois” o que la joven mujer mantenía
relaciones sexuales con dos hombres y los tres fueron castigados privándolos de
sus vidas. La ausencia de
violencia física en los restos óseos, conduce a la conclusión de que fueron
envenenados. Fornicola comentó que mucha preguntas quedan por resolver y abundó “los sitios (encontrados) hacen
hincapié en la complejidad de las sociedades de cazadores-recolectores del
Paleolítico Superior y de la importancia simbólica de los entierros que
dejaron. El uso de la información obtenida de los entierros nos permiten comprender
de mejor manera las expresiones de las creencias y los rituales de estas
poblaciones".
El
entierro triple de Dolní Vestonice en la República Checa, devela a 3 jóvenes de
entre 17 y 23 años. El individuo de la derecha fue enterrado bocabajo y su
brazo izquierdo está entrelazado con el derecho de la mujer situada al centro. Ella presenta patologías hereditarias
como un acortamiento del fémur derecho y de los huesos del antebrazo izquierdo
así como displasia en la columna vertebral lo cual evidencia que su caminar y
su físico, no fueron muy agraciados en los términos estéticos contemporáneos;
un cuchillo de silex fue colocado apuntando a su región genital. El hombre de
la izquierda tiene colocada su mano derecha en el sexo de la mujer y a él le
clavaron una estaca en sus genitales.
A
los tres individuos les espolvorearon óxido de hierro en sus cabezas y en la
mano del hombre colocada en el pubis de la mujer al centro. Los Neandertales y otras culturas como
las mayas teñían de rojo los cuerpos de sus difuntos y entre los mayas
simboliza el Ch’ulel o energia vital que unía a los seres con la otredad.
Leyendo
el entierro, el hombre de la derecha bocabajo denota castigo, la mujer está
relacionada con ambos individuos y el de la derecha tiene una intención sexual
con ella al colocar su mano en su púbis pero al descubrir una estaca clavada en
los genitales, señala desaprovación social. Tanto Frayer como Fornicola
coinciden en que los jóvenes estaban en el esplendor de su vida y no pudieron
haber muerto de manera natural, todo apunta a un asesinato.
Espejos
Considero
que para comprender de mejor manera las conductas sociales, la religiosidad y
en este caso, la vida sexual de nuestros ancestros, tenemos que ubicarnos en el
ámbito económico. Las sociedades de cazadores se presume erróneamente que
tuvieron un sentido gregario jerarquizado en el que los hombres cazaban y las
mujeres estaban relegadas a las cuevas, que las familias eran formadas por
varios padres y varias madres, que las relaciones sexuales eran abiertas y que
el concepto de familia como hoy lo entendemos apareció miles de años después en
las sociedades agrícolas tributarias. Sin embargo, estudios digitales
realizados por el arqueólogo Dean Snow, de la Universidad de Pensilvania,
informan que el 75% de las pinturas de Lascaux, Francia, fueron realizadas por mujeres y comenta
el arqueólogo Snow “en las sociedades de cazadores-recolectores, son los
hombres los que cazan. Pero sobre todo, son las mujeres que apresaban a la
presa. Todos estaban implicados en la cacería”
Reconsideremos
el rol de la mujer como formadora paleolítica relegada a la cueva ya que
participaba en la caza y en el ámbito chamánico. Las evidencias arqueológicas y
científicas nos conducen a cuestionar nuestra añeja interpretación de las
sociedades paleolíticas en las que los hombres llevaban en una mano el mazo y
con la otra arrastraban del cabello a sus mujeres. Más aún, el entierro de
Dolní Vestovice nos indica que la libertad sexual implicaba desajustes sociales
en comunidades gregarias y postulo que como en todas las culturas, la
sexualidad tenía una implicación social. Entre los primates bonobos como en
algunos felinos, las crías son cuidadas en guarderías de hembras pero los
padres reconocen a sus hijos como propios; el amor filial es animal, no podemos apartarnos de esa realidad, diferentes especies protegen a sus hijos primero
que a los ajenos. Es cuestionable entonces que fue la agricultura la que dio
inicio a la familia como la conocemos y deconstruimos, sus orígenes pueden
remontarse miles de años atrás.
Actualmente,
las religiones fundamentalistas someten a las mujeres, las visten de negro y
les colocan burkas para que precisen del hombre para ver y caminar; entre los
tzotziles mayas de Chiapas, los hombres pueden tener tantas mujeres como dotes
puedan pagar aunque por largas temporadas se la pasan borrachos y tendidos en
el suelo sin que los molesten, en tanto, sus mujeres producen. En sociedades de
vanguardia, como la Canadiense y en especial en Montreal, la libertad y la
diversidad sexual procura un desarrollo comunitario en equidad. En Montreal, la
gente ama, simplemente se aman sin importar a cuántos a la vez o que sean de su
propio sexo y lo manifiesta abiertamente, no es un estigma, es una
predilección. Y ello ocurre porque es una sociedad de individuos que son
económicamente independientes, el gobierno ha entendido con sabiduría que en
nuestros tiempos, la predilección sexual no se contrampone a la productividad,
sino que tolerarla genera riqueza social.
Al
contrario de las sociedades de cazadores y agrícolas tributarias donde las
actividades económicas determinaban los principios éticos y el castigo a las
preferencias sexuales, las sociedades de avanzada del s.XXI privilegian al
individuo sobre el modelo tradicional de familia y no cuestionan el “menage a trois” o la preferencia sexual. En Montreal, las majestuosas iglesias se
convirtieron en condominios o en centros comunitarios y la gente abandonó sus
antiguas creencias. Ahora toleran la diversidad y no se castiga la preferencia
sexual. Es una economía pujante, lo cual indica que en nuestro tiempo, el sexo
y la manera de practicarlo: no condiciona la subsistencia ni al desarrollo.
En
sociedades de vanguardia la productividad es desasociada del deseo individual y
la gente vive realmente feliz ejerciendo el libérrimo placer de ser como la
constitución hormonal determina que somos y no como estipulan los
contradictorios prejuicios morales que van contra
natura. Si no fuese como lo planteo, no existirían miles de sacerdotes
pederastas y homosexuales. La manera en la que ejercemos nuestra sexualidad es
una predilección natural de orden hormonal y hay quien puede amar a varios
individuos a la vez o a una persona, lo real es que el sexo desde la época de
las cavernas fue condicionado y hoy, afortunadamente, en algunas partes del
mundo, se abre el criterio de la sexualidad a consecuencia de nuestras
actividades económicas, del empoderamiento del individuo y del descobijamiento
de las contradicciones propias de los dogmas religiosos.
Montreal
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