En el Hoyo Negro de Tulum, los buzos del Proyecto
Espeleología de Tulum (PET), Alberto Nava, Alex Álvarez y Franco Atonelli hace
8 años descubrieron el esqueleto de una joven quien tenía entre 15 y 16 años;
vivió aproximadamente hace 12 mil años y fue bautizada como "Naia". Este fantástico descubrimiento ha dado la vuelta al mundo
y ubica al estado de Quintana Roo, como la región donde se han encontrado los
restos humanos paleolíticos más completos y mejor conservados, son ocho.
Ahora bien, la interpretación de los resultados así como la autoría del descubrimiento han sido mal interpretados y dada su trascendencia, es importante puntualizar para deconstruir de manera objetiva. A la ocasión del anuncio del descubrimiento, Pilar Luna Erreguerena, coordinadora del Proyecto "Hoyo Negro Tulum Quintana Roo México" afirmó: "Y esto comprueba el linaje y evolución que tienen los contemporáneos, ha sido objeto de evolución dentro del Continente, no vienen de ninguna otra parte; el poblamiento americano es Siberia- Estrecho de Bering- América". Por su parte, en conferencia de prensa, la Directora del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Teresa Franco, afirmó textualmente: ",,,y que son los estudios de ADN mitocondrial los que la colocan (a Naia) como el eslabón que faltaba para poder confirmar el vinculo que existe entre los primeros habitantes de América y las poblaciones indígenas contemporáneas de este continente. Este solo enunciado tiene una importancia capital en lo que es el estudio del poblamiento de nuestra América. Es el resto humano más antiguo que se conoce en América".
Las anteriores declaraciones y enunciados de las autoridades del INAH, infortunadamente son inexactas y endebles.
La maestra Teresa Franco comentó en rueda de prensa que la afirmación de que” Naia es el resto más antiguo de América” es un enunciado, y ciertamente eso lo es, un enunciado, no una certeza científica. Los análisis comparativos de los expertos investigadores ignoraron los descubrimientos de Niède Guidon en Piedra Furada, sitio ubicado en la Sierra de Capivara, Brasil, donde se localizaron restos de hogueras fechadas hace 50 mil años y pinturas rupestres de hace 29 mil años. En esta región se ubica el mayor número de pinturas rupestres en el mundo, lo cual indica una lejana y prolongada presencia humana en Brasil. Igualmente se han encontrado vestigios humanos fechados hace 14 800 años en Monte Verde, Chile y hay fragmentos de osamentas anteriores a Naia en Piedra Museo (Argentina), Topper en Carolna del Norte (EE.UU) y Old Crow al Norte de Yukon (EEUU) que tampoco se han considerado para afirmar que Naia, o su linaje, es la Primera Americana.
La Dr. Silvia González de la Universidad John Moore de Liverpool, evidenció en sus estudios que los Pericúes, quienes vivieron en Baja California Sur hasta hace 200 años, fueron de origen Melanesio-Australiano.
Los arqueólogos Dennis Stanford, de la Institución Smithsoniana, y Bruce Bradley, de la Universidad de Exeter, plantean una revolucionaria investigación sobre un lejano poblamiento americano proveniente de Europa hace 30 mil años. Las puntas de lanza llamadas Clovis, con las cuales cazaron los primeros americanos, no tienen antecedente en Asia. Los ancestros de Naia, manufacturaban armas con huesos y bambú, no hay vestigios líticos que recuerden armas asiáticas relacionadas con el armamento americano llamado Clovis. Ahora bien, la cultura Solutrense (la de la pinturas europeas de España y Francia) tiene un armamento similar al Clovis. Navegaron surcando los glaciares del Norte de España y Francia hasta las costas norteamericanas. Recordemos que contemporáneamente a los solutrenses, los aborígenes australianos navegaban océanos y en el Museo Luigi Pigorini de Roma Italia, se exhibe una enorme canoa paleolítica encontrada en los restos de un astillero sumergido en el lago Bracciano conocido como el sitio arqueológico “La Marmota”. El desarrollo de Stanford y Bradley no ha tenido aceptación por parte de la oficial interpretación histórica, al igual que sucede con la arqueóloga franco-brasileña Niède Guidon, pero sus estudios están ya impresos para futuras reconsideraciones de la unidireccionalidad que tiene tintes de absolutismo.
El problema de las interpretaciones de los especialistas inicia cuando generalizan y pierden objetividad. Pareciera que existiese una imperiosa necesidad por reconocer y descubrir al primero para en consecuencia ser considerado el mejor. Esta estática y determinista visión de los desarrollos históricos, intenta infructuosamente cerrar la discusión sobre nuestros múltiples orígenes y por diversas regiones. El debate está abierto.
El hallazgo de Naia, al menos en la prensa, se ha señalado como un descubrimiento del INAH, tampoco es correcto, ningún buzo del INAH encontró a Naia, fueron los buzos Alberto Nava, Alex Álvarez y Franco Atonelli. El INAH coordinó los trabajos posteriores de investigación con el apoyo de National Geographic Society, el Instituto Waitt, el Archaeological Institute of America y la National Science Foundation. Es importante también reconocer que la datación de Naia, no se realizó sobre sus restos óseos sino mediante los análisis realizados en semillas, carbón, guano de murciélago frutero, racimos de calcita y espeleotemas de sus dientes, por lo que su datación es aproximada.
La diversidad es una de las riquezas culturales de México. Somos quienes somos, gracias al intercambio cultural acaecido hace miles de años por individuos provenientes de diferentes continentes y no únicamente de Asia. Se trata de nuestro pasado histórico y de nuestros ancestros, de reconocernos en la diversidad que demuestra la arqueología y no en la unilateralidad que postula la versión oficial de la Historia.
Bruñiendo
al espejo, distinguimos la diferencia entre los destellos y los reflejos.
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