Itzamanaaj B’alam II fue uno de los poderosos ahauob’ (reyes
mayas) del llamado periodo Clásico, llegó al Poder en octubre de 681, gobernó
durante 60 años y aprovechó que Tikal
tomó revancha del sometimiento que sufrió por parte de Calakmul del 562 al 695.
Paulatinamente, Yaxchilán empezó a controlar y gestionar el flujo de mercancías
que circulaban por el Petén hacia el Golfo de México.
Itzamanaaj B’alam estuvo casado con tres mujeres pero su
preferida fue Ix K’abal Xooc, quien aparece junto a él en el Dintel 26.
Observamos que Ix K’abal Xooc ofrece a Itzamanaaj B’alam II un cráneo emplumado
de jaguar en un ritual que aún no logramos descifrar pero está fechado hacia el
año 724.
El Dintel 26 forma parte de un conjunto de 3 dinteles que se
ubicaban en el ingreso al templo 23, precisamente este templo-habitación fue
dedicado a Ix K’abal Xooc y en los tres dinteles aparece la pareja real
realizando rituales relacionados al Poder, a la evocación de sus ancestros y a
la invocación de la Serpiente de Visón que emerge de un plato ritual en el que
previamente se quemó una cuerda que fue pasada por un orificio perforado en la
lengua de Ix K’abal Xooc para ser bañada en su sangre y quemada junto a papel amate.
Del humo ascendente surgía una Serpiente de Visión y de sus fauces aparecía un
ancestro fundador llamado 1 Pene quien asistía a Itzamanaaj B’alam II en sus
campañas militares… en la Guerra Maya, además de los humanos, combatían también
las conciencias inorgánicas.
Los mayas históricos nos legaron mensajes de su cosmovisión
y lucha del Poder que podemos leer en estelas, dinteles, vasos ceremoniales y
objetos de Poder. Vivimos una época de grandes desciframientos de los glifos
mayas que nos narran lo que realmente dijeron los mayas y además de sus
magníficos logros estéticos y culturales, los descubrimos con virtudes,
obsesiones, traiciones, se ligan con el tiempo divino y reivindican ser hijos
de entidades divinas… han dejado de ser un misterio para tornarse humanos.
El Dintel 26 se encontró partido en dos, la parte expuesta
al medio ambiente se erosionó y la parte superior quedó en impecable condición
al reposar en el suelo; aún quedan rastros de pintura. Además de la escritura,
los mayas nos legaron un metalenguaje en su expresión corporal que complementa
el mensaje cifrado.
En el costado izquierdo del Dintel 26 observamos que
Itzamanaaj B’alam sostiene en su mano derecha un pedernal, el cual se ubica en
su región genital lo que implica la relación entre el cuchillo y el pene. Subiendo
por su brazo derecho llegamos a su rostro: su mirada está fija sobre su esposa,
su brazo izquierdo se contorsiona y dirige la palma de su mano hacia una liga
energética que emerge del cráneo del jaguar, señalando su relación con la
ofrenda que le otorga Ix K’abal Xooc. A partir de esa comunión, de la palma de
la mano de Itzamnaaj B’alam II surge el conjunto de glifos inscritos en un “T”
que a su vez es el glifo “IK” que se traduce como aliento, viento, hálito
divino…
La narración del metalenguaje corporal nos muestra al Poder
viril representado por un cuchillo que corta, divide, mata y transgrede a las
formas. Ese sustento viril de una sociedad machista tiene el aval femenino que
ofrece, en manos de Ix K’abal Xooc y la cabeza de un jaguar emplumado nos
remite a una reminiscencia en la
tradición contemporánea maya de danzar y festejar en torno a la cabeza de un
puerco o la festividad del “Cotz cal dzó” en la que en Dzitas, Yucatán, sus
habitantes danzan toda la noche abrazando a pavos que más tarde son decapitados
para preparar un festín popular…
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