Rostro de un chamán olmeca en Quintana Roo
Durante la VII Mesa Redonda de Palenque, el lunes 28 de
diciembre de 2011, la Profesora Emérita de la Universidad Carbondale, Illinois, Prudence M. Rice, evidenció en su ponencia “Tiempo, Poder y los
Mayas”, la necesidad y trascendencia de profundizar en los vínculos que
mantuvieron el Poder y el chamanismo en el Mundo Maya. La lectura de la
profesora Rice fue escuchada a medias ya que se aproximaba un anhelado receso,
además, la mayoría de los escuchas estaban cansados y poco interesados en
reflexionar sobre la profundidad de la propuesta de la profesora Rice. Cuando
concluyó su exposición, ningún especialista se aproximó para expresarle un
comentario, ciertamente, Prudence tenía un poco de gripe pero considero que para
la mayoría de los mayistas, era todavía más repulsiva su propuesta de ubicar al
Poder Mesoamericano en el ámbito del chamanismo que contagiarse de gripe.
Cuando tomó sus pertenencias y se disponía a salir de la
sala, me aproximé a la especialista en cerámica mesoamericana y la felicité por
la profundidad de su tesis, ella colocó un cuaderno de notas en su bolso y me
comentó: “hace muchos años que lo dije por vez primera pero hay muy poca
respuesta”. Después de un breve silencio, me miró a los ojos y le respondí: es
riesgoso renovar nuestra percepción histórica, significa destruir esquemas e
interpretaciones que durante mucho tiempo hemos considerado correctos, sin
embargo, lo trascendente de las palabras inscritas en piedra e impresas
digitalmente, es que pueden ser leídas en otro tiempo y entendidas como hoy las
leemos usted y yo. Me regaló una sincera sonrisa y cada quien siguió por su
camino.
El nagual Miguel Abelar comentaba que hace 10 mil años
existieron Hombres de Conocimiento --hoy llamados Chamanes-- quienes vieron
realidades energéticas que ni siquiera podemos imaginar, aquellos seres
lograron percibir mundos dentro del mundo, su relación con el cosmos era
energética mas no racional como la nuestra. Atendiendo las palabras del nagual
Miguel Abelar, intuí que aquellos Hombres de Conocimiento no se situaron en
Mesoamérica sino en el Norte Boreal, fue así como decidí ir a Quebec, Canadá,
para estudiar a las Primeras Naciones, inicié un intercambio de información con
investigadores de la Universidad de Montreal, de la Universidad de Quebec en
Montreal y del Museo Canadiense de Civilizaciones; después de 3 años de
investigación descubrí que fue en el gélido Norte donde vivieron hace 10 mil años
aquellos Hombres de Conocimiento que mencionaba el nagual Miguel Abelar, también
fue allá donde germinaron los mitos mesoamericanos y los rituales chamánicos de
los ahauob’ y tlatoanis que les permitió sustentar el Poder. Ciertamente los
dignatarios mesoamericanos eran considerados hijos de las divinidades, pero
para entrar en contacto con ellas, se precisaba de una parafernalia religiosa
de origen chamánico.
En el pasado mes de enero, unos amigos periodistas me
invitaron a conocer la Gruta de Xibalbá-Pak Ch’en situada en el Municipio de
Lázaro Cárdenas (a petición del propietario del terreno, Don Juan Cab, se
mantiene en secreto su ubicación) y lo que parecían jeroglíficos resultaron ser
petroglífos y más aún, descubrí que se trata de un Relato Mitológico compuesto
de 5 escenas en las que aparecen individuos bailando y ofertando, entidades
divinas, wayob’ (naguales o co-esencias), glifos alusivos a la palabra y al
movimiento, hachas, serpientes, niños, vulvas, las 4 Montañas de la Creación,
chamanes en rituales de transfiguración y máscaras entre otras representaciones
del mundo chamánico.
Arriba: Altar sobre el cenote de la Gruta de Xibalbá-Pak Ch'en
Abajo: al lado izquierdo de la vela aparece un chamán sentado
A partir de la lectura iconográfica que propongo, lo
realmente trascendente es que los relieves, pinturas y grabados de la Gruta
Xibalbá-Pak Ch’en fueron realizados por chamanes olmecas que habitaron la
región antes o contemporáneamente a los mayas.
Junto a un altar sobre el cenote, aparece la fecha de la
Creación Maya, el día 4 Ahau en el calendario Tzolk’in y “la representación más
antigua en Mesoamérica de la Serpiente de Emplumada” que fue llamada Kukulkán
en las Crónicas Coloniales, Waxaklahun Uba’h Chan en la escritura jeroglífica
maya y los mexicah (mal llamados aztecas) la nombraron Quetzalcóatl.
En octubre próximo y en el marco del célebre ciclo de
Conferencias Magistrales “Les Belles Soirées” que organiza la Universidad de
Montreal, Quebec, Canadá, dictaré la conferencia “De los Inuits a los Mayas:
una cosmogonía”, en ella, presentaré una síntesis de mi trabajo de
investigación sobre los orígenes chamánico-boreales de las religiones
mesoamericanas. Estimados lectores, para compartir con ustedes, el contenido de
ésta investigación --que inicialmente procuraba ubicar a los Hombres de
Conocimiento de hace 10 mil años y que ahora desembocó en un estudio más amplio--, a partir del próximo domingo, en mi
columna Literatura y Mundo Maya del periódico Por Esto! y aquí, iniciaré un ciclo de
artículos de difusión sobre el chamanismo boreal así como su influencia
cultural, religiosa y energética en Mesoamérica.
Agradezco a mis amigos mayas la oportunidad que me brindan
para investigar y difundir el contenido de El Relato de la Gruta de Xibalbá, se
trata de uno de los descubrimientos trascendentes de la Historia Mesoamericana,
en ningún otro sitio olmeca se encuentra un relato tan completo. Las
excavaciones realizadas por el Dr. Dominique Rissolo sitúan la ocupación más
lejana hacia el año 700 a. C e indican que permanentemente se realizaron rituales y
ceremonias hasta el 600 d. C. No se registra ocupación en la época
Posclásica ni en la Colonia, durante la Guerra de los Cruzob’ una cruz de piedra
fue colocada en el primer nivel de la gruta a mano derecha, junto a la entrada;
hace unos años, un grupo de malosos la desprendieron del lugar y se la llevaron
consigo.
Los Chamanes Olmecas heredaron un ancestral conocimiento de
origen boreal, lo tropicalizaron e ignoramos cómo lo transmitieron a los mayas
quienes ciertamente lo sublimaron.
Bienvenidos a la búsqueda del origen de lo
primero…
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