martes, 7 de abril de 2009

Del Tiempo / Ensayo Filosófico





Entre "el todo y la nada" habita el instante: el enigma absoluto, la realidad que percibimos sensorialmente y cuya existencia limitamos al racionalizarla

Deteniendo nuestra conciencia en un instante, dejamos de pensar en el pasado y de proyectarnos hacia el futuro; constatamos que el instante nace de "la nada" y que en un instante se disuelve en "el todo" ... descubrimos entonces la temeraria sensación de que la eternidad es un "instante presente" pero inasible

Las observaciones astronómicas y la "radiación de fondo" indican que "el instante primigenio" Big Bang fue un evento energético que tuvo lugar aquí, allá y en todas partes porque el espacio estaba envuelto en sí mismo; en esa condición se encontraba también la materia que desde entonces ha ido evolucionando y transfigurándose a merced de la fuerza de la gravedad, el electromagnetismo, la fuerza nuclear fuerte y la nuclear débil, para crear las luces del universo que cuando agotan su combustible se extinguen, y de sus explosiones o implosiones se forman nuevas estrellas o abominables agujeros negros que engullen galaxias enteras







Según los parámetros del pensamiento moderno que heredamos de los alabados griegos de la antigüedad, entre el movimiento y el espacio, encontramos al tiempo. Pitágoras argumentaba que "el tiempo es como una esfera que engloba todo" y Parménides dijo que " el ser no fue ni será porque el ahora y el todo está unidos". Por su parte Plutarco escribió "yo soy todo aquello que fui, soy y seré" y algunos siglos más tarde, San Agustín, en el onceavo libro de La Ciudad de Dios comentó "el mundo no ha sido creado en el tiempo, sino junto al tiempo. De hecho, aquello que se hace en el tiempo, se realiza antes o después de cualquier tiempo pasado..."

Los mayas históricos sacralizaron al tiempo y en un solo vocablo K´in envolvieron al tiempo, al Sol, al dirigente, al día y a lo supremo... el tiempo maya es circular y cíclico y, en ese sentido, tal y como sugieren Nietzche con el "eterno retorno" y los calendarios mayas, podemos aventurarnos a pensar que "el futuro ya paso"...

En los soles de los mayas antiguos la fecha de nacimiento de los herederos al trono era programada para que vieran la luz en un sol predestinado que coincidiese cíclicamente con "las fechas de nacimiento de sus dioses" y cuando por alguna circunstancia la fecha de nacimiento de un noble maya no coincidía con la de un dios, entonces cambiaban la historia de los dioses para que se adecuara a las necesidades humanas

Los mayas dotaron al tiempo de los atributos de un dios; San Agustín colocó a Dios dentro del tiempo; Nietzche lo expulsó; Einstein dijo que Dios no juega a los dados y Hawking replicó -argumentando con sus ecuaciones sobre la entropía gravitacional intrínseca de los agujeros negros- que Dios no solamente juega a los dados sino que a veces nos confunde aventándolos donde no podemos verlos










El "instante presente" que de "la nada" forma "el todo" se constituye de ritmos, movimientos y ciclos... las actividades y el desplazamiento de nuestros cuerpos así como el ansia que genera la expectativa de un encuentro o el estupor que produce una voz ingobernable que ignora las valiosas pausas, son eventos que nos permiten percibir que el tiempo transcurre, pasa, regresa, se pierde o nos hace falta. Sin embargo, la voz que ya no escuchamos, el reposo de nuestros cuerpo o el atardecer de la semana pasada, son testimonios subjetivos y parciales de los eventos del espacio que ocupa cada uno de nosotros en el universo, y que configuramos en una percepción individualizada que transita en "un tiempo lineal". Es ahí donde la mentalidad occidental se detiene, porque la importancia personal, así como la comprensión de los eventos de manera lineal, individualizada y racional, limitan nuestra percepción de aquel misterio seductor que llamamos... tiempo

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