La bóveda celeste es el caparazón de una tortuga,
la Tierra,
un cocodrilo que emerge de un mar primigenio,
sus ojos acechan a la vida
y los ríos de sus fauces nacen mar adentro.
Una puerta vacía de piedras desea
ver pasar al viento,
las iguanas festejan el ruido
que no escuchan
y los colores
que no ven.
seducidas
sucumben
en la tentación.
Una luz repta por la piedra
el cielo corre
y la gente se baña
vestida de añoranza
Bellísimo poema!!!
ResponderEliminarMuchas gracias amiga Elizabeth... cuando se recrea en tu mente entonces adquiere vida... : )
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