El jeroglífico maya de la
guerra presenta al planeta Venus sangrando sobre el nombre de la ciudad
conquistada y, respondiendo a su iconografía mental, los epigrafístas
norteamericanos que lo descifraron, lo llamaron “Guerra de Estrellas”, cuando
en realidad debería llamarse Guerra de Venus ya que los mayas realizaban sus
guerras de conquista y sometimiento cuando Venus estaba presente en el
horizonte.
¿Cómo fueron los combates
mayas? Para responder esa pregunta, debemos primero saber que hubo distintos
tipos de gobiernos mayas y, por lo tanto, diferentes tipos de guerra. Durante
los periodos Preclásico y Clásico
(900 a.C a 909 d. C) gobernaron los Ahauob’ (Divinos Señores de la
Palabra) y no existieron grandes ejércitos sino grupos de elite comandados por
ahauob’ y sahalob’ (nobles) quienes tenían como premisa capturar al ahau o
sahal enemigo y no lo mataban inmediatamente sino que lo llevaban prisionero a
sus ciudades para ser humillado públicamente y sacrificado ritualmente.
Hacia el siglo IX hubo una
gran sequía en Mesoamérica, algunas ciudades mayas --como las de otras
civilizaciones contemporáneas a
ellos-- fueron abandonadas después de enfermedades, epidemias y guerras.
Teotihuacan fue el gran Imperio de Mesoamérica y al sucumbir por la sequía,
hubo migraciones hacia el Mundo Maya y así surgió lo que denominamos
erróneamente el periodo Maya-Tolteca, que debería llamarse el periodo
Maya-Teotihuacano; “los toltecas no conquistaron a los mayas, ya que no hay
prueba de ello”, son puras especulaciones, si los toltecas hubieran conquistado
a los mayas, se hablaría náhuatl en Yucatán, habría arcos y flechas en el
armamento maya, deberían existir Atlantes y no es así (la figura del Chakmol no
es exclusiva de los toltecas, también se encuentran en las costa occidental de
México y forma parte del imaginario religioso del Periodo Postclásico en el que
se incluye también a los mexica, mal llamados aztecas). Durante este segundo
periodo maya nombrado Postclásico, los mayas guerrearon con grandes ejércitos
como lo indican los frescos del Templo de los Jaguares en el Juego de Pelota de
Chichén Itzá y en otras imágenes de Mayapan.
Hoy hablaré de la Guerra de
los Ahauob’. Mis investigaciones
sustentan que la Guerra de los Señores de la Palabra, se desarrollaba de noche.
Llego a esa conclusión después de analizar la iconografía bélica, la relación
con Venus, la lectura de textos jeroglíficos, el acecho y otros factores que a
continuación explicaré.
El objetivo de la guerra del
Clásico era capturar al enemigo para sacrificarlo ritualmente, por lo tanto, se
precisaba acceder acechando hasta los palacios reales con una estrategia
premeditada, en ocasiones, quizá
contando con la complicidad de algunos aliados en la ciudad enemiga que no
deseaban ser gobernados por el ahau en turno, traiciones propias de la
condición humana. Así entonces, de noche se podía pasar desapercibido y tomar
desprevenidos a los nobles y dignatarios. Se les hacía prisioneros en combates
cuerpo a cuerpo (murales de Bonampak, imagen de este artículo) y una vez
vencidos, eran también tomados prisioneros sus objetos sagrados, las reliquias
de sus ancestros y las imágenes de sus divinidades.
En el Mundo Maya, los objetos
estaban dotados de alma y, por lo tanto, se tornaban en sujetos, en entidades
que al ser tomadas prisioneras se aprisionaba de igual manera a sus entidades
divinas y entonces la conquista era total, la sumisión a quien capturó su Señor
Parlante y a sus entidades divinas, era tan fuerte que los vencedores no
precisaban de mantener guarniciones militares en las ciudades conquistadas, ni
cónsules ni ningún tipo de presencia opresora, los vencidos habían perdido a su
Señor de la Palabra e igualmente el contacto tangible con sus dioses, pagaban
tributo sin cuestionarlo.
Dintel 41 de Yaxchilán
Las aves relacionadas con la
Guerra Maya eran también nocturnas, en la indumentaria de algunos guerreros
como Pajaro Jaguar IV aparece constantemente el jeroglífico Akbal que significa
oscuridad, noche (dintel 41). En el dintel 24 de la misma ciudad, observamos al
ahau Itzmanaaj B’alam II quien sostiene una antorcha en un ritual nocturno
relacionado con sus batallas y coronación, en el que aparece una de sus esposas
la Señora K’ab’al Xooc atravesándose una cuerda por la lengua realizando una
sangría ritual para invocar a un ancestro que acompañe a su marido en las
batallas.
Dintel 24 de Yaxchilán
Regularmente el prisionero
era flagelado y desangrado públicamente, se le retiraban sus joyas de jade y le
colocaban papel amate en los lóbulos de las orejas en señal de su próximo
sacrificio. Antes de decapitarlo, lo hacían jugar un partido en el Ritual del
Juego de Pelota, un evento que a mi entender también se realizaba de noche ya
que los Héroes Gemelos descendieron al reino de las tinieblas para combatir en
el Juego de Pelota a los Señores de la Noche 1 Muerte y 7 Muerte, victoriosos,
recuperan a su padre quien había sido sacrificado por los señores del Xibalbá y,
cuando el trío emergió, los gemelos se transformaron en el Sol y en la Luna, en
tanto que su padre se transfiguró en el Dios del Maíz, así, de una batalla en
el Juego de Pelota surgieron la luz y el alimento.
K'inich K'an Joy Chitam ahau de Palenque fue tomado prisionero por el ahau K'inich B'aaknal Chaak de Toniná en una batalla celebrada en 711.
El jefe militar de Yaxchilán Gran Mono Rojo entrega al ahau Itzamanaaj B'alam III en 783, a un grupo de prisioneros de la ciudad de Laxtunich para ser sacrificados, la mano en la frente del segundo prisionero muestra precisamente su dolor al enfrentarse a su destino final.
Los tres Mundos Mayas: Cielo, Tierra y Submundo o Xibalbá, donde los gemelos lucharon contra los Señores de las Tinieblas como observamos en este dibujo casi correcto, salvo que la Tierra era vista de forma rectangular y no circular.
Cuando los ahauob’ recreaban
el Juego de Pelota, invocaban aquel pasaje de la Creación y, por lo tanto,
mantenían el orden divino (ya he argumentado en otros ensayos que al contrario
de lo que sin sustento se afirma sobre el 2012, “los mayas no previeron ningún
cambio de conciencia ni ninguna de las “azotéricas mafufadas” que inventó
Fernando Malkún”.
Los mayas tenían la consigna
de mantener un orden divino, si existiera un cambio en lo establecido por los
dioses, entonces, según la cosmogonía de nuestros mayores, los mayas desaparecerían…
entre los mayas históricos, lo menos que se deseaba y procuraba… era
precisamente un cambio, mucho menos de conciencia, esta invención fue obra de
otro profeta moderno, José Argüelles,
quien creó su propia historia y calendario mayas).
Los alabados griegos y
romanos de la antigüedad, nos legaron estructuras, estéticas, filosóficas y
políticas que hoy en día practicamos en Occidente y rigen más de lo que percibimos
a nuestro cotidiano, pero ambos pueblos fueron ignorantes del movimiento
celeste, para ellos, Venus eran dos entidades: cuando aparecía al alba los
griegos lo llamaron Hésperus y los romanos Lucifer y, cuando aparecía al
atardecer los griegos lo nombraban Phósphorus y Vesper los romanos. Los mayas
reconocieron que Venus aparece en ambos lados del horizonte acompañando al Sol.
Propongo entonces que el
Juego de Pelota Maya era un espejo cóncavo de lo que sucedía en el cielo, los
anillos de cada lado del Juego de Pelota representan al Sol en los únicos
momentos en los que se le puede ver sin quedar ciego, al amanecer y en el
crepúsculo. La pelota representa a Venus que pasa de un lado al otro del horizonte.
Dos nobles mayas golpean una pelota de Caucho con la cintura, las rodillas y los antebrazos, no utilizaban las manos ni los pies porque se podían fracturar dado el peso y velocidad de la pelota, aquí se entrenan dando pases y golpeando la pelota contra una escalera ritual.
La noche para los mayas
significaba la Creación, según apreciamos en el Popol Vuh y en el imaginario
ritual e iconográfico maya, por ello concluyo que la Guerra Maya de aquellos
tiempos se desarrollaba de noche.
El día maya iniciaba al atardecer y no al
alba como el nuestro; todo fue creado en la oscuridad, los gemelos emergieron
de las tinieblas para dar luz y alimento, consecuentemente, los Señores de la
Palabra escenificaban sus guerras de captura por la noche.
En el Mundo Maya los significantes
gobiernan a los intereses, ya luego la condición humana y la tendencia por
aniquilar al otro para sobrevivir, dieron forma y sentido ritual a sus guerras.
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Maya
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