Es domingo por la tarde, estamos
junto a la Catedral de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, mi compañera guía
de turistas Judith Scarleth me advierte en voz baja... " mira ahí van dos
chamulas ricas..." volteó y las veo de frente, una de ellas lleva el
cabello pintado de color rojo, va maquillada, porta un suéter entallado, bolso
de moda, tacones y descubro que es muy sensual.
Observo que toma a un niño de la
mano y va acompañada de otra mujer igualmente vestida a la moda occidental, con
tacones y bolso, come un helado y lleva a una niña tomada de la mano... las veo
entre el asombro y la estupefacción, la mujer chamula con su cabello pintado de
rojo me lanza una mirada fulminante, ha descubierto que me gustó físicamente y
aumenta mi confusión... saco la cámara y me pregunto si aplico el principio
fotográfico de que en la vida no hay moral sino eventos y lo que trasciende en
el tiempo es la imagen...
…estuve a punto de disparar como quien fusila a mansalva pero
no... no me atreví... me siguió mirando y le detuve la mirada, ella la sostuvo
también, pasó de largo y les tomé la fotografía respetando su rostro... asistí
a un empoderamiento femenino indígena que no estaba en el plano original... lo
celebro, mi cabeza se confunde entre la sensualidad, el arquetipo descobijado y
la mirada de sorpresa de los transeúntes indígenas que observan el gallardo
caminar de las mujeres chamulas quienes con helado en mano abren plaza...
Las mujeres ricas chamulas han
adquirido valores y estética occidental, pero conservan la falda de borrego...
no cualquiera... la negra brillante que me explica Judith es la del primer
pelaje del borrego, la que no pica, la que es más cara, miles de pesos pudieran
costar... entonces la falda... claro, las mujeres son las que conservan las
tradiciones y lo hacen iniciando con el vestido comunitario que indica
pertenencia y valores unitarios de una comunidad...
Cuando una mujer indígena se casa
con un hombre de otra comunidad adquiere el vestido usos y costumbres de esa
comunidad, abandonando su historia personal y de grupo... ahora bien, la
poligamia y las familias numerosas es lo que distingue a los tzotziles, sin
embargo, vemos a dos mujeres, sin hombres, empoderadamente occidentalizadas
pero conservando la falda y la identidad... ambas llevan un hijo nada más. Pudieran
ser evangelistas... quizá formen parte del grupo de chamulas expulsados hace más
de una década quienes deforestando se instalaron en las laderas de los cerros
que rodean a San Cristóbal de las Casas.
Qué pensaría la mujer tradicional
de usos y costumbres tzotzil que vende artesanía a los turistas y que tiene un
hombre casado con varias mujeres, cuando vio pasar esa tarde domingo en
Catedral a las dos mujeres de su propia etnia pero en una circunstancia
diametralmente diferenciada...? Ella no es la principal de su hombre por lo
tanto no tiene derecho a tener casa propia y vive en comunidad con las otras
mujeres y los otros hijos de su marido... ella está vendiendo artesanía, camina
atiborrada de chalecos de lana, pulseras y jaguares de barro... piensa en
comprar alimentos para la familia, en el pago de ofrendas para la próxima
fiesta del pueblo... en tanto, las mujeres tzotziles (probablemente
evangelistas) comen helado, en sus bolsas tienen objetos que la otra mujer
desconoce su función y se asustaría de su precio... ella va descalza, las ricas
traen tacones... ella vive en El Costumbre, ellas han decidido adquirir otras
costumbres... quizá la indígena tradicional encuentre respuestas rodeada de sus
hijos, atizando el fuego y en sus contactos tridimencionales con sus wayob'
durante la ensoñación o hablando con sus Santos en la Iglesia de San Juan
Chamula... las mujeres chamulas ricas, después del helado, junto a sus dos
hijos, se fueron al cine a ver otras realidades, en pantalla plana...
La Historia es una evolución
permanentes de lo que se considera sólido e inmutable...
No hay moral, sino eventos y seres
que los occidentales interpretamos de manera rígida o paternalista y los autóctonos
simplemente los viven y ritualizan, por ello aceptan la transfiguración,
reconocen el noble destino de la impermanencia.
Grandes experiencias se viven en
el Chiapas de Hoy…
Excelente!
ResponderEliminarSaludos compañero...
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