El año pasado y en una comida previa a la conferencia que dictamos en la Universidad de
Montreal, platicaba con mi amigo, el astrobiólogo canadiense Robert Lamontagne
–director del observatorio Mont Megantic, en Quebec, Canadá--, sobre los
misterios del Cosmos y los avances tecnológicos que le permiten identificar
vida más allá de nuestro Sistema Planetario Solar.
Una excelsa ensalada griega me fue servida cuando el maestro
Lamontagne me explicaba que la Energía Oscura constituye el 73% de nuestro
universo, el 23 % es materia oscura y el 4% son átomos, es decir –me dijo--,
las estrellas, los planetas, ésta mesa, tú, yo, la ensalada y todo lo que
alcanzan a ver tus ojos. Entonces somos minoría en el cosmos –comenté y continué--,
“no todo lo que vemos es todo lo que es” ¡la materia es una marginal percepción
de la existencia! De acuerdo --me contestó y abundó— además, uno de los grandes misterios del cosmos
es que hasta el momento desconocemos qué es la Energía Oscura, así la nombramos,
la medimos, pero no la vemos… a lo que referí sonriendo: entonces la Energía
Oscura es como el ajo bien picado en un espagueti “aglio olio” o como la
plusvalía: se sienten sus consecuencias, pero no se ven.
Luego llegó una deliciosa sopa de verduras y le comenté que
había leído hace tiempo que el astrofísico Andrea Lïnde propuso que nuestro universo en realidad habita
en un Multiuniverso que está constituido de otros universos, pegados unos junto
a los otros como pompas de jabón y, que el nuestro, por particulares
circunstancias de su creación, se compone de materia pero es factible que
existan otros universos paralelos compuestos de antimateria, a lo que Robert
apunto: además, todos ellos se encuentran en expansión, como si los inflaran y
en nuestro universo la materia se expande y tiende a descomponerse para crear
vacíos, las estrellas y las galaxias se alejan entre sí, pero esa expansión
tuvo un origen hace trece mil setecientos millones de años en un vacío casi
total en el que circulaban unas partículas subatómicas un poco más grandes que
la nada misma y dos de ellas chocaron entre si provocando la concentración
energética que dio lugar a nuestro universo, ese fenómeno es lo que llamamos
actualmente Big Bang.
Lamontagne es un reconocido científico quien junto a su
equipo de colaboradores revisan todos los días decenas de gráficas que captura
el telescopio Mont Megantic y, en sutiles variables de sus registros es como
logran identificar agujeros negros o planetas que orbitan estrellas similares a
nuestro Sol que por cierto, ese tipo de estrellas son una rareza cósmica ya que
la mayoría de las ellas se encuentran en conjuntos de dos o tres estrellas que
además son caníbales, es decir, se chupan energía unas a las otras, pero no sólo
ellas, también las galaxias son caníbales y, en nuestra realidad terrestre: las
bacterias, el 60% de los árboles en las selvas yucatecas y muchos animales como
las iguanas, las ardillas o las gaviotas, también son caníbales, es más: nuestros
ancestros fueron caníbales y algunas comunidades humanas en Nueva Zelanda,
hasta hace muy poco tiempo, practicaban el canibalismo ritual.
En el universo no hay moral sino eventos, así como materia y
seres que los atestiguan, sufren sus consecuencias y nosotros tomamos
conciencia de ellos. En un pasado próximo, los mayas históricos ritualizaron dichos
evento y nosotros los adjetivamos. Es así como Venus, sufre actualmente un
invierno nuclear y, por lo tanto, emite más luz de su interior que la que
refleja del Sol. Con relación a nosotros, su órbita está más próxima al Sol y
por ello aparece acompañando a nuestra estrella al alba y al crepúsculo, jamás
lo veremos transitando por el cenit. Los mayas ritualizaron su paso por los
horizontes y hoy sabemos que su presencia estuvo relacionada con las Guerras
Mayas. Era invocado como una entidad divina para logra fortuna en los combates
y en las ambiciones humanas.
Propongo que el Juego de Pelota Maya es un espejo cóncavo de
lo que ocurre en la bóveda celeste, así el Sol es representado con los discos
figurando al amanecer y al atardecer y, como es precisamente en esos momentos
cuando Venus puede ser observado, encuentro que la pelota en el ritual
mesoamericano iba del alba al atardecer representando al planeta Venus.
Mitológicamente, el Juego de Pelota se realizaba en el inframundo maya llamado
Xibalbá, al desarrollarse en el ámbito divino en medio de las tinieblas,
sugiero también que en el ámbito terrestre, se efectuaba de noche.
El movimiento no es ni bueno ni malo, tan sólo se mueve y
nosotros con él. Los mayas históricos ritualizaron los efectos y dinámica del
movimiento, nosotros los encuadramos con adjetivos, creencias o certezas
científicas que dirigen, condicionan, proyectan o aletargan al criterio, a la
espiritualidad y al conocimiento.
Volviendo a la comida con mi amigo Robert Lamontagne y
después de discurrir por otros secretos y enigmas de la ciencia y del cosmos,
llegó el postre, que en mi caso, invariablemente es un pastel de chocolate. Le comenté
entonces que durante la conferencia que dictaríamos al día siguiente en la
Universidad de Montreal, iba a mostrar una fotografía de la Estela 1 de Coba
que tenía una fecha de Cuenta Larga que era realmente impresionante. Estimado
Robert –le dije-- sabemos con certeza que la radiación de fondo detectada por
el telescopio satelital llamado COBE (Cosmic Background Explorer) y las últimas
teorías del Big Bang desarrolladas por Gabrielle Veneziano, Thimothy Ferris y
Paul Davis --entre otros grandes científicos--, nos permiten situar al origen
del universo hace 13 750 000 000 de años y, para graficar esa cifra, utilizamos
11 números. Pues bien, la fecha de Cuenta Larga de Coba equivale a casi 4 veces
la historia del universo ya que se precisan de 42 números de nuestro sistema
arábigo para visualizarla. Robert y yo, guardamos silencio por un instante, nos
miramos, sonreímos al comprender ambos la magnitud de la fecha y la capacidad
intelectual de los mayas para concebirla, pedimos el café y me dijo: me da
mucho gusto compartir contigo la conferencia de mañana, vamos a transmitir
conocimiento y esa es la sustancia de la vida.
Literatura y Mundo Maya en Radio todos los lunes de 7 a 8 pm (hora de México-Centro)
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Robert Lamontagne y Claudio Obregón Clairin
Conferencia en la Universidad de Montreal, Abril 2011
Pude imaginarme el dialogo entre M. Lamontagne y vos!... Me quedo sin palabras.
ResponderEliminarSaludos Caludio!, un abrazo!
Siempre te leo.
Paco Perez
Montreal, Qc.
p.d. ahora lo se, la proxima vez sera pastel de chocolate!.... ja!
Gracias Paco, te mando un fuerte abrazo esperando encontrarnos pronto por allá...
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