Fotografías de Marilie Jacob
Montreal, CA. Desde el 2 de Febrero pasado y hasta el próximo 16 de junio, el Museo de Bellas Artes de Montreal presenta en exclusiva la muestra de arte "Perú: Reinos del Sol y la Luna" que reúne una vasta selección de tesoros precolombinos así como la obra pictórica y piezas de orfebrería de las épocas colonial y contemporánea que nunca antes habían sido exhibidas fuera de Perú. Se presentan 370 obras maestras provenientes de 40 colecciones gubernamentales y privadas que sintetizan 3 000 años de la historia de Perú.
Lo Bello y el Sexo
La muestra abre con una selecta colección de cerámica ritual provista de escenas en las que los actores principales son los chamanes que transfiguran sus cuerpos en wayob' (nahuales o coesencias); algunos de ellos poseen características de aves y jaguares, su transfiguración nos recuerda su rol de intermediarios con las entidades divinas.
La cerámica del sitio llamado Chavin, exhibe una abierta sexualidad plasmada en ollas provistas de falos y vulvas, algunos estudiosos relacionan los órganos sexuales con la fertilidad y otros destacan el desenfado con el que los precolombinos peruanos representaban al coito.
Del sitio llamado Huacas (que se traduce como Mulob', Witzob' o Pirámides) se exhiben dos gigantescas manos de oro junto a un vaso ceremonial también de oro y cubierto de piedras preciosas. Los pectorales, collares, orejeras, máscaras, penachos, diademas y brazaletes manufacturados en resplandeciente oro, nos recuerdan la opulencia y el control ejercido por las elites gobernantes. Caminar entre los reflejos áureos, es como si transitáramos por una mágica región del ensueño.
La pintura y la orfebrería colonial de la muestra nos ofrece espectaculares representaciones sincréticas del cristianismo provistas de lúdicos trazos y una búsqueda particular del claro-oscuro que produce profundidad en la pintura Novohispana del Perú. Una gigantesca representación de un pelícano en plata es escoltada por miniaturas de filigrana que reproducen los muebles de una casa; un ropero de 8 cm de altura tiene un espejo y se distinguen los minúsculos cajones realizados con volutas de filigrana; junto al ropero, una mesa con cuatro sillas de 5 cm de altura, contiene un juego completo para beber té, la tetera es realmente minúscula y se distingue por su calidad y factura.
Cierra la muestra una selección de la obra plástica de artistas contemporáneo de Perú que acentúan el aire autóctono de aquella región del mundo que albergó a Caral, la primera ciudad del Continente Americano. Al menos un milenio antes de que los primeros pueblos olmecas se establecieran en Mesoamérica, ya había ciudades en Perú, Ecuador y Colombia.
La Primera Ciudad fue edificada por nuestros primos
La arquitectura monumental es la expresión física del poderío de las elites gobernantes y curiosamente en Caral, no se han encontrado signos de violencia ni armas, tampoco fue una ciudad amurallada, es todo un misterio enmarcado en el desarrollo evolutivo de nuestras sociedades humanas, ya que antes de su surgimiento como después, los seres hum anos de todo el mundo practicaron con lujo de detalle las guerras y los sacrificios humanos; aún en el mismo Perú, siglos después de la decadencia de Caral, los pueblos Mochicas realizaban sacrificios humanos para apaciguar a la entidad divina de la lluvia quien les enviaba tremendas tormentas que destruían sus casas y monumentos que habían construido de tierra.
Caral
Caral
Las culturas del Perú se distinguieron por desarrollar una incipiente agricultura que les procuraba maíz y cultivaban también papas, pero su dieta fue fundamentalmente marina al estar ubicadas en una de las regiones más ricas del mundo para pescar.
Los dibujos que aparecen esculpidos en las piedras de la zona arqueológica llamada Sechin, son muy similares a los danzantes de Monte Albán, los rostros de los habitantes de Chavin (al igual que los de San Agustín, Colombia) son negroides y asiáticos, como los pueblos olmecas de Mesoamérica...
Los olmecas provinieron de Suramérica ¿como atravesaron los pueblos de origen negroide de África a América? Esa es una de las grandes preguntas de la Historia Precolombina. Pues bien, propongo una respuesta: los océanos suben y bajan de su nivel en función del clima de la Tierra, hace 40 mil años hubo fortísimas glasiaciones y el hemisferio Norte estuvo congelado, luego se descongeló para volverse a congelar 26 mil años después.
Cuando los océanos estuvieron 200 metros más abajo del nivel que actualmente tienen, entre África y América emergieron una serie de islas que recorren la llamada Dorsal Atlántica, un conjunto de montañas y volcanes que inicia en Islandia y termina en el Hemisferio Sur; saltando de isla en isla, durante milenios, los individuos de origen negroide poblaron el Continente Americano, se establecieron primero en Suramérica y luego subieron a Mesoamérica, en su peregrinación, se encontraron con individuos que provenían de Asia, Indonesia y Australia.
He comentado en anteriores artículos que la globalización inició hace miles de años y los africanos-americanos fueron entonces los primeros individuos en organizarse en sociedades complejas y urbanas, fue así como se inició el intercambio cultural entre los pueblos asiáticos y los africanos, en el Continente Americano... es muy gratificante y sobre todo revelador, comprender que somos mestizos mucho antes de hablar castellano.
Dime qué comes y te diré a quién veneras
Aunque los peruanos precolombinos consumían maíz, no lo masticaban sino que lo bebían y hasta elaboraban la cerveza de maíz llamada chicha que dicen es tremenda, sobre todo la que entierran durante 6 meses y luego la ofrecen las mujeres a sus maridos, allá, en la zona andina.
Los mesoamericanos masticaban maíz además de beberlo (pozol) y masticarlo provoca caries al quedarse algunos fragmentos de maíz entre los dientes. Aunque no se percibe con el paladar, es prudente indicar que el maíz contiene grandes cantidades de azucares y eso provoca caries. Uno de los grandes ahauob' (reyes mayas) llamado Ukit K'an Lek' Tok quien gobernó la ciudad de Ek Balam (conocida por los mayas históricos como Talol) al final del periodo Clásico, tenía 27 piezas dentales con caries, en tanto que en Suramérica, tanto los nobles como el pueblo, nunca sufrieron de los estragos de las caries y las consecuentes infecciones dentales que en aquellos lejanos tiempos era todo un desafío curar y bajar la intensidad del dolor provocado por las caries que degeneraban en infecciones.
En una conferencia que hace unos días dictó en el Museo de Bellas Artes de Montreal el arqueólogo canadiense Claude Capdelaine, comentaba que aunque las culturas andinas y las mesoamericanas se encuentran a considerable distancia unas de las otras, tuvieron intercambio cultural y por lo tanto, comercial. Claude Capdelaine comenta que la técnica de cobre dorado que se desarrolló en Mesoamérica es de origen peruano y en la región Mochica se encuentran rastros de la presencia del perro mesoamericano desprovisto de pelo y que llamamos Xolotlescuintle. Tengo para mi, que en el inconsciente colectivo como en la mitología de los mesoamericanos y en especial entre los mayas: la imagen de un cocodrilo que representa a la Tierra (Zipacná lo nombra el Popol Vuh y Cipactli las crónicas mexicah -aztecas-), es una arcaica impronta de la Selva Amazónica.
El año pasado hubo una impresionante exhibición del Arte Maya en el Museo Canadiense de Civilizaciones de Gatineau, tuve el honor de ser invitado en dos ocasiones por el gobierno canadiense para dictar 4 conferencias en el marco de la mirífica exhibición del Arte Maya. Este año, el Museo de Bellas Artes de Montreal presenta la mayor muestra de arte precolombino, colonial y moderno del Perú que nunca antes se había exhibido fuera de Perú.
Es muy grato reconocer que en Canadá aprecian los valores culturales como una premisa de desarrollo de los seres humanos y es por ello que procuran exhibir lo más granado de las artes elaboradas por las culturas primigenias.
En cada ocasión que tengo la oportunidad de dialogar e investigar con arqueólogos y profesores universitarios de Canadá, descubrimos las grafías que nos unen --desde el Polo Norte hasta el Polo Sur-- a todos los habitantes del Continente Americano.
Las Culturas Boreales y las Africanas dieron sentido a la mitogonía precolombina, ahora desarrollo una tesis Panamericana que está dando luces al entendimiento de nuestros orígenes comunes desde Canadá hasta Suramérica, la muestra del Arte Peruano así como las intensas jornadas de investigación que he dispensado en las bibliotecas de Montreal, me permiten concluir que desde el ámbito mitológico como iconográfico (simbólico) existe una línea de continuidad desde los Inuit en Montreal hasta los Mapuches en Chile.
El mito del Robachicos del Altiplano que nos inculcaban hasta hace poco nuestras abuelas infundiendo temor y rigor al advertir que si nos portamos mal, el Robachicos o el Señor del Costal nos robaría, es un mito que ubicamos entre los mayas contemporáneos y se le denomina Okol Pal --literalmente significa "ladrón de niños"-, pero lo sorprendente es que se originó hace miles de años aquí, en el Norte Boreal y los Quebequenses también dan cuenta del mito heredado por los Inuit y otros Pueblos Originales que aquí lo nombran "El buen hombre de las 7 de la noche", es decir, un individuo que aparece al atardecer con un costal para robarse a los niños. Este mito y una serie de leyendas como la mujer del bosque que se come a los niños que nos recuerda a la Xtabay, forman la columna vertebral del entendimiento Panamericano de nuestra historia.