Los conferencistas
tenemos la responsabilidad de comunicar una información sustentada, mi
intención es que la información se vuelva conocimiento y se deconstruya. El 9
de abril dicté la conferencia “El Enigmático Juego de Pelota” Secretos
revelados del Xibalbá en la Casa de la Cultura de Playa del Carmen delante a un
ávido y numeroso grupo de guías de turistas, jugadores de pelota, el sacerdote maya
Luis Nah, amigas y amigos, buscadores todos. En anteriores entregas de
Misterios y Descubrimientos he comentado sobre el contenido de la conferencia y
pueden encontrar en mi página de facebook información y fotografías; hoy,
quiero compartir con ustedes, queridas lectoras y apreciables lectores, algunos
trascendentes momentos de reflexión que recreamos después de mi exposición.
Inicialmente había programado
un discurso que siguiera la proyección de sorprendentes imágenes de los “juegos
de pelota” que han escenificado los chinos, los japoneses, los inuit (mal
llamado esquimales), los pueblos mediterráneos y las culturas nativas de México;
sin embargo, una falla técnica me dirigió hacia la improvisación discursiva, lo
cual, finalmente, fue más grato y enriquecedor. Comenté que la Palabra crea
mundos dentro del mundo pero que no siempre da sentido correcto a lo que
nombramos, de tal suerte que en algunos casos llamamos de manera incorrecta a
los seres, los eventos, los países, los rituales y los objetos, así, China, en
realidad se llama “Zhõngguó” que quiere decir el país del centro, los aztecas
se nombraban así mismos “mexicah” y los mayas nunca se llamaron mayas sino que
tomaban el gentilicio de la ciudad que habitaban como quien vive en Cancún y es
cancunense; de igual manera, el llamado Juego de Pelota en realidad fue un
ritual deportivo que los mayas tampoco llamaron Pok Ta Pok como erróneamente se
difunde y se cree ya que las inscripciones nos indican que su verdadero nombre
es Pitz y Pok Ta Pok no significa nada en maya. Al terminar mi exposición,
escuchamos la palabra de los asistentes porque en mis conferencias es
sustancial que los participantes expresen su criterio, dudas o en su caso,
cuenten con la opción a replicar mi palabra ya que ni soy dueño absoluto de una
verdad ni tampoco me interesa alimentar a mi ego con el silencio que puede
guardar un desacuerdo o una corrección.
Tomó la palabra el
compañero guía Pablo Sosa quien nos compartió una luminosa reflexión: aunque no
transcribo literalmente sus palabras, se refirió a la información que compartí
en la cual existe la certeza de que durante el periodo Clásico, en el área
maya, los ahauob’ (reyes) acechaban a sus enemigos y atacaban sus ciudades pero
no mataban a sus adversarios sino los hacían prisioneros y los llevaban a su
ciudad donde eran martirizados públicamente, degradados y en ocasiones,
desvalidos; los prisioneros celebraban con el ahau que los había capturado un Pitz.
Vejado, hambriento y sediento, con la presión baja después de haber sido
desangrado, el ahau capturado perdía y era, decimos nosotros: “sacrificado”
pero Pablo Sosa retomó mi desarrollo del mal uso del lenguaje y deconstruyendo
los hechos, nos compartió la poderosa reflexión de que en realidad no había sacrificios
en el Pitz sino “ejecuciones”. En ese momento repicaron las campanas en mi
mente y observé que en los rostros de los asistentes surgió una revelación
¡ciertamente! –le dije a Pablo— “acabas de ubicar en todo su contexto lo que mal
interpretamos desde hace décadas y nos abres una novísima opción para el uso de
las palabras y sus significantes históricos, gracias compañero” Esa fue la
primera perla de la noche.
Prisionero en Toniná
Luego una compañera
guía manifestó que un instructor de Playa del Carmen les ha dicho en sus cursos
de capacitación que según él, el Pitz era un castigo y que no había entonces
culpables porque eran los dioses quienes decidían quién debía ser sacrificado y
solicitó mi criterio al respecto. De entrada, como el instructor en ciernes
nunca publica, no podemos conocer el origen textual de “su interpretación” pero
observando el metalenguaje de sus ideas que me comunicó la compañera guía,
observo que se sitúa en el error que cometen quienes interpretan a las culturas
autóctonas de México con la tradición de culpa y del pecado, del bien y el mal,
de los dioses que deciden por nosotros y de aquellas percepciones
judeo-cristianas que denotan orfandad, sumisión, culpa y pecado, es decir, con
criterios occidentales observa nebulosamente a la historia de los mayas. La
cosmogonía maya se manifiesta en la complementariedad de los opuestos, en la
comunión con entidades divinas que en ocasiones eran rivales y luchaban junto a
los hombres mayas en los escenarios de guerra. El Pitz de ninguna manera es un
confesionario para expiar las culpas sino un espejo cóncavo de la bóveda
celeste en el que los jugadores realizaban un acto chamánico al recrear el
movimiento astral con su voluntad y con sus cuerpos; sustancialmente, el
objetivo principal del Pitz era reproducir y hacer tangible con la hierofania
(concreción de lo sagrado en el ámbito humano) uno de los mitos fundadores ya
que el Pitz es anterior a la existencia de los seres humanos. Es un ritual
sagrado realizado originalmente por las entidades divinas por lo que las
opiniones de culpa, moral y bien o mal no cuadran en el círculo del tiempo
maya.
Con soltura en el
discurso se pronunció el sacerdote maya Luis Nah quien nos comentó su criterio
sobre la información vertida y escuchamos atentos la Maya Ta’an (Palabra Maya).
Una de las importantes sugerencias que ofreció a los guías de turistas es que
por favor no llamaran más a la entidad divina Kukulkán con ese nombre ya que es
ofensivo porque significa “serpiente revolcada” y nos informó que la tradición
de los abuelos indica que su verdadero nombre es Xkuhkikan lo cual vino a
confirmar que esa noche era una velada de revelaciones en el uso correcto de
las palabras que crean un mundo dentro del mundo. Don Luis Nah nos recordó
igualmente que los mayas históricos conocieron el curso de las estrellas que
midieron con exactitud los ciclos celestes, que el sol y sus manifestaciones
fueron estudiados de manera puntual por sus ancestros y con el rigor de quien
reconoce en la pausa entre dos palabras al espacio necesario para la
comprensión, celebró que se realizara una disertación sobre el Pitz para que la
gente conozca que no era un juego sino algo muy serio y sagrado; se despidió ceremoniosamente
dejando detrás de sus palabras un cálido aplauso y en el imaginario colectivo
el nombre correcto para Kukulkán que es Xkuhkikan como lo menciona la tradición
que nos trasmitió Don Luis Nah.
A la salida de la
conferencia seguimos platicando un grupo de asistentes y los integrantes de
Univers Maya quienes fueron los que organizaron mi exposición, conocimos a
Armando y Víctor, dos jugadores de pelota de tradición generacional quienes nos
trasmitieron sus vivencias ya que por supuesto: “no es lo mismo platicarlo que
practicarlo”, nos enriquecieron con el conocimiento de sus tradiciones, nos
dieron detalles técnicos y comentaron cómo es el proceso de formación de un
jugador de pelota, fue entonces cuando les propuse organizar una conferencia a
varias voces en la que ellos compartieran su riqueza vivencial y la tradición
oral, en tanto que un servidor trasmitiera la información epigráfica e
histórica, un inmediato entusiasmo surgió consecuentemente y para el próximo
mes programamos dictar una conferencia a varias voces sobre el Pitz en Playa
del Carmen.
Luis Nah, sacerdote maya dando su comentario
Más tarde me
entrevisté con Hermelindo Beh quien es el Coordinador de Difusión Cultural
Indígena del Municipio de Solidaridad y sobre la conferencia me comentó que
siendo de origen maya, considera que al contrario de algunos criterios vertidos
sobre el choque cultural en realidad hubo una fusión, un “sincretismo” a pesar
de las torturas y persecuciones que realizó la Inquisición cuando sus ancestros
realizaban ceremonias propiciatorias de la lluvia en honor a Chaac; puntualizó
que hay que quitar la venda de los ojos sobre ese supuesto choque cultural que
observa a los mayas como vencidos ya que en realidad hubo un integración
religiosa donde ambas religiones concedieron y conservaron valores o rituales.
Hay muchas interpretaciones erróneas sobre la Historia Maya –continuó Don
Hermelindo-- ya que por ejemplo nunca previeron el fin del mundo como se mal
interpretó el final de un ciclo del tiempo; comentó que los mayas son una
cultura de respeto, espiritual, de concordia y su cotidiano es ritual, todo
tiene un motivo y un sentido por lo que cuando cosechaban, piden permiso a la
tierra, a las plantas ya que “es otro el sentido de las cosas”. Los abuelos y
en particular su abuela, trasmitieron a Don Hermelindo todas esas enseñanzas y
apuntó que las siembras son muy importantes para los mayas, que cuando Diego de
Landa (inquisidor colonial) observó que había imágenes de Chaac en la tierra,
cerró las milpas castigándo una tradición milenaria y concluyó diciéndome que quedan
muchas tradiciones vivas y es importante darlas a conocer con respeto para
todos.
La conferencia
que recientemente tuvimos en la
Casa de la Cultura de Playa del Carmen me ha dejado grandes satisfacciones
porque deconstruimos, es decir, hicimos más con lo mismo, reconsideramos
nuestras informaciones, creencias y mal entendidos históricos, tuvimos la
presencia de amigos mayas y jugadores de pelota; fue un ejercicio de comunión
de respeto a la diferencia con los argumentos como sustento de las palabras que
por cierto, fueron también reconsideradas. Así que no hubo sacrificios sino
ejecuciones, Kukulkán en realidad se nombra Xkuhkikan según una tradición oral
maya peninsular. Por mi parte,
agradezco a mis amigos y seguidores que se desplazaron desde Cancún e
igualmente envío una salutación a Univers Maya por haberme invitado al inaugurar
su proyecto de difusión cultural y con ellos, próximamente dictaré otras
conferencias interactivas en Playa del Carmen para compartir la riqueza que nos
pertenece a todos por igual.
Xbalamqué y Hunahpú cuando se convirtieron en el Sol y la Luna
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