Cuando
vi el avión me dije, es un mosquito-jet y seguramente no me van a dar de comer,
así fue. Llegué a Aguascalientes con hambre y gustoso de participar en el
Congreso Hora Cero “El Renacer del Turismo” que organizaron los estudiantes de
la facultad de turismo de la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Finalmente
conocía a Cristy, una entusiasta estudiante que me había contactado en Julio
pasado para invitarme a participar en dicho congreso; en la sala de espera se
encontraba también Angélica y Daigo, quienes al verme sintieron un gran alivio
ya que no nos conocíamos y siempre cabe la posibilidad de que los desconocidos no
lleguen a la cita acordada, pero en el Mundo Maya he aprendido que la palabra
es sagrada y siempre la cumplo. Fiel a su ascendencia oriental, lo primero que
hizo Daigo fue ofrecerme su tarjeta de presentación que al calce decía “Arquitecto
Paisajista”. Me preguntaron ¿quiere usted ir a comer o al hotel? Como ustedes
quieran –respondí-- pero en realidad rogaba a los dioses del aeropuerto que me
dijeran “vamos a comer un pozole o unos tacos”.
Lo llevaremos
a un excelente restaurante donde el menú esta diseñado a base de cacahuate –me
dijo Angélica con una bella sonrisa--, lo que ellos no sabían, es que en los
dos vuelos que tomé para viajar de Cancún a Aguascalientes, me había zampado 5
bolsitas de cacahuates japoneses, que acostumbran ofrecer como alimento en los
aviones y que por cierto, en Japón no existen. Rumbo al centro de la ciudad,
pasamos por la gigantesca ensambladora de automóviles Nissan y me dijeron:
Aguascalientes tiene fama de contar con gente buena, trabajadora. Luego
hablamos de los productos y subproductos turísticos, les platiqué que en Cancún
hemos cometido el error de privilegiar la comisión sobre la calidad en el
servicio y se han monopolizado los servicios de excursiones por una empresa que
se dice “socialmente responsable” pero que en realidad no lo es ya que
discrimina a los guías con trayectoria y canas, asalariando a jóvenes con
voluntad pero sin experiencia, entonces el monopolio gana y pierde el
destino turístico.
Comenté
también que en un desarrollo turístico lo trascendente es que todos los
sectores involucrados ganen en equidad porque eso genera progreso, arraigo y
pertenencia, entonces uno compite enarbolando la calidad en el servicio y no
blandiendo las relaciones, las transas y las sumisiones. Narré otros desvaríos
en la distribución de la riqueza que genera el turismo sin proyección social.
Les advertí que el sistema All Inclusive es excluyente, que las empresas
trasnacionales son quienes ganan y nos dejan contaminación y el pago del
predial; les platiqué también de la terrible crisis que vivimos en Cancún que
ha generado violencia y desesperanza provocando que mucha gente emigre.
Aprendan de nuestros errores --les dije--, el turismo masivo no es un objetivo
cuando se privilegia la marginación y la comisión por encima de la calidad en
el servicio. Vivimos en una Zona Maya, todo tiene nombre maya pero los mayas
son los menos beneficiados de la Industria Turística.
Llegamos
al centro de la ciudad, me mostraron los espacios donde se desarrolla la
célebre Feria de San Marcos, admiré la escultura taurina “El Encierro” gocé del
frío nocturno y nos dirigimos al restaurante. Daigo nos contó la experiencia de
su estancia en un monasterio budista en Japón donde aprendió los secretos de la
jardinería a través de la disciplina Zen, comentamos de cosas raras que se
comen en el mundo y les platiqué que recientemente había probado en casa Oscar Aguirre, mi querido amigo actor-viajero-fotógrafo que vive en Montreal, un delicioso café
que se produce en Vietnam, es, sin duda, el café más delicioso que jamás he
probado y les comenté que los granos se los dan a comer a unas comadrejas quienes
después loa regurgitan para que con sus jugos gástricos le cambien la
composición química. Daigo me aclaró que en realidad no los regurgitan sino que
siguen todo el proceso digestivo y luego los expulsan por el otro lado del
tracto digestivo… entonces recordé que había olvidado que mi amigo
actor-viajero-fotógrafo es un excelente mitómano y bromista profesional.
Angélica nos narró que cuando estuvo en Brasil la gente le preguntaba que cómo
le hacíamos los mexicanos para dejar los caballos cuando teníamos que hacer las
compras y que el Chavo del Ocho era un icono de la tradición mexicana, reímos
de cómo en ocasiones nos ven en el extranjero y Cristy comentó los gratos
resultados de su reciente visita a un Encuentro Nacional de Jóvenes
Universitarios en Acapulco, lo cuál, es un aliciente esperanzador ya que los
jóvenes son quienes podrán cambiar --con sus actos-- el rumbo tambaleante del
país.
Cuando
ya me había acabado la mantequilla y los panes que elegantemente sirvieron en
la mesa, llegaron Víctor y su distinguida esposa así como Sergio, quienes
respectivamente venían al Congreso desde Hidalgo y Colima, son los
representantes de dos Pueblos Mágicos, Real del Monte y Comala. Al día
siguiente participarían en una mesa redonda sobre sus experiencias y compartirían
con los jóvenes hidrocálidos las bondades de este programa turístico mexicano
que ahora se exporta a España, Chile y otras naciones. En una próxima crónica
daré cuenta de sus magníficas ponencias. La cena fue servida y degusté una
deliciosa crema de cacahuate y un exquisito salmón bañado en salsa de
cacahuate. El postre tuvo que sufrir una licencia cacahuatera ya que no pude
resistirme a un suculento pastelito de chocolate; al concluir el café y en
calidad de vaca después de pastar, me levanté de la mesa después de disfrutar
de una generosa plática con mis nuevos amigos, me instalaron en un hotel de
lujo, dormí silenciosamente. Al día siguiente desayuné como niño de hospicio y
elegantemente encorbatado me dirigí a la conferencia que tanto anhelaba dictar
en la Universidad Autónoma de Aguascalientes.
Fui
gratamente sorprendido con la invitación a subir al podio para inaugurar el
Congreso Hora Cero “El Renacer del Turismo” junto a profesores y estudiantes de
la universidad. Luego vino la mesa redonda y, cuando concluyó, fuimos invitados
a degustar deliciosos bocadillos, me ofrecieron una especie de agua de horchata
de origen japonés –de cuyo nombre no puedo acordarme--. Al final de la conferencia tuve presenté una
grabación de mi amigo laudero René Lemus con quien reproduje el único tambor de
cuerda maya que tenemos noticia,
son sonidos de la selva realizados con ocarinas y el tambor de cuerda maya
suena a jaguar. Sugiero -les dije a los universitarios- que nos concentraremos en los sonidos y apaguemos las
luces del teatro, así podremos deleitarnos con una proyección mental a la Selva
Maya.
Al concluir hubo algunas preguntas, no todas las que hubiera querido responder ya que
como de costumbre me había excedido en el tiempo reglamentario y, al concluir,
me sentí satisfecho de que los jóvenes hidrocálidos y los universitarios que
también llegaron de otros Estados de la República, quedaron satisfechos y con
el conocimiento preciso de lo que realmente dijeron los mayas sobre el 2012. Al
bajar del escenario tuve un premio mayor cuando grupos de bellas universitarias
me solicitaron fotografiarse conmigo.
Luego mi nuevo amigo Omar me llevó a
comer sushi y después al aeropuerto, fue una experiencia extraordinaria, es
verdad que en Aguascalientes hay gente trabajadora, que te ve sin malicia, que
se reconoce con dignidad en el espejo de su riqueza cultural y les auguro un
futuro turístico a la altura de su calidad humana. Gracias amigas y amigos de
la Universidad Autónoma de Aguascalientes, mis votos para visitarlos nuevamente y compartir el legado cultural de nuestros mayores.
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