En el subsuelo de la Península de Yucatán existe una
infinidad de oquedades, grutas, cuevas y cenotes que los mayas históricos
consideraron espacios sagrados y en los se relacionan con sus entidades divinas
vinculadas con la fertilidad, la muerte, la regeneración y el origen divino de
la Creación.
Entrada a la Gruta de Xibalbá-Cueva Pak Ch'en, sentado junto a la cuerda, el explorador maya Carlos Poot
Invitado por amigos periodistas y el promotor cultural
Germán Pool, hace unas semanas, descubrí un extraordinario legado mitológico en
la Gruta Xibalbá-Cueva Pak Ch’en. Se constituye por cinco escenas que revelan
rituales referidos a la guerra, a la transfiguración corporal de los chamanes
quienes en vertiginosos Actos de Poder convierten sus brazos en poderosas
serpientes y reconocemos el vínculo energético de los chamanes con jaguares y
con una Serpiente Voladora entre otros discursos mitológicos. Los personajes
presentan características olmecas, lo cual, ha sido puesto en duda por la
Delegada del INAH, en Quintana Roo, Adriana Velázquez Morlet quien en entrevista
a Notimex considero que un servidor está “exagerando y especulando” cuando en
realidad estoy descifrando y compartiendo.
Quinta Escena del Relato de Xibalbá, aparece una máscara con labios carnosos, ojos almendrados y nariz chata y ancha.
Desde hace dos días he presentado pasajes del Relato de
Xibalbá que han evidenciado la presencia de individuos con características propias
de la fisonomía olmeca así como diversos elementos de la iconografía ritual olmeca.
El Dr. Rissolo visitó la Gruta de Xibalbá-Pak Chén en 1999 y la reportó en el
2012; el reporte de la cerámica del Dr Rissolo señala una primera ocupación
hacia el año 700. a C y, tomando como referencia las “fechas calibradas” del
ensayo Olmec Art at Dumbarton Oaks de Karl A. Taube (http://www.doaks.org/resources/publications/doaks-online-publications/pre-columbian-studies/olmec-art-at-dumbarton-oaks/olmecart.pdf)
planteo que por aquellos tiempos y en Guerrero, estaba en apogeo Teopantecuanitlan,
un Centro Religioso que no es aún célebre pero fue un importante Centro
Ceremonial Olmeca; en una cueva conocida como Oxtotitlan, también en Guerrero,
así como en la cueva de Juxtlahuaca Oaxaca, los chamanes-artistas olmecas
pintaron dos importantes escenas relativas al imaginario religioso de hace 2
700 años. El chamán de la cueva de Oxtotitlan une con su cuerpo los tres
mundos, cielo, tierra e inframundo, se presenta como un vínculo con la otredad,
en tanto que el chamán de Juxtlahuaca aparece con su way, coesencial o nahual.
Se trata de dos rostros en uno, similar a la imagen del way de dos rostros de
la Primera Escena del Relato de Xibalbá.
Fotografía y dibujo de Francisco Villaseñor del chamán con su doble, Way, Nahual o Coesencia. Juxtlahuaca, Oaxaca.
Nahual, Coesencia o Way con su doble en la Primera Escena del Relato de Xibalbá
Juxtlahuaca y Kantunilkín
muestran el mismo lenguaje mitológico y fueron contemporáneos los creadores de
ambas obras maestras del Arte Olmeca. Los olmecas estuvieron en toda
Mesoamérica, fueron los padres culturales de las Civilizaciones Precolombinas y si
estuvieron en El Salvador, no debe extrañarnos que exista presencia olmeca en
Quintana Roo.
Rissolo, al igual que el fotógrafo Stephen Alvarez
registraron los petroglifos de manera fragmentada y antes que yo, nadie había
reportado un Relato Mitológico ni descubierto los rituales chamánicos. Adriana
Velázquez comentó para Notimex que tenía conocimiento del contenido gráfico de
los relieves y petroglifos, afirma que un grupo de especialistas habían ya
visitado la oquedad.
Ahora bien, en la Web y en publicaciones, únicamente hay
registro de las visitas de Rissolo y Alvarez; los dibujos de Rissolo muestra
algunos esquemáticos grabados, aquí el link de su reporte: ( http://www.amcs-pubs.org/bul/bul12.pdf ),
por otra parte, es una pena que Alvarez publicó una sola fotografía, excelente,
por cierto, aquí el link ( http://print.alvarezphotography.com/media/b18ed50a-07ba-11e0-a1e3-bf445480a516-niche-for-the-cross-in-pak-ch-en-cave-near-kantunilkin-quintan ).
He comentado en anteriores artículos que resulta muy complejo fotografiar
dentro de la cueva por la oscuridad que nos obliga a utilizar flashes e
iluminar con lámparas, entonces se aplanan las imágenes. Iluminando a
distancia, con velas o apreciando con la resolana de la luz solar es como
descubrí el increíble legado plástico del Relato de Xibalbá.
Ofrendas
Justo al fondo de la Gruta Xibalbá-Cueva Pak Ch’en, una
pequeña cueva abriga un cenote, en su muro frontal superior, aparece esculpida,
dibujada y grabada la segunda escena figurativa del Relato de Xibalbá y que el
Dr. Dominique Rissolo ubica en su informe con las figuras de los Paneles E y F.
Una concavidad tallada en el muro reproduce la boca de
serpiente abierta o una vulva en torno a ella se encuentran
una serie de ideogramas, serpientes y una interesante máscara invertida que ve hacia
la realidad interior de la roca, a la otredad. En el lado izquierdo aparece un
cuadrado con el número 4 --representado por los cuatro puntos alineados—y fuera
del nicho ubicamos tres puntos formando un triángulo equilátero, es un símbolo
relacionado al origen del fuego que se gestó en el espacio triangular que
forman las estrellas Alnitak, Saif y Rigel en la Constelación de Orión que en
jeroglíficos se identifica como Oxib’ Xk’ub’ (Tres Piedras del Hogar) y están
emparentadas con la tradición maya de cocinar con tres piedras en el fogón llamado
Cobén.
Cuatro serpientes en tres planos visuales envuelven la
vulva, o nicho que también pudiera representar las fauces abiertas de una
serpiente, en su interior, hay vestigios de diferentes pigmentos, quizá también
Pom o incienso de copal, hay unas manchas rojizas que se distinguen dispuestas
como para que escurra un líquido hacia la parte baja del nicho que culmina en
un canal.
Seres humeantes y niños
llorones
En la parte superior derecha aparecen la representación de
las nubes y el viento, abajo, un grupo de individuos parados se agrupan y de
manera muy estilizada configuran la cola de una las cuatro serpientes que
bordean el nicho. A la izquierda del grupo de individuos se descubre un
danzante pintado sobre la piedra, es remarcable que su cabeza representa una
flama y está saltando.
Debajo de ésta inusitada composición, se localiza un pequeño
individuo que pudiera ser un niño, carece de rostro aunque su cabeza hasta la
curvatura de su frente esta tallada en la roca, es posible que su rostro
estuviese pintado, sus dos brazos están colocados en su pecho y lo envuelve una
lengua que surge de una de las cuatro serpientes que están dispuestas alrededor
del nicho. Pudiera ser una temprana representación de los sacrificios de niños
vestidos de jaguar que realizaron los mayas siglos después y que se ofrecían a
la divinidad Kauak que tenía una serpiente bífida para recibir a los niños en
ofrenda.
Vaso Ceremonial Maya que presenta el ritual de niños jaguares ofrecidos a la divinidad de la muerte que los recibe gustosos, el niño jaguar se posa sobre una lengua bífida en la divinidad Kauak
Es una ofrenda-sacrificio en la que reconocemos un añejo
ritual de origen olmeca consistente en sacrificar niños. En las esculturas
olmecas es común encontrar a niños dispuestos a ser sacrificados, en los altares
de La Venta aparecen danzando con hachas o llorando entre los brazos de los
adultos; el Señor de las Limas es una escultura de gran factura que muestra
también a un niño sacrificado y es que los rituales de sacrificios de niños son
ancestrales, también los mexicah sacrificaban niños en la cima del Nevado de
Toluca en honor a las entidades divinas relacionadas con las aguas del cielo y las
de la tierra. Los niños que nacían “mulix”, es decir, con el pelo ensortijado,
eran predispuestos a ser sacrificados a las entidades de la lluvia.
Escultura de la Sala Olmeca del Museo Nacional de Antropología e Historia, un individuo sostiene entre sus brazos a un niño que probablemente simboliza el acto de sacrificio de infantes que después se desarrolló en toda Mesoamérica.
En otros tiempos y en regiones distantes, las crónicas Inuit
(mal llamados esquimales) recuerdan que en aquellas gélidas regiones los niños
varones eran codiciados como mano de obra en un ambiente de grandes adversidades
y por ello se los robaban. Desde el frío boreal hasta la selva tropical, los
niños fueron robados en la antigüedad por motivos varios y contrastantes
creencias, sustancial resulta percatarnos que en la psique de algunos
quebequenses, chilangos o mayas, radica el pavor que de saberse observado por
el Sr. del Costal quien si nos portamos mal o salimos a la calle sin permiso,
nos puede meter en su costal y súbitamente desaparecernos, a ese temible
personaje los mayas le llaman Okol Pal…
Nuestra abuelas nunca nos dijeron que hacía el "Sr. del Costal" con los niños, con sabernos eventualmente robados era ya suficiente motivo para
preocuparnos y nadie deseaba angustiarse aún más conociendo pormenores de esa terrible
historia que se resume en un concepto-frase “El Sr. del Costal”. En contraste y
en los tiempos que estamos estudiando, se robaban a los niños para
sacrificarlos.
Lo sagrado es sensual
En la parte inferior de la escena, aparecen sobre una franja
cuatro montañas y una vulva pintadas de rojo. Las vulvas están relacionadas con
la fertilidad y el erotismo, sugieren los atributos femeninos de la creación y
es un elemento empático al ser un oquedad con flujos, uno de ellos, el rojo, la
vida y el Ch’ulel es lo que relaciona al ámbito femenino con la Creación y el
Inframundo.
Las Montañas por su parte, son los vasos comunicantes con
los tres mundos, el cielo lo alcanzan con sus cimas, de la tierra se alzan y en
sus oquedades se accede al Inframundo. En el momento de la Creación, las
crónicas gráficas y escritas de origen maya nos narran la presencia de cuatro
árboles que sostuvieron al Cielo en los albores de la existencia; el cuatro lo
encontramos presente en el ámbito mitológico de la Creación, son cuatro
montañas las que percibimos junto a una vulva y en la parte superior izquierda
un glifo con cuatro puntos pudiera también estar relacionado con el nombre del
lugar, recordemos que Kan es un vocablo muy antiguo que se puede traducir como
cuatro o como amarillo, de tal suerte que tanto las montañas como los cuatro
puntos del glifo superior izquierdo pudieran estar relacionadas con el nombre
antiguo del lugar del que quizá derivó Kan-tunilkín.
Mañana concluimos con un fragmento de la quinta escena
ubicada en una enorme piedra utilizada también como altar en el que nos
sorprende un personaje de rasgos olmecas que porta un antifaz y probablemente
estuvo pintado de negro, se trata de un chamán que transfigura su cuerpo y su
brazo derecho se convierte en una serpiente que asciende al cielo después de
girar delante al cuerpo del chamán olmeca. Mañana presentaré a un chamán olmeca
que realiza el acto de poder de transfigurar su brazo en una serpiente…
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