Las sociedades agrícolas heredaron de las culturas de
cazadores y recolectores, los rituales, mitos y ceremonias que al
transfigurarse por el tiempo y por la conveniencia, fueron el sustento de las
religiones solares, monoteístas, machistas y piramidales. En tiempos lejanos,
cuando aún la agricultura no era la base de la economía y durante milenios Dios
fue mujer, los ancestros de todos los rincones del planeta dejaron testimonio
visual de sus inquietudes tallando la piedra y los muros de las cuevas y
montañas que habitaron.
Petroglifos en San Agustín Colombia
A los testimonios labrados en piedra se les conoce como Arte
Rupestre, Arte Primitivo, Rock Art, Petroglifos, Arte Paleolítico, Boreal,
Glaciar, Arcaico, en fin, existe una gran cantidad de términos para nombrar a
las tallas en piedra de nuestros mayores, lo que indica que también hay
múltiples interpretaciones sobre su función y origen, no siempre son expresiones
artísticas, en ocasiones son referencias informativas como la ubicación de una
constelación, en otras se convierten en pausas en un discurso figurativo.
Petroglifos de Altavista o Pila del Rey, Chacala, México.
Los símbolos anteriores a la escritura cuentan con una
sintaxis interpretativa en la que el espacio y el tiempo forman una unidad. Como
referencia ilustrativa, menciono que para los niños pequeños, su casa, la de sus
abuelos, el parque de la esquina y la recámara de su tía, forman un único
espacio porque aún poseen el sentimiento de “Unicidad”, de igual manera, en el
marco de esa lúdica interpretación espacial, los petroglifos y los relieves del
Relato de Xibalbá nos muestran escenas relativas al universo onírico o
chamánico que reproducen la intención de “unificar” en un espacio sagrado lo
existente con lo pensable.
El Chamán Olmeca de Kantunilkín
La Gruta Xibalbá-Cueva Pak Ch’en posee un Relato Mitológico
que fue creado por artistas chamanes de origen olmeca hace 2 700 años, se
constituye de cinco escenas compuestas por relieves y petroglifos, así como
pintura, esculturas y bajo relieves.
Hoy, concluyo la presentación de los resultados preliminares
del ejercicio interpretativo del Relato de Xibalbá con una imagen que desde que
por vez primera la ubiqué, intuí que desataría innumerables interpretaciones y
acalorados debates; Panel G-II fue el registro que en 1996 le dio el Dr.
Dominique Rissolo en su ya citado reporte. La descubrí completa en la reciente
visita que realicé a la Gruta de Xibalbá-Cueva Pak Ch’en. Presento una
fotografía de un fragmento del Chamán de Kantunilkín ubicado en la Quinta
Escena del Relato de Xibalbá, también un dibujo que realicé para el artículo en
el que se observa toda la escena que obtuve al juntar varias fotografías. Con
la finalidad de definir al chamán y al rostro felino ubicado arriba de la
cabeza del chamán, no dibujé los filamentos de energía (grafitis) que se ven en
el original de la fotografía.
De no más de 40 cm, nos sublima la poderosa representación
de un chamán olmeca sentado en un trono en forma de “T”, en su rostro hay
vestigios de pintura negra y porta un antifaz, su cabeza fue deformada y lleva
un pectoral probablemente de jade, unas telas o unas delgadas cuentas están
suspendidas del pectoral y cubren su vientre.
En la región genital destaca un relieve pintado en rojo que asemeja
una “w”, el pie del chaman desciende sobre un costado del trono. En los
extremos del trono hay dos incisiones, una representa la curvatura de una
voluta y la otra es una línea horizontal con un punto pintado en su parte
superior. Entre ambas incisiones, encontramos un grupo de rombos que simbolizan
dibujos o quizá bordados. El trono está cubierto de una secuencia de telas
dobladas en forma rectangular hasta llegar al piso de la composición.
El brazo izquierdo del chamán presenta una fractura, el
derecho se convierte en una serpiente que gira para después salir erguida hacia
el cielo. Sobre su rostro, acechando detrás de la superficie de la piedra,
aparece una entidad con características felinas; ligeras son las concavidades
de sus ojos y boca pero contienen una fuerte carga figurativa.
Detrás del cuello y delante al rostro del chamán olmeca
aparecen una serie de hendiduras estilo grafiti que en primera instancia
pareciera fueron talladas de manera violenta, como deseando borrar la imagen
del chamán; sin embargo, después de un análisis detenido del ritmo, forma y
dirección de las líneas, considero que no fueron realizadas con enojo o al
azar, forman parte de la composición.
Se trata de la representación de filamentos energéticos que
desde el cuello y el omóplato del chamán olmeca, surgen como fluidos o líneas
de luz para formar un estructura rígida de la que luego se tuercen
violentamente; desde su frente, otras líneas ascienden en zigzag hasta el rostro
de la entidad felina, quizá se trate del way, nahual o coesencial del chamán.
Al criterio ortodoxo de la antropología formal quizá le
incomode lo que acabo de describir e interpretar, en contraste, probablemente los buscadores de lo
insondable se sentirán satisfechos al ver las grafías que algunas tradiciones
orales, el Toltecayotl y Carlos Castaneda, mencionan sobre los puntos de encaje,
los nahuales (wayob’ para los mayas), las conciencias inorgánicas, el Nahual,
la otredad y la transformación.
Conclusiones y Reflexión
Hace unas semanas inicié un trabajo de investigación
iconográfica en las profundidades de la Gruta de Xibalbá-Cueva Pak Ch’en que fue
habitada desde al menos el 700 a. C (según reporta el informe de cerámica del
Dr. Rissolo). A lo largo de unos 15 metros se encuentra el Relato de Xibalbá,
un conjunto de relieves y petroglifos divididos en cinco escenas, cuatro sobre
el muro y una quinta en la piedra central de la cueva. La iconografía, así como
las características somáticas de los personajes y el imaginario religioso son
de origen olmeca.
Los olmecas no fundaron un imperio que dominó a Mesoamérica
sino más bien, fueron distintos pueblos de origen olmeca poseedores de un
original y común bagaje mitológico, tecnológico y militar, que progresaron en
un amplio territorio con una estructura socioeconómica sustentada en el cultivo
del maíz y en un gobierno divino.
Tuvieron características somáticas distintivas, ojos
redondamente almendrados, nariz ancha y chata, prominentes labios y fisonomía
mestiza entre los asiáticos y los negroides. Aunque en el Golfo de México se
localizan sus principales Centros Ceremoniales, esparcieron su cultura desde
Mezcala, Guerrero, hasta la Huasteca Veracruzana, desde Morelos hasta El
Salvador y desde Chiapa de Corso hasta Kantunilkín.
Si como observamos, el Relato de Xibalbá fue creado en un
lejano tiempo y la iconografía así como la fisonomía de los personajes es
olmeca, surgen entonces infinidad de preguntas que confluyen todas a una
principal que también se cuestionan en otras regiones de Mesoamérica ¿cómo fue
el tránsito cultural, territorial, político, económico y religioso entre los
olmecas y los mayas? También
podemos inquirirnos ¿Es prudente observar a los olmecas separados del resto,
como poderosos individuos que habitaron en toda Mesoamérica y nunca se
fusionaron con los locales? ¿Cómo se extinguieron como etnia y por qué se
mantuvo su herencia cultural y mitológica? En el caso de la Gruta de Xibalbá –
Cueva Pak Ch’en ¿Cómo consideraban los mayas clásicos del siglo V las pinturas y relieves creados ochocientos
años antes por chamanes olmecas y por qué durante ese tiempo jamás fueron
alteradas las imágenes del Relato de Xibalbá aunque seguramente la religión
había sufrido transfiguraciones considerables en ese lapso de tiempo? ¿ O no
fue así ? Quedan decenas de preguntas por formular y sorprendentes respuestas
así como revolucionarias conclusiones. Por sus significantes, el Relato de
Xibalbá, es una de las obras plásticas más importantes de los albores de Nuestra
Historia y privilegiados somos de iniciar su comprensión.
Don Claudio: aprovecho para saludarle y expresarle mis felicitaciones por su excelso trabajo de investigación sobre el mundo maya. Este artículo me ha llamado mucho la atención y espero me permita algunos comentarios.
ResponderEliminar1) El dibujo que usted hizo sobre El Chamán ¿porta los colores originales? Me refiero a que el rojo y el negro es sintomático de la cultura tolteca, significa "los sabios de la tinta negra la tinta roja" y es recurrente hallarlos en todo nuestro México siempre relacionado con chamanes, naguales, etc. Los cronistas constataron que los hombres-dios, los chamanes, los sacerdotes, se pintaban de negro en casi todo el cuerpo, cosa que coincide con este magnífico Chamán que usted tiene a bien mostrarnos. La máscara me remite a Teskatlipoka, el "numen" de los naguales por excelencia.
2) Con respecto a Castaneda, siempre han dicho que todo se lo inventó... pero, una y otra vez (como es el caso de este Chamán) se va confirmando que CC se topó de frente con la poderosa y ancestral corriente filosófica-perceptual-conciencial denominda nagualismo.
3) Quisiera saber si puedo reproducir este artículo en mi blog, por supuesto mencionando su procedencia.
Saludos.
Aquì está la la liga a mi blog, en la que comento el extraordinario caso del Chamán de Kantunilkín...
ResponderEliminarhttp://ekwaynal.blogspot.mx/2013/03/castaneda-y-el-nagualismo-una-vez-mas.html
Saludos.
Con gusto le respondo:
ResponderEliminar1) El petrograbado fue policromado, quedan restos de color negro en el cuerpo del chamán y en su antifaz, el rojo se obtiene al iluminar El Relato de Xibalbá con velas, los mayas lo hacían también con luz que provocaba sombras danzantes.
2) Correcto, así es.
3) La difusión es mi prioridad, gracias por conservar la autoría.
Saludos cordiales.
Coc.